'Mi gran boda griega 2' - Como si son 15 años
Es posible que aún haya quien se acuerde: en abril de 2002 se estrenó en Estados Unidos una pequeñita y humilde película llamada 'Mi gran boda griega'. Medio millón de dólares en poco más de 100 cines que no levantaron apenas ruido. Un año después, cuando abandonó los cines norteamericanos, su recaudación era de más de 240 millones de dólares, nada mal si tenemos en cuenta que había costado tan sólo 5. Nunca fue número 1, pero tardo más de 8 meses en desaparecer del top 20. Imagine algo así hoy en día... inténtelo, por favor. Si puede.
El fenómeno de 'Mi gran boda griega' es tan inexplicable como el de 'Ocho apellidos vascos'. Una de esas "cosas que pasan" sin que nadie sea capaz de llegar a entenderlo. Simplemente pasó. Algo tan impredecible que no se puede reproducir ni en 10.000 intentos en un laboratorio. Lo extraño de todo esto es que mientras que a la cinta española le salió descendencia en menos de año y medio, no fuera que a la gente se le "olvidase" de que iba la cosa, a la "griega" le ha costado casi 14 años sacar adelante la suya. Tiempo de sobra para alimentar las suspicacias...
... porque, ahora, 14 años después, ¿quién se acuerda de aquella película? ¿Alguien recuerda que ha hecho entre tanto Nia Vardalos, su principal valedora detrás y delante de las cámaras? En una época en la que predominan las secuelas, remakes, re-adaptaciones, reinicios, spin-offs, reboots, refritos, derivados espirituales y cuantos términos afines se les ocurran a quiénes se les ocurran, es imposible no pensar que 'Mi gran boda griega 2' es un intento por re-engancharse a un tren que, en su momento, dejó a Vardalos saludando desde la estación.
'Mi gran boda griega 2' es una de esas secuelas que nadie ha pedido de una película de la que ya nadie se acuerda, pero que ejemplariza lo que viene a ser hoy en día la industria de Hollywood de igual modo que lo ejemplarizaba 'Calle Cloverfield 10', película a la que incluir el "Cloverfield" en su título la salvo de ir directa a DVD (lo crean o no). Tampoco se trata de una crisis de ideas. Simplemente, de un recurso publicitario temeroso de los quebraderos de cabeza que supone enfrentarse a un producto que aún nadie conoce. Aunque haya que viajar hasta el olvido.
Si bien 'Mi gran boda griega' fue un milagro casual y fortuito, al menos y a diferencia de los 'Ocho apellidos vascos' tiene un cierto valor digno de mención: su solidez como una película decididamente tan humilde como irremediablemente simpática. No era ingeniosa, pero si agradable; no era divertida, pero sí aplicada; no era glamurosa, pero sí honrada. Con sencillez y sobre todo honestidad, un espíritu que sigue manteniendo los 14 años que he tardado en verla, que son no obstante diez años menos de los que he tardado en ver 'El guardaespaldas'.
Y el comentario no es casual: cuando este fin de semana me iba a poner a ver la primera me encontré con la segunda en la televisión, y me decanté por esta. Por "cumplir", fichar en IMDb y a sabiendas que la siguiente iba a ser la "griega". ¿A santo de qué? A santo de que 'Mi gran boda griega 2' viene a ser un soso intento por repetir la jugada. Distraída dentro de su humilde irrelevancia. Pero aún mucho más hueca e insignificante. Y de nuevo una película que puedes ver como puedes no ver durante los próximos 14 años... que no pasaría absolutamente nada.
Como si son 15 años. Tampoco.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex