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'No tengas miedo a la oscuridad': ''Sobremesa'' film

Vía El Séptimo Arte por 22 de diciembre de 2011

Cuando intentan vender una película en cuyo cartel no aparece el nombre del director y sí el del productor, concretamente una persona conocida, querido espectador, desconfía, porque ahí hay algo que huele mal. “No tengas miedo a la oscuridad” es el primer largometraje de Troy Nixey, un conocido ilustrador de cómics, pero la produce y la co-escribe Guillermo del Toro. Él no la dirige, pero se vende como si fuera suya. Sally Hurst (Bailee Madison) llega a la mansión Blackwood en la que su padre Alex (Guy Peartce) está trabajando y vive con su novia Kim (Katie Holmes). Sucesos extraños empiezan a suceder con la llegada de la niña y el descubrimiento del sótano. Vayamos al grano porque no sirve de nada dar vueltas sobre algo tan vacío. “No tengas miedo a la oscuridad” podría ser una historia de miedo, pero no lo es. Si quitamos algún pequeño susto, todo lo demás son meras apariciones de pequeños seres. Las películas de Guillermo del Toro (“El laberinto del fauno”) suelen tirar más hacia la fantasía, lo irreal. Aquí se acerca a eso. No obstante, es el cogionista junto Mathew Robbins de una historia que comenzó a formarse cuando Guillermo era pequeño. Ahora llega una película oscura (¡ojo! No sé si será la calidad así de la película, pero alguna escena es tan oscura, que hay que esforzarse para ver qué hay en la imagen) que intenta sacar adelante su director, pero que no consigue que sobreviva. Se esfuma al mismo tiempo que aparece la última imagen.

Vale. Vamos a rodearnos de actores que le saquen jugo a la historia. Lo intentan, pero sin demasiados resultados. Guy Pearce (“Memento”, “L.A. Confidential”), es un padre más preocupado por su trabajo que atento a lo que su pequeña Sally le está contando sobre bichos raros. Katie Holmes (“Premonición”, “Batman Begins”), es la novia que simpatiza con el problema de la niña y que intentará ayudarla. Y Bailee Madison es la niña con quien las hadas-monstruos intentan “jugar”. Tres ejes de una historia que anda sobre una fina línea casi a punto de romperse.

No es una gran historia que destaque por nada en especial. Incluso hay momentos que son sucesión de imágenes sin sentido, incluyendo las últimas imágenes y diálogos. Se podría catalogar de “sobremesa” si no fuera, porque en pequeñas cantidades, se nota que Guillermo anda por detrás, dando pequeñas órdenes y añadiendo una escena que a muchos les recordará a una de las míticas películas de Hitchcock.

“No tengas miedo a la oscuridad” es una película liviana, sin ningún tipo de peso interior. Dejará al espectador tan parecido a como entró, si acaso añadirá un ligero enfado por haber pagado una entrada por algo que no se merece su precio. No es una película que no tenga una historia detrás, pero está tan mal enfocada, sin nada que sorprenda al espectador, que consigue que no se tome en cuenta la historia que se está viendo. En todo el momento, el espectador sabe que está en el cine, sentado en la butaca y comiendo palomitas. No logra transportarlo al interior de la historia, lo que hace que dos horas después la película no tenga ningún interés.

Nota: 3

Por Rocío Campos

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