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'Les doy un año' - ¡Papá está desenfocado!

Vía El Séptimo Arte por 12 de septiembre de 2014
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El guionista de 'Ali G anda suelto', 'Borat' y 'Brüno' debuta en la dirección con esta comedia romántica de los productores de 'Love Actually', 'Nothing Hill' y 'El diario de Bridget Jones'. ¿El resultado? Un intento fallido por mezclas ambos modelos de comedia, la irreverente con la romántica, dentro de un envoltorio de producción apta para casi cualquiera que no funciona ni aunque les demos todos los años que alcance a darles nuestra esperanza de vida, ni tampoco los que a partir de ahí pueda darnos la ciencia a través de una máquina. Que no funciona, pero no porque no pueda hacerlo sino porque, sencillamente, no funciona. Esto es, que no y no es que no.

'Les doy un año' partiría con la aspiración de ser una especie de anti-comedia romántica, que viene a ser una forma de decir que es una comedia romántica que intenta no parecer una comedia romántica. Algo así como lo que podría ser 'Adictos al amor', pero vista desde la óptica de alguien que ha trabajado codo con codo durante años con Sacha Baron Cohen en vez de con Meg Ryan. Ningún problema, pues contemplada dentro del universo de la comedia romántica no es ningún despropósito comercial de baja estofa. Como tampoco lo es dentro del universo de la comedia a secas, en donde también se la puede inmiscuir gracias a una pequeña dosis de gamberrismo para todos los públicos. Su problema es más bien... otro.

¿Se acuerdan de 'Desmontando a Harry'? ¿Se acuerdan del personaje de Robin Williams? ¿Se acuerdan a su hijo gritando aquello de "¡Papá está desenfocado! ¡Papá está desenfocado!"? Esto es lo que vendría a ser 'Les doy un año', una comedia "desenfocada". Los actores, los diálogos, las situaciones, la dirección... todo parece estar correcto, pero sin embargo su reflejo en la pantalla se muestra como si estuviera desenfocado. No funciona. ¿Por qué? Tal vez por nada en particular, tal vez por todo a la vez: no se trata de señalar a un culpable o de encontrar un error en el código empleado, sino de que dicho código no funciona aunque no le pase nada malo. Todo combinado, todo y nada a la vez.

Uno asiste a la proyección de 'Les doy un año' esperando alguna risa, y lo cierto es que nos quedamos con las ganas. Continuamente con la sensación de que al fin va a arrancar, de que al fin va a pasar algo que justifique y/o compense su visionado. Pero nunca llega, el filme se acaba con la sensación de haber pasado de puntillas sin empezar, y si bien tampoco podemos decir que nos hayamos aburrido... en fin, como si hubiéramos estado sentados cual inexpresivo maniquí mirando las musarañas. Pura indiferencia, y además de verdad, de las que pueden llegar a descolocar como una de esas borracheras que, a la mañana siguiente, causa un vacío en tu vida de un par de horas durante el que nadie sabe que ha pasado.

 

Nota: 4,5

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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