Ésa época del año ha llegado. Todos nos frotamos las manos cuando uno de los genios más grandes está a punto de darnos su producción anual. Haga lo que haga, un ejército de cinéfilos entrará y valorará su trabajo, y aunque no sea bueno rescatará esos puntos que hacen que todas sus películas por flojas que sean pueda aportar algo nuevo al infinito arsenal de reflexiones "woodyallenses". Este es el caso de la nueva producción de Woody Allen "Whatever Works" dónde no tenemos precisamente uno de los trabajos más memorables del neoyorkino.
Parece que Allen se ha dado permiso de tomarse un descanso. Es normal, con el ritmo de producción que lleva, una entrega anual igualmente genial es prácticamente imposible. Después de "Match Point (2005)" Allen volvió a uno de sus géneros favoritos en "Scoop (2007") y con "Vicky Christina Barcelona (2008)" terminó ese largo andar por tierras europeas con un drama romántico-sexual suigéneris. El tiempo ha llegado de volver a la ciudad que lo vio nacer y si de regresar a los orígenes se trata, esta producción lo hace sin tapujos.
Es verdad, Allen, regresa a todos sus clichés, temas y situaciones que había dejado descansar por un buen tiempo. Lamentablemente el tiempo que les dio descanso no sirvió del todo para hacernos olvidar todos los lugares comunes que se dan en el guión, es impresionante ver que es prácticamente una antología de su conocida (pero actualizada) forma de ver el mundo, pero ahora presentado de manera cómica por medio de su alter-ego interpretado por Larry David.
Pero ya la rutina es demasiado conocida. Boris Yellnikoff es miembro de la clase bohemia/intelectual neoyorkina, amante del arte, la música y al literatura, posee esa forma de ver el mundo cínica y misántropa, él mismo lo dice "no soy una persona agradable". Extrañamente esa persona que es evidentemente "detestable" tiene amigos, pero no se conforma con eso, sino que además como él mismo se justifica "tiene una suerte envidiable". Evan Rachel Wood (Pretty Persuasion 2005) interpreta a la belleza sureña en turno que cae rendida ante la arrogancia y lenguaje enredado de Boris. Cada situación, una tras otra, es forzada de una manera tan burda que en lugar de contribuir con el ambiente de farsa, actúa en su contra, dando la sensación de que Allen está abusando.
Y es precisamente este abuso lo que puede ser lo más reprochable del largometraje. Cualquiera que no esté ampliamente familiarizado con su humor, sus personajes y su dinámica, encontrará en la actitud de Boris, una persona exasperante, grosera y agresiva que terminará por desesperar a muchos. Allen decide tener este trabajo íntimo de él y para su audiencia, para su gran legión de seguidores que son los únicos que de manera indulgente aceptarán este ejercicio fílmico.
''Si la cosa funciona'' no funciona más allá de sus propios seguidores.
por Jalex
A pesar de aprobarla, me esperaba mucho más del regreso de Allen a la Gran Manzana. Lo único de la película es Larry David. Por eso que a partir que aparece su suegra la película baja muchísimo; presentándonos insulsos personajes, situaciones muy disparatadas y una notable carencia de chispa en los diálogos.
Y es que la historia del Evan Rachel Wood (preciosa eso sí) en la segunda parte, junto con la de la madre despesperada y un marido convertido en gay para rellenar guión, hacen que la película se convierta en la típica comedieta romántica llena de casualidades que en una buena comedia marca de Allen con un guión expléndido de pe a pa.
Un 5.50/10 y ojalá que la cinta acabase en el minuto 45...
Qué deleite para los oídos !!!! Eres genial !!!
A pesar de que Larry David está tremendo, eché en falta que esa declaración de principios a cámara la hubiera hecho él.
Aunque las tengo ya algo lejanas en el recuerdo, esta que nos ocupa es la que más me ha recordado a sus inicios aunque empiece muy bien y poco a poco por desgracia se vaya desinflando.
El citado director esta vez no sale antes las cámaras para nada aunque el personaje que nos ofrece Larry David de forma más que destacada recuerda a los encarnados por él en el pasado. Un personaje que se me antoja una fusión perfecta de Sheldon (The Big Bang Theory) y el dr. House. Menos misógino que otras veces aunque igual de hipocondríaco, maníatico, escéntrico y detestador de la condición humana.
El inicio de la película, las reflexiones y teorías del protagonista, los diálogos con el personaje de la bella Evan Rachel Wood, chica paleta y más bien cortita recién llegada a la capital que se ve deslumbrada por los conocimientos y teorías sobre la vida de Boris y que poco a poco va mutando a su pequeña padawan.
La entrada en el film de la madre de esta (Patricia Clarkson) augura más momentos de dialectos ingeniosos pero poco a poco dejan a nuestro Boris de lado, dándole menos protagonismo en la pantalla y centrándose en la citada actriz madura, el impacto de New York en ella y los intentos de encontrarle alternativas en la vida a la hija. Si ya importaba poco su crecimiento como mujer de edad madura en la capital, menos lo hace la intrusión del marido de esta (Ed Begley Jr.) y sus descubrimientos interiores en el contacto con la capital americana. Menos importan aún una serie de secundarios insulsos que junto con los dos anteriormente mencionados le restan de forma desacertada rato en pantalla a los verdaderos protagonistas: Evan Rachel Wood y sobretodo el genio cascarrabias Larry David.
En resumen...un inicio de ingeniosos diálogos, grandes y reales reflexiones aunque sean pesimistas sobre muchos aspectos de la condición humana que poco a poco se va diluyendo entre despertares sexuales y artísticos en New York, en plan sit-comedy rocambolesca y un mensaje moralista final que no es que sea malo ni mucho menos, pero significa un flojo colofón al desinchamiento progresivo que tiene el film tras una gran idea inicial y genial primera parte.
Pese a que la 2ª parte del film es más floja que la 1ª, no por ello es mala y Woody Allen para mi sigue siendo alguien con un toque especial al que vale la pena seguirle de cerca.
6.5