'Los otros dos' - El discreto encanto de los secundarios
En alguna que otra ocasión ya he dejado clara la poca simpatía que me suele despertar la figura de Will Ferrell, algo que no deja de ser una impresión personal mía, que conste. Y entre otras cosas, por este tipo de prejuicios cuando se fundamenta el peso de cualquier película sobre los hombros de un determinado nombre o factor se corre el riesgo de que, al igual que en cualquier mitin político, sus seguidores le besen el culo mientras sus detractores le ignoren sin que en realidad nadie haya prestado verdadera atención a lo que se ha expuesto, algo que en gran parte también serviría para explicar el porque nos va como nos va. Por esto mismo, y sacando punta a lo dicho por mi compañero Víctor hace poco respecto a la última comedia de Todd Philips, si hay directores que se desenvuelven mejor con las multitudes que con las parejas es porque, también, desde un punto de vista objetivo, las mejores comedias son aquellas que no se la juegan a una sola baza, ya sea ésta una idea o el nombre de una estrella, por cuanto su potencial resulta mucho más amplio y accesible para una mayor parte de la audiencia.
Así, aun a pesar para un servidor de la presencia de Will Ferrell, quien no obstante en esta ocasión he de admitir que se porta, 'Los otros dos' resulta una de las más logradas, convincentes y efectivas comedias estrenadas este año, una cinta elaborada con algo más de inteligencia e ingenio de lo que viene siendo habitual una producción de estas características y que sin lugar a dudas supone la mejor película de su director, Adam McKay, algo que por otro lado tampoco era muy difícil... y no es que sea una comedia brillante ni mucho menos perfecta. Tampoco es que sea un film imprescindible o que podamos recomendar indiscriminadamente a cualquiera que ose cruzarse en nuestro camino. Pero sin dejar de ser lo que es resulta de lo más simpática, algo que más o menos garantiza un mínimo en el que una sonrisa en la boca nos acompañará durante todo su metraje, y eso en el peor de los casos, pues en el más razonable el espectador podrá firmar una frase como "una de las más logradas, convincentes y efectivas comedias estrenadas este año". Y esta frase entiéndase como se quiera entender, pero por desgracia tiene mucho más significado de lo que aparenta en una primera lectura...
Lo dicho en un principio: 'Los otros dos' es ante todo una producción de estudio, acertada eso sí, que cumple con lo que promete, algo que hace con la suficiente alegría como para incluso destacar entre sus congéneres como una producción más que digna, e incluso merecedora de un reconocimiento mayor, salvo prejuicios, si nos pilla en un día de los buenos. Divertida y simpática comedia con toques sarcásticos que se ríe de las buddy movies tradicionales y su concepto de la (falsa) realidad cinematográfica, se trata de una especie de parodia que conjuga la sal gruesa con algún que otro detalle más fino en torno a las ficciones policiales que el cine suele presentar, sus clichés y tópicos, sus regates a la realidad física, ese "un no sé qué" que nos hace creer en una realidad paralela en la que todos los policías yankees son Harry Callahans a los que un día sin tiroteos y persecuciones les resulta más largo que un día sin pan, y donde sirva de ejemplo que los protagonistas, pongamos por caso, pueden saltar sin miedo desde lo alto de una azotea que siempre acabarán aterrizando en unos arbustos o algo parecido que amortigüe la caída, y cosas por el estilo. Menos mal que uno de sus aciertos, y la cinta tiene los suficientes, es que ésta no se toma para nada en serio a sí misma, algo siempre muy recomendable en toda comedia que se precie de serlo, reconociendo un absurdo sin mayor empaque que servir de ligero y convincente pasatiempo.
Para disfrute de la audiencia que sintonice con su humor se trata de un film que busca la risa constantemente, repleta de momentos que harían las delicias de un "yutube", un encadenado tras otro de un gag al siguiente, en su mayoría acertados aunque siempre hay alguno "que sobra", pura estadística, de ahí que matice cuando me refiero a ella como una película que, sin dejar de serlo, no resulta para nada redonda por cuanto funciona más por la acumulación que por una sólida narrativa argumental, donde no hay nada nuevo bajo el sol, y donde la comedia se impone siempre a la acción de la misma manera que esta se impone y sobrepone a su propia construcción dramática. Visto de esta manera, sin duda alguna una de sus grandes bazas es su entonado reparto, quienes en última instancia permiten que las carencias de una producción eminentemente industrial puedan ser obviadas en beneficio de un resultado más satisfactorio. Empezando por un más que efectivo Ferrell y terminando por un recuperado Michael Keaton. Entre medias un Mark Wahlberg riéndose de sí mismo, una Eva Mendes impresionantemente guapa (dando lustre a su enésimo papel de florero), un villano simpático pero poco maligno por parte de Steve Coogan o la dupla formada por Dwayne Johnson y Samuel L. Jackson, quienes se lo pasan pipa con su breve pero intensa participación como esos "policías de película". Todos ellos tienen sus momentos, líneas de diálogo y sus primeros planos, cumpliendo con su cometido con entusiasmo y solvencia.
'Los otros dos' no son el Barsa y el Madrid. Son el cómico retrato de esos héroes de acción que sólo, me dicen que actualmente sin tilde por mucho que el corrector aun no se haya puesto al día, lo son por los designios divinos de un celuloide que juega a convertir lo imposible en una realidad alternativa. Con 'Los otros dos' las cuentas no sólo se presuponen, sino que además nos salen si tenemos en cuenta que la relación objetivo/resultado es lo suficientemente satisfactoria como para salir sonriendo de la sala. Y si de una comedia se trata no podemos decir sino que la oferta ha cumplido con la demanda, en mayor o menor medida, pero que ha cumplido al fin de cuentas.
Nota: 6.75
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Más que recomendable.
La película llena de gags surrealista y fuera de un humor corriente tiene algunas situaciones, sobre todo en su comienzo, realmente graciosas, pero que con el transcurso de la película se van disipando haciendo de su duración una pesada losa para la inteligencia de muchos espectadores. Así y todo la película goza de la participación de actores muy conocidos como Eva Mendes, Samuel L. Jackson o Michael Keaton, que a pesar de tener que meterse en el papel con estos diálogos sin sentido, parecen habérselo pasado bien y realizando actuaciones muy naturales, hecho que es digno de mención.
Mark Wahlberg, de nuevo en un papel que no exige mucho de su limitada vena como actor, es el gran triunfador de la pareja protagonista y goza de un papel que esta hecho para su persona, y que a pesar de parodiar y reírse de otros actuaciones realizado con anterioridad por el actor, este decide llevar su interpretación al terreno de lo aceptable.
Un film que olvidaréis tan pronto como se abran las puertas de la sala del cine, y bueno al menos os hará pasar alguno aunque limitados graciosos momentos. No da para más.
coincido en casi todo, pero que wahlberg te parezca más gracioso con la cara de amargao que tiene además esas explosiones de ferrel son muy salvables pero si vamos una peli correcta para pasar el rato y poco más
Spoiler
Un 6,5.
Una lograda parodia del género policial y de los tópicos de las parejas de detectives y las comisarías que se mueve con solvencia entre el humor exagerado y surrealista y en la ironía y el sarcasmo por momentos, sin caer en el humor fácil o escatológico.
Quizá no acabe de ser una gran o destacable película porque no consigue la carcajada porque se pierde en su propia verborrea y en el intento forzado de resultar graciosa en todo momento.
De todos modos es un gran trabajo de agilidad en los diálogos, número de gags y situaciones divertidas y en no caer en ningún momento en el aburrimiento ni los chistes tontos.
Todos los secundarios tienen su momento de gloria, incluida Eva Mendes aunque nos obsequie con otro papel (y van ya buuuuuuf o más) de mujer florero.
Entretenida cinta para pasar un rato divertido y echarse unas risas. Un 6.3