Las opciones y sus consecuencias están claras (independientemente de los escasos logros del propio filme):

De entre estas opciones me quedo con la tercera, puestos a elegir... y después de que me fallase la primera opción, claro está, mientras que asumir directamente la segunda como el estado natural de las cosas sería de estúpidos kamikazes. ¿Para qué ver una película que piensas que es mala? ¿Porque eres masoca? ¿Porque no hay otra cosa para ver? ¿Por pura y morbosa curiosidad? ¿Porque te gusta la mierda tanto como a las moscas? ¿Porque tienes un trabajo aún más aburrido como alternativa? ¿Porque tu vida es tan triste como para no tener nada mejor que hacer?

'Orgullo + prejuicio + zombis' no es una buena película. Y no lo es porque se queda a mitad de camino de ninguna parte. Tal y como sugiere su título, la cinta es un híbrido que sin embargo nunca acierta con la mezcla. Ni como filme romántico, ni como relato de zombis, ni como filme de aventuras: un filme fallido en todos y cada uno de sus frentes, ya sea de manera independiente o ya sea, sobre todo, de manera conjunta. Pero he aquí la clave que podemos rescatar de entre la podredumbre (que comenzó con la elección de un director como Burr Steers): lo es de manera accidental.

Que 'Orgullo + prejuicio + zombis' no sea una buena película no quiere decir que no hubiera podido serlo. De hecho, sobre el papel y a nivel conceptual la idea es muy estimulante. Y de haber caído en manos de un "gamberro" o de haber tenido más claro cuál era su público, hubiera podido ser una rotundo "placer culpable". Pero ante la duda, ser un filme romántico con zombis o ser un filme romántico de zombis o ser un filme romántico sobre zombis, sus responsables eligen la opción en apariencia más cobarde. Esto es, ni para ti ni para mí, ni para él ni para nadie.

Esa decisión, alimentada por la sensación manifiesta de haber sido vilmente violada durante su desarrollo (y durante su post-producción), conduce a la cinta hacia la vergüenza e indiferencia que supone un discurso tan desprovisto de energía, pasión o alegría. Pero sobre todo demasiado seriote dadas las circunstancias, en lo que demandaba ser una broma, auténtica y contundente, que no se tomase nada en serio a Jane Austen. Pero como sucede tantas y tantas veces, su condición de producto comercial acomplejado y temeroso de Dios le ha desprovisto de alma.

A pesar de la presencia, carisma y belleza de una irresistible Lily James (de la que admito haberme enamorado), 'Orgullo + prejuicio + zombis' se ve reducida a poco más que nada en esta vida en la que no hay mes que los zombis no asomen por alguna parte de nuestras vidas. Por las buenas, al menos, nos queda un algo curioso e incluso distraído que, por momentos, insinúa el potencial de la idea (algo con lo que podemos jugar en nuestras cabezas). Mientras que, con dos dedos de frente, mejor que no nos pille de malas... porque para eso, casi mejor, que no os pille.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex