'Origen' - Dicen por ahí...
Resulta bastante complicado abstraerse por completo de las vicisitudes previas al estreno en salas comerciales de cualquier gran producción que se precie. Especialmente, en casos como el que nos ocupa, donde la expectación generada tras su más que notable promoción junto a los antecedentes de su principal responsable y los buenísimos comentarios que nos trae el viento desde el otro lado del charco provocan, juntos o por separado, un desbordamiento del 'hype' por un posible resultado final que se transforma en una peligrosísima arma de doble filo que dificulta, a veces y en gran medida, nuestra apreciación sobre algo, pudiendo quedar difuminada en algún punto intermedio al margen del bien y del mal.
Dicho en otras palabras, nuestra percepción inicial puede variar considerablemente una vez nos despojemos "de lo que dicen los demás", de ahí que en ciertas ocasiones se requiera de un reposo meditado o de un segundo visionado para centrar nuestra opinión con la debida medida. Porque, no lo neguemos, una idea es el parásito más resistente y poderoso que hay...
En fin, reposada en mi escenario del crimen, usease, la mente, las expectativas exigen a ir al grano sin rodeos y empezar la casa por el tejado. 'Origen' ni es una obra maestra definitiva ni es la presunta gran película del año, mal que nos pese, mal que lo pueda parecer. Aunque se puede disfrutar como si lo fuera, y mucho de un visionado por demás siempre interesante, que en definitiva es lo importante. Por más que uno nunca deje de percibirla como un fenómeno ligeramente sobrevalorado. Aunque sólo un poco, un poquito. No deja de ser una producción recomendable que dará pie, y fundamento a muchas e interesantes conversaciones a la vera de unas cuantas cañas, pero cuyas intenciones y resultados se ven un tanto cohibidos ante lo que no deja de ser un entretenimiento 'mainstream' revestido de una aparente complejidad.
Una producción más que notable aunque no del todo redonda cuya propia naturaleza plantea más dudas que preguntas, y cuyo verdadero rostro una vez desmontados sus distintos niveles de profundidad dramática es el de un blockbuster con alma intelectualoide. Inteligente, solidísimo y de muy bella factura, pero un simple blockbuster al fin y al cabo... de los buenos o de los mejores, eso sí, ya, dependiendo de los gustos y los prejuicios.
Resulta muy complicado introducir una cámara en un mundo tan complejo, conceptualmente, como el de los sueños y salir indemne de una empresa que ofrece tantas posibilidades como oportunidades para arruinarlas por completo. Este terreno resbaladizo, peligroso y hasta cierto punto muy subjetivo es todo un reto afrontado con valentía por un como siempre confiado Christopher Nolan, que confirma sus dotes como director de orquesta en thrillers de precisión en apariencia milimétrica. Nolan sabe que la clave es el guión, un guión forjado en fuego, duro como una piedra y al que la cámara no haga más que mimar, sin desentenderse más de la cuenta con esas florituras artísticas con las que tanto les gusta lastrar a sus filmes a los autodenominados "autores" de lo visual.
Porque el director de 'Batman Begins' o 'Memento' no llega a ser -sin dejar de serlo- un autor, más bien un siervo del guión y de la audiencia. Un profesional como pocos con una suficiencia, confianza y personalidad capaces de alcanzar, con el debido presupuesto, ese punto intermedio en el que se puede entregar un gran espectáculo apto para cualquier aficionado al cine, ya sea éste del llamado 'entertainment' o del considerado de 'qualité', y que presenta aquí un inteligente ejercicio visual y narrativo que funciona desde el principio. A pesar de que, en última estancia, la excesiva aunque necesaria duración de la cinta (entre otras cosas, por ese "mal necesario" que representa el personaje de Marion Cotillard) y el apabullante ritmo que apenas concede descanso alguno y que la convierten en un 'tour de force' continuo, especialmente una vez se desencadena el fundamento de la trama, amenazan continuamente con una pesadez molesta, que nunca indigesta.
El filme se gana su derecho a ser visionado dando un paso fuera de la convencionalidad reinante en la cinematografía 'mass media', jugando con una historia que hace pensar y le exige al espectador estar al tanto de los detalles para no perderse en la maraña estructural que da cobijo a una trama, por demás, tan sugerentemente expandible como excesivamente demarcada por un hilo argumental demasiado rígido, condicionado por un personaje al que da vida un como siempre solvente Leonardo DiCaprio cuyo protagonismo condena al resto de personajes a ser poco más que comparsas. Aun a pesar de las convincentes interpretaciones de todo el reparto, o de una elaborada vuelta de tuerca narrativa que, no obstante, a veces se complica la vida como si no fuera más que un aparente pretexto para dar cabida a una idea visual concreta.
Y es que a pesar de la elegancia de la puesta en escena o de la fuerza visual de algunas imágenes ya adoptadas en propiedad por la historia del cine, lo excesivamente marcado de su eje no permite apenas ver más allá de las líneas de diálogo. Nos encontramos un mundo de los sueños excesivamente apegado a una realidad física tan cerrada que sus opciones, más allá de los saltos entre los distintos niveles de la trama, no difieren en demasía de un thriller relativamente convencional si no fuera por la base de la idea de partida, o de lo libre de una resolución que deja abiertas las puertas a la interpretación, lo que no obstante engrandece la figura de un Nolan que sin entregar su trabajo más redondo sigue ofreciendo un nivel medio que para sí quisieran la mayoría de "los otros".
Básicamente, es como si le echáramos en cara a la selección española de fútbol haber ganado en la prórroga y sólo por un gol a cero... lo que por supuesto no le resta valor a un film notorio que por otro lado se atreve a demandar mayor exigencia por parte de la audiencia.
Por su parte técnicamente poco podemos reprocharle a una cinta que luce excelente ante nuestros ojos y oídos, ya sea en base a su diseño de sonido, sus excelentes efectos visuales o su exquisita fotografía. Eso sí, destaca particularmente la excelente partitura de un Hans Zimmer en su tercera colaboración con Nolan tras los dos 'Batman', y que en los últimos tiempos parece haber recobrado el verdadero entusiasmo por la innovación como vehículo de sus creaciones. Una banda sonora magnífica que resalta y dota de fuerza a las imágenes del relato sin por ello perder su cuerpo como creación con carácter propio. Así mismo, mención especial merece su excelente montaje a cargo de Lee Smith, colaborador habitual de Nolan, y que a pesar de tener que vérselas con un material en bruto que se fundamenta en multitud de acciones paralelas o pseudo saltos temporales, presenta un remate final que en ningún momento resulta confuso o caótico, además de desarrollarse con parsimoniosa claridad en la pantalla, respetando las partes nobles del espectador.
'Origen' es una de las mejores películas del año, y uno de los títulos a recordar y almacenar de la cosecha de este 2010. No es LA PELÍCULA a pesar de que lo podría ser, o del "dicen por ahí...", o del (bien ganado) entusiasmo que la antecede. Pero sería injusto dejarse llevar dándole más importancia a aquellos elementos que le impiden llegar al sobresaliente que a los que la empujan hasta la antesala del mismo. Una producción altamente recomendable en cualquier caso que, por méritos propios, se ha ganado el derecho a poder ser vista por cualquier espectador que se precie a pagar una entrada de cine. Por algo apetece volver a verla una segunda vez antes que darle una primera oportunidad a unas cuantas. Al fin y al cabo nadie es perfecto... y por algo será, ¿no?
Nota: 8.2
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Cuando sea un final abierto vale, pero en un final cerrado como este no creo que haya nada que especular. El único que puede dar pie a especulaciones es si el propio Christopher Nolan reconce que el final es abierto. Entonces sí puedes hacerte todas las pajas mentales que quieras.
Perdóname, pero como espectador tengo el derecho a pensar lo que quiera, y no veo tan loco ese final abierto, pero bueno, sí es cierto que es el más pillado con pinzas de todos.
Que así sea.
Lo dicho, a mi solo me convence de que es un final abierto si sale a la palestra Christopher Nolan diciendo que lo que se ve a lo mejor no es real. Mientras no, no. No se puede rascar de donde no hay.