Puede que sea sólo una impresión que como otras tantas no coincida con la realidad... pero en ocasiones parece que la industria norteamericana nos vende una y otra vez un mismo producto que a ellos les gusta (porque, suponemos, que les gusta) llamar comedia, como si fueran 100 gramos de mortadela; casi me atrevería a decir que a menudo aderezadas con los mismos clichés y en ocasiones, incluso, hasta con los mismos chistes... o como si lo fueran. En ese sentido 'Peso pesado', sea impresión o realidad, viene a ser como si fuera la misma comedia, pronúnciese con el gesto de entre comillas a la manera del Doctor Maligno, "buen rollista de siempre", esta vez ambientada en el mundo de las artes marciales mixtas al que recurre un profesor de biología para ganar pasta y salvar a su colegio mientras de paso se gana el respeto de quienes le rodean... 1+1=0.No me voy a esforzar mucho con esto... ¿Para qué? ¿Acaso merece la pena? 'Peso pesado' es lo que es, que es más o menos es lo que parece que es, y con eso lo cierto es que ya debería de estar todo dicho. A buen entendedor pocas palabras bastan. Tan facilona resulta la película como tan fácil se presenta la ocasión para responder con la misma facilidad: es del director de 'Zooloco', 'Click' o 'El aguador'. Como todo queda entre amigos, y para que luego se diga del cine español, a falta de un gran éxito popular que le avale Adam Sandler se encarga de darle trabajo a su buen amigo Kevin James, también guionista, produciendo esta comedia a medida que, partiendo de ese esquema argumental que regalan con los corn flakes para que los niños se entretengan a la hora del desayuno, proporciona tan poco de cualquier cosa como de risas, en busca y captura ni aun enlatándolas a la manera de una sitcom, ofreciendo un bagaje más que insuficiente para salvar lo que concentrado en un tráiler de un minuto podría haber dado para un corto que presentar al Notodofilmfest, y no mucho más.

Al igual que me ocurre con su padrino, amigo y representante tengo que admitir que Kevin James me cae bien. Las cosas como son. Tiene pinta de ser buena gente. Y también de ser un tío simpático aunque visto en pantalla cueste reírse con o de él como bien demuestra una filmografía en la que se agolpan mayoritariamente una serie de títulos, y por no decir todos (por aquello de que me cae bien, nada más), demasiado suspicaces de ser llevados ante la justicia por crímenes contra la humanidad. Y si 'Peso pesado', una más que sumar, es en alguna manera soportable, lo justo como para no meterse todos los dedos de las manos en ambos ojos, es sencillamente por eso mismo, porque dentro de lo que cabe Kevin James... resulta simpático. Y es que James, aunque dilapide 100 minutos de película para apenas dos chistes medio decentes y efectivos, por lo menos cumple con su eficacia habitual, con la misma con la que nunca salvará ni justificará un filme pero con la que, tampoco, lo hundirá ni será merecedor de compartir lista negra alguna en la que aparezca el nombre de Kristen Stewart.

'Peso pesado' es una producción netamente comercial tan olvidable como prescindible, un muestrario completo de los tics y artimañas de este tipo de filmes que más que una historia es un chiste -un "gordo" metido a "luchador"- montado, de tal manera, que pueda pasar por "película" con la ayuda de ese patrón visto en mil y una películas, y donde al final, después de estar toda la película haciendo tiempo con el escote de Salma Hayek y otros personajes y subtramas de relleno, todo es de color de rosa, maravilloso, bonito, perfecto: ya se sabe, ese universo paralelo impregnado del espíritu de James Stewart y su 'Qué bello es vivir' donde si algo puede acabar bien... acabará de puta madre, aunque sea sin tacos. Y si con esto piensan que les he desvelado el final, y si con esto de verdad piensan que les he estropeado la película, déjenme que les diga algo aún más triste: que 'Peso pesado' aunque sea sólo en unos pocos se va a estrenar en cines españoles... 'Warrior' por contra no. Y este chiste tiene tanta gracia como 'Peso pesado', lo único que siendo justos cabría pedirle... pero claro, estamos en un mundo real tan imperfecto como el de verdad.

Nota: 3

Por Juan Pairet Iglesias