''Como Crimen y Castigo, pero con skaters''. Así definió el director estadounidense Gus Van Sant su última película Paranoid Park, basada en un libro de Blake Nelson y ganadora del premio del 60 aniversario del festival de Cannes.
A estas alturas no hace falta preguntarse quién es Gus Van Sant y qué ha hecho hasta la fecha. Gerry - en la que dos amigos se pasaban dos horas caminando buscando un poco de aventura- , Elephant - un film machacado por la crítica, a la vez que sorprendió a muchos otros y que recreaba la matanza ocurrida en el instituto Columbine por parte de dos adolescentes- , Descubriendo a Forrester - protagonizada por Sean Connery y, quizás, su obra de corte más comercial - y Mala Noche - en la que el estadounidense demuestra que con pocos recursos y con 19.000 euros también se puede hacer cine- por poner algunos ejemplos de su filmografía.
Paranoid Park nos cuenta la historia de Álex, un joven cuyos padres están separados y que, sin querer, mata a un guardia de seguridad en las proximidades de Paranoid Park, en la que practica skateboard junto con sus amigos.
El protagonista de la cinta es el debutante Gabe Nevins, al que el director fichó de una manera original tras realizar un casting a través de myspace y en diarios locales. Álex se nos muestra como un adolescente solitario, que se lo pasa bien con sus amigos mientras practica su deporte favorito que es el skateboard, pero que después del crimen que comete no cabe otra cosa más en su cuerpo que remordimento y culpabilidad.
El director nos lleva por un camino de planos secuencias, primeros planos e imágenes ralentizadas (ésos momentos con la cámara fijada y los skaters haciendo piruetas se le quedan a uno grabados) en la que el espectador se queda embobado y preguntándose por qué al director no se le da el reconocimiento que parece no tener. La película tiene una duración escasa pero justa, 78 minutos, en los que el director hace, una vez más, que gozemos de una historia sencilla y que contiene un final adecuado, sin ser nada del otro mundo, pero que en manos de otro director hubiera dado miedo.
Pero sí me gustó, la verdad. Lenta a veces, pero en general sí me pareció aceptable y "visible".
Nota: 6'25/10
Tostón tremendo. Nueva peli de Gus van Sant con niños adolescentes con cara de bobo y camisetas molonas. Va más o menos bien al principio, pero en cuanto ocurre la escena clave de la peli y se desvela el "misterio", se desinfla totalmente. Y aparte, es muy pretenciosa con esas escenas laaaargas a cámara lenta. Alguna de ellas, enfocando a las niñas, con un puntito pederasta, eh Van Sant (especialmente un absurdo plano de 10 segundos a los ojos de una de las chicas que se acercan a hablar con él cuando lee el periódico). Historia casi inexistente alargada hasta la saciedad para deleite gafapástico.
La salva la banda sonora y alguna de sus combinaciones con imágenes.
Pero si Van Sant es gay xD