'¿Qué hacemos con Maisie?' está construida alrededor de un simple concepto: la singular perspectiva de una niña de seis años que se encuentra en medio de una historia turbulenta, de una niña que apenas ha tardado seis años en descubrir que el mundo no es el cuento de hadas que todo niño tiene derecho a creer. Pronto, muy pronto, ha conocido que los Reyes son los padres. Conocemos a cada uno de los personajes a partir de sus interacciones con Maisie, vemos cada uno de los detalles de la historia desde el punto de vista de Maisie. Es un punto de vista inocente y generoso que impregna al filme con su ligereza, una ligereza para nada exenta de carga melodramática que sorprende, dados los acontecimientos que se suceden, que uno pueda consumir como si se tratara de un caramelo. ¿La adoptamos?

Maisie (Onata Aprile) es una niña de seis años que se encuentra en medio de la agria lucha por su custodia entre su madre Susanna (Julianne Moore), una madura estrella del rock, y su padre, Beale (Steve Coogan), un importante marchante de arte. En la pugna por conseguir el favor del juez, Beale se casa con Margo (Joanna Vanderham), la niñera de Maisie, lo que empuja a Suzanne a casarse con su amigo Lincoln (Alexander Skarsgård). Con Susanna y Beale inmersos en una batalla personal que no beneficia a nadie, Maisie se encariñará de las nuevas parejas de unos padres biológicos que, de tan preocupados que están de pelearse entre ellos, se olvidan de lo más importante: tratar a su hija de seis años... como una niña de seis años, en vez de una excusa por la que enfrentarse una y otra vez. Sumen esta su sinopsis con el tono equivocado y huyan: sumen esta su sinopsis con el tono imprimido por Scott McGehee & David Siegel, y no tengan duda que querrán adoptarla.

Lo cuento todo sin contar nada, y viceversa: la clave de '¿Qué hacemos con Maisie?' se encuentra en su ácida y honesta sencillez. '¿Qué hacemos con Maisie?' es una revisión contemporánea y neoyorquina de la conocida novela de Henry James, 'Lo que Maisie sabía', publicada originalmente en 1879. Y más de 100 años después lo que más sorprende, sin duda, es la vigencia de la misma, lo que pone de relevancia que aunque lo que le rodea sí lo haya hecho el ser humano, en realidad, no ha evolucionado (ni parece que tenga ganas de hacerlo). '¿Qué hacemos con Maisie?' narra, de forma emotiva y elegante, una historia que refleja con acierto la poca condescendencia de la vida, logrando capturar de forma tangible y con naturalidad el espíritu de esperanza y optimismo que podemos encontrar en la mirada de una niña, en este caso. El mismo espíritu que puede hasta hacernos reír con ternura en los momentos más inadecuados.

La inocencia de Maisie hace que de su historia emane una empatía natural, instintiva, intuitiva. Su perspectiva de la vida procede de unos ojos transparentes que capturan, con sencillez y sin embalajes, las dificultades a la vez que la diversión y el absurdo, algo que se ve representado sin caer en sentimentalismos de feria ni en la necesidad de recurrir a golpes bajos. Es esta niña, interpretada con fuerza y convicción por la muy prometedora Onata Aprile, la que cuenta la historia y expresa su opinión, mostrando al espectador no lo que Maisie debe de estar sintiendo en cada momento, sino lo que Maisie está sintiendo como una niña que busca su propia voz susurrante en un mundo lleno de ruido. Un mundo donde lo material y el yo han tomado posesión de una necesidad que ya no se busca, a menudo, en el corazón de las personas. De ahí que esta clase de filmes, tan sencillos como honestos, sean tan reivindicables. ¿La adoptamos?

Nota: 7.25

por Juan Pairet Iglesias