Cuando de producciones familiares se trata, ya sabemos qué esperar, y si va de la mano de Walt Disney Pictures, pues ya tenemos dos cosas: la primera es la seguridad de lo que esperamos, y la segunda, afianzarnos a un producto de calidad y entretenimiento para toda la familia. ¿Pero siempre sucede? No. La fórmula de comedia aleccionadora de Disney ya a nadie toma por sorpresa, y 'Más allá de los sueños' (Bedtime Stories, EUA-2008), no forma parte de ninguna excepción a la regla.
Dirigida por Adam Shankman, en esta producción familiar de 99 minutos, podemos adentrarnos un poco en la vida de Skeeter (Adam Sandler), la cual cambiará cuando las historias que les cuenta a sus sobrinos antes de dormir se convierten misteriosamente en realidad al día siguiente con algunos detalles en contra. Cuando él se percata de ello, decide contar historias fabulosas en las que todo sale bien con el fin de salir avante, y de paso sobresalir en muchas situaciones que se le presentan en contra económicamente a su familia. Pero las aportaciones que sus sobrinos hacen a los cuentos no le ayudan mucho para que así suceda.
En el reparto podemos encontrar también a Keri Russell, Guy Pearce, y a Courteney Cox, entre otros. Y en el aspecto técnico, hay un aceptable desempeño en el montaje de Tom Costain y Michael Tronick. Los efectos visuales en la parte fantástica están bastante elaborados aunque en ocasiones suele delatarles la falta de énfasis en algunos casos, porque las fallas técnicas son evidentes; pero lo más grave ocurre en el argumento, haciendo de los baches una constante durante lo ancho y largo de la cinta.
Aunque a cada momento hay detalles que hacen labrar una espléndida sonrisa en el rostro del cinéfilo –de los niños no se diga-, hay otros en los que esa sonrisa se tornará escueta por la falta de paralelismos tanto en la vida real, como en el cuento al que aluden… siendo bastantes gratos los momentos de fantasía, pero muy breves; pero, trastocados a la realidad, resultan muy tontos y banales y dejan al descubierto la facilidad por la que se han decantado los guionistas Matt Lopez y Tim Herlihy, para llevar a buen puerto el filme, sin que esto llegue a ocurrir, pues la gratitud se hace evidente de buenas a primeras.
Lo anterior no que sea malo, sino que pierde entonces todo ese espíritu que prevalece en las obras familiares donde hay una enseñanza de por medio, y donde todos deben aprender de todo. Como la idea no quedó muy clara en el cometido de la cinta, entonces es uno de los personajes quien se atreve a mencionar claramente que es lo que se pretendía con el filme, casi casi como si la voz en off durante toda la cinta no lo hubiese hecho ya, y como si no fuese evidente hacia donde tira, tomando en cuenta lo reiterativo de las acciones de los personajes. La cinta es todo un ir y venir de las mismas acciones.
La cinta es infantil y es divertida a segmentos -el peso principal de lo divertido recae en un personaje que sin duda es potencialmente envolvente, un conejillo de indias llamado Fisgón; y una aparición espontánea de Buzz Lightyear que se encuentra justificada y es aplaudida-. Como cinta familiar funciona adecuadamente, pero es una obra ínfima, que si no se ve, no pasa absolutamente nada. Los niños la disfrutarán afablemente, mientras los adultos tendrán que esforzarse un poco más para creerse que este cuento es sólo ficción, y no se vayan a quedar dormidos a la primera oportunidad.
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