'Las nuevas aventuras de Caperucita Roja': Menos y peor que su predecesora
Allá por 2005 apareció “La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja”, una de esas películas animadas de corte humilde y sencillo (pese a estar detrás los hermanos Weinstein estrenando nueva productora) de la que poca cosa se esperaba, pero su planteamiento de sátira de los cuentos de la infancia, darles una vuelta y con toques de humor negro la hacía atrayente. Con fecha de 2011 aunque de estreno esta semana, llega su secuela, que no resulta la grata sorpresa que fue aquella ni hace que funcione la mencionada fórmula. En esta ocasión pintaba mal y por desgracia, lo cumple.
Quizá es por lo lejano del recuerdo, porque uno con los años se hace cinéfilamente más exigente, por el factor sorpresivo o inesperado de la primera. Tendría que volverla a ver para hacer una comparativa detallada pero de una forma u otra, esta segunda, la titulada “Las nuevas aventuras de la Caperucita Roja”, es una cinta muy floja. Mantiene una trama diríamos detectivesca con Caperucita, la abuela y el lobo como principales protagonistas, en esta ocasión con secuestros de por medio y un ataque a la organización a la que pertenecen con parece una bruja misteriosa detrás de lo sucedido. Sigue también la retahíla de “cameos” de diferentes personajes del mundo de la fábula y los cuentos, cambiando su rol en clave de comedia, así como incontables referencias, guiños y hasta toreo al copyright de multitud de films e incluso videojuegos, desde “El silencio de los corderos” a “El Padrino”, pasando por “Star Wars” entre otras. Jugar a cazar las referencias puede ser de los pocos alicientes interesante para el atrevido adulto que acompañe al / la peque de la casa a ver esta excesivamente infantiloide secuela.
Algún momento, algún gag, no destacable pero si salvable y correcto es de lo poco que se puede decir positivo de una película que pese a su corto metraje puede hacerse pesada y tiene momentos que rozan la vergüenza ajena. El doblaje y la traducción de los diálogos tampoco son buenos, cargados de excesiva jerga con frases del estilo “y un jamón con chorreras!”. La animación no parece haber avanzado nada desde la primera y en su día se le podía perdonar pero en el año que estamos y con lo que ha avanzado la industria, queda muy desfasada. Al igual que todas sus caducas y tópicas moralejas sobre la amistad, el trabajo en equipo, no guardar rencor etc. Parece que no acaba de aclararse en sus intenciones y el híbrido de buscar comedia negra, la sátira e ingenio junto a ser una película para los más pequeños no le sienta bien al contrario que a su predecesora y además se esfuerza en exceso por ser graciosa.
Sirva mi “sacrificio” como advertencia para no verla a no ser que se tenga un día muy masoca o que los niños de la casa te pidan películas animadas nuevas porque las que tenéis las habéis ya aborrecido todos de tanto verlas.
Nota: 3,0
por Abrahán Guirao, AKA Calderilla