'Redención': Ni chicha ni limoná
Ante todo mucha calma (y a capear el temporal): 'Redención' no pasa por ser la clásica película protagonizada por Jason Statham... sin dejar de serlo, pues poco margen de duda debe haber sumando al grueso de los mortales como para que haya alguna posibilidad de que Jason Statham pueda dejar de ser Jason Statham en algún momento, se llame como se llame un personaje que para el caso como si fuera cualquiera de los Jackie de Jackie Chan. Al menos Statham lo intenta, o al menos parece que lo intenta de la misma manera que 'Redención' parece intentar contarnos algo. E intentarlo es el primer paso hacia el fracaso (como decía Homer Simpson).
Jason Statham no es un actor, es simplemente Jason Statham. Da igual lo que intente que, muy posiblemente, nunca será capaz de hacer lo que sí saben hacer los actores de verdad: desaparecer bajo un personaje. Siempre percibiremos que se trata de Jason Statham haciendo de Jason Statham, todo ello al margen del carisma que puedan derrochar sus músculos dando forma a lo que uno prácticamente ya asume que debe de ser él mismo, lo que propicia, anécdota, que nuestro subconsciente convierta subir en un ascensor con él en una situación de alto riesgo. Y esto no cambia en 'Redención', cuyo título español la emparenta con el desgarrador debut como realizador de Paddy Considine en 2011, un filme barnizado de esa misma autenticidad que le falta a la que nos llega en 2014.
Lo dicho, Jason Statham no tiene las aptitudes interpretativas de Peter Mullan como Peter Mullan no tiene las aptitudes físicas de Jason Statham. Y cada cual con lo suyo. Esta 'Redención' también supone un debut, en este caso el del guionista Steven Knight ensalzado principalmente por un trabajo -'Una historia de violencia'- a la espera de que Peaky Blinders alcance más televisores. Curioso es que Knight, en vez de buscar el apoyo de alguien como Viggo Mortensen, haya encontrado el de Jason Statham: la diferencia no sólo la encontramos en la experiencia de David Cronenberg, por supuesto, sino también en la capacidad de humanizar a un tío duro de sus respectivos protagonistas. La diferencia es tan sustancial como tan sustanciales son las diferencias entre ambos filmes.
Statham intenta darle amplitud al género Statham, no hay duda, e incluso se deja pegar en un prólogo que busca hacerle vulnerable. Pero es Statham, y sus esfuerzos al igual que los de Knight para con este híbrido entre drama social a lo Ken Loach y las películas de acción con las que Statham ha hecho carrera caen en saco roto. El resultado no es malo pero sí desconcertante, disperso, superfluo, melifluo, y la combinación de ambos ingredientes termina por aguar el sabor de un cóctel fallido, más aún por cuantas son las licencias que se toman en pos de esta unión que minan su credibilidad, como drama y como "una de acción", ante la que el inexperto Knight se muestra tan indefenso como para que seamos capaces de replantearnos nuestra fe: ¿Más vale lo malo conocido...?
Nota: 5,5
por Juan Pairet Iglesias
Porqué te parece floja?
Y no creo que redunden en lo mismo. Este final, por ponerte un ejemplo, es totalmente diferente a los de sus pelis habituales.
Spoiler
El personaje sufre una evolución muy llamativa, algo impensable en una película de este hombre, pero es que encima luego "desevoluciona" por llamarlo de alguna manera, volviendo a las calles a ser lo que era antes, un don nadie sin techo y beodo.
Si te percatas, la película no tiene una trama única ni sigue un hilo mainstream. La condicionan los giros que dan las subtramas (la vida que agarra de suerte por huir, el trabajo que acepta por su hija, como se arrepiente y piensa en no matar por la monja, como cambia su objetivo cuando matan a la chica, etc. El argumento consiste en varios argumentos, no es una historia unida y de guión recto.
Tópicos los hay, sí, pero cargada, para nada.
Eso ya es harina de otro costal.