Nimród Antal ('Blindado' - 2009) es el nuevo talento que trae a la pantalla grande la quinta parte de la saga iniciada en 1987 y que a la fecha se ha vuelto piedra angular de la ciencia ficción. Hay que decirlo, como secuela funciona hasta cierto punto más para reintroducir la saga a las nuevas generaciones que hace 23 años no estaban ni siquiera en planes.
Adrien Brody ('Splice: Experimento mortal' - 2008) ahora es el guerrero que liderará a un grupo de "escoria" humana. Los más letales en sus respectivos países han sido escogidos para ser cazados por esta civilización que encuentra como parte central de su diversión el probarse una y otra vez a sí mismos que son los mejores guerreros que el universo ha existido. Es así como esta película sólo tratará de mostrarnos, como la primera entrega, escenas de combate en la selva con la salvedad que esta selva no es la que conocemos en el planeta tierra.
La idea no suena mal, y es que la saga de Depredador no se ha caracterizado por basarse en grandes historias, sino más bien en entregarnos acción, batallas memorables y grandes efectos. Ante esto no hay mucho que esperar mas que más de lo mismo, y tal vez gracias a ello no salimos demasiado decepcionados de una secuela que no agrega nada más que batallas depredador vs humanos a nuestro arsenal que poco a poco se llena de ellos.
La secuela cumple con todos lo clichés, desde esa visión térmica y el traje de invisibilidad que usan los depredadores, hasta poner una guerrera con ascendencia hispana encarnada por Alice Braga ('Repo Men' - 2009). Un deleite para los que gozan de esta saga. A pesar de ello, se traicionan conceptos básicos por el bien "dramático" como el hecho que los Depredadores no son una raza desalmada y que cuando son superados lo reconocen. Ante ello el sabor de esta entrega no está muy alejado del dejado por las secuelas "Alien vs Depredador" que quedaron bastante a deber.
Pero si algo hay que resaltar es a Topher Grace ('Historias de San Valentín' - 2010) y a Laurence Fishburne ('Matrix' - 1999). Ambos actores muestran que con pocos minutos y líneas se puede desarrollar un personaje de manera soberbia. Sus actuaciones brillan entre un mar de lugares comunes y valen por ellos solos.
Por Jálex