¿Qué significa encontrarse "en el ojo del huracán"? Buscando por la nueva Biblia de la información de los más perezosos, de nombre Google y de apellido "Voy a probar suerte" (y a ver si cuela...), me he encontrado con que la expresión "en el ojo del huracán" se puede interpretar de varias maneras. En caso de duda, se supone, un español ha de recurrir a la RAE y leer que, en su segunda acepción, "En el ojo del huracán" significa "Centro de una situación polémica o conflictiva". O trasladado a cuando una persona se encuentra en el ojo del huracán, cuando una persona se encuentra en medio de una situación polémica o conflictiva más, añado yo más allá de la evidencia, especialmente cuando hagas lo que hagas y aunque no lo parezca cualquier acción supone un riesgo para tu salud y la de cuantos te rodean. Vamos, dicho pronto y mal, es cuando estás jodido... aunque puede que aún no te hayas dado cuenta. Lo que le ocurre por ejemplo a José Crisanto, sin ir más lejos, un tipo que sin él quererlo se encontrará entre la espada, la espada y otra espada en medio de un conflicto internacional de proporciones insospechadas. Suena interesante, ¿verdad?No hay situación más jodida en la vida, dicho pronto y mal, que aquella que te ha encontrado a ti, aquella que te deja con un margen de maniobra tan escaso que esta parece haber tomado por tí todas las decisiones, gusten o no. Porque hay quien tiene el privilegio de decidir hacer cosas... mientras hay a quien el destino, vamos a llamarlo así, decide por él. Y no es tanto por ser alguien como por estar simplemente ahí como lo estaba John McClane una, dos, tres, cuatro y parece ser que hasta cinco veces. ¿Quién es un héroe? ¿El que lo es de verdad... o a quien las circunstancias le han obligado a serlo? O qué diantres, ¿qué es un héroe? ¿qué se siente al ser un héroe? ¿merece la pena ser un héroe? Preguntas algunas que por cierto se hacen también los compañeros, amigos y policías de 'Sin tregua'... pero eso es en otra sala. El campesino y agricultor José Crisanto no es ni mucho menos un héroe (ni alguien con placa o uniforme) aunque hay a quien se lo pueda parecer: tan sólo es un humilde campesino y agricultor que aspira a llevar una vida más o menos apañada junto a su cada vez más amplia familia (evidenciando cual parece ser su pasatiempo favorito... aunque tampoco voy a ser yo quien le culpe). Pero si algo deberíamos de tener claro es que la vida, esa zorra presumida, le gusta jugar con nuestras vidas... y a los cineastas les gusta jugar con las que alcanzan la suficiente categoría como para ser carne de artículo, o de algo más.

Cuando el cineasta franco-español Miguel Courtois Paternina le echó un ojo a la historia no lo dudó ni un instante: aquí hay película. Y cuando los productores le echaron un ojo a Luis Tosar como protagonista tampoco lo dudaron ni un instante: aquí hay una película... interesante. Porque Luis Tosar, sobran las presentaciones, es uno de esos actores capaces de que cualquier cosa, leer la guía telefónica durante 90 minutos como se suele poner de ejemplo, resulten interesantes... lo sean o no. Y 'Operación E' es interesante, y no sólo por la presencia del actor, aunque la historia real en la que se inspira no se vea remata en pantalla con la suficiente energía y autoridad como para permitir que la producción, vamos a llamarlo así, decida por nosotros y nos incite a ese espontáneo gesto que es aplaudir al final de una proyección, síntoma evidente del regocijo que nos ha podido causar la misma... que no necesariamente el hecho real, que reírse con el final de 'Lo imposible' no significa reírse de las víctimas de: una cosa es una película, y otra cosa es una vida real. Porque hay buenas historias y hay mejores historias, y la diferencia sustancial entre unas y otras es la categoría del narrador que nos la haga llegar y a través de quien la percibimos como él quiere que la percibamos... o no. Como tanto y tanto me gusta usar la expresión (que incluso me voy a hacer una camiseta), del dicho al hecho hay un trecho, y Courtois-Paternina no termina de encajar todas las piezas para impedir que Tosar sobresalga sobre la película... o que la película no sea capaz de sobreponerse a su presencia, se podría decir también.

¿Suena interesante? preguntaba al principio, y no me estaba refiriendo a mi habitual rodeo por los Cerros de Úbeda (que siempre contienen más de lo que aparenta... me gusta pensar). 'Operación E' es uno de esos filmes que "suenan interesantes", y de hecho son interesantes. Y mientras la estamos viendo con estos ojos que Dios (o su suplente) nos han dado estamos continuamente pensando eso mismo, que se trata de un filme interesante que durante todo un metraje salpicado de constantes y convincentes giros argumentales mantiene nuestra atención. Pero, y he aquí la clave, nos permite pensar durante la proyección; o lo que es lo mismo, no es capaz de arrastrarnos a la selvas de Colombia para emprender el viaje hombro con hombro con Crisanto, para sentir el sudor, las lágrimas o esa tensa e inquietante desesperación de un excelente -para variar- Luis Tosar de forma inconsciente; o que viene a ser lo mismo, que permite que la veamos pero no que la sintamos, la difícil barrera que todo buen filme ha de atravesar para llegar a ser un filme notable. ¿Y por qué? Hay cosas que no tienen un porqué, hay cosas que simplemente pasan o son así. No hay nada en particular que podamos reprocharle a una cinta más que solvente, muy entretenida y bien hecha cuyo delito, tal vez y por mencionar algo, es que ni sobresale ni sorprende en ningún aspecto en particular... porque a Luis Tosar ya le conocemos y le esperamos. Eso es lo malo de tener a alguien como el ganador del Goya, en pasado y en futuro: que a su lado si las cosas no se hacen realmente bien parece que no lucen aunque tengan algún brillo propio. Y eso es lo malo de 'Operación E', un filme simplemente interesante... si es que somos tan ambiciosos (o mezquinos) de considerarlo como algo malo cuando no es poco lo que nos ofrece.

Nota: 6.75

Por Juan Pairet Iglesias