Resulta difícil evaluar en su justa medida el alcance de una superproducción incompleta como esta ‘Herencia Valdemar’, primera entrega de un falso díptico cuyo loable, meritorio y ambicioso esfuerzo se queda a medias a falta de una conclusión a estrenar en seis meses. Una decisión demasiado arriesgada al tratarse, aparentemente, de una sola película partida en dos (y a su vez con una doble narración en su interior), con lo que el abrupto final de esta primera entrega asesta un golpe a la moral del espectador, quien se queda sin una verdadera culminación moldeada como tal y con la sensación, nada placentera, de que le ha dejado "a medias"... pongamos que hablo de sexo, ¿qué mal rollo verdad?
Es evidente que el cine español ha encontrado en el cine de corte fantástico uno de sus principales valedores, caldo de cultivo propicio para la reformulación de los códigos del cine patrio, donde nuestra cinematografía ha encontrado la verdadera libertad creativa y, en parte, ha recuperado la complicidad con el espectador. 'La Herencia Valdemar' se suma a esta tendencia con una historia que entremezcla dos líneas distintas de narración y una cuidada factura técnica, así como un ambicioso modelo de producción que, dependiendo de su impacto, puede suponer una pequeña revolución en la creación de una verdadera industria española. Veremos, porque de momento sus resultados son inconcluyentes...La cinta empieza con unos sensacionales títulos de crédito tras los cuales los primeros minutos nos sumergen con eficiencia televisiva dentro de un misterio con alma de thriller. Llegado un punto, la historia se rompe en dos y esta se traslada al siglo XIX, cambiando de tercio narrativo por completo en un aparente flashback que se adueña ya del resto del film, con un formato de drama de época con apuntes fantásticos. Cuando concluye esta parte de la historia, correcta y bien llevada, que no cae en el ridículo y de ritmo apreciable, y tras un minuto para recordanos que hay otra historia pendiente, el film también llega a su fin, enlazando los eventos de la primera media hora y acontecidos en nuestra época a su conclusión en la segunda entrega... Uno se pregunta si no habría sido más apropiado condensar las dos entregas en una sola, presentar una película con cada historia o si no es que nos están vendiendo una miniserie televisiva (incluso con el avance del próximo episodio intercalado en los títulos de crédito). Ya lo he dicho, una arriesgada decisión que para quien escribe estas líneas es del todo equivocada, y que por desgracia hiere gravemente la credibilidad de una (falsa) saga cuya buena voluntad se merecería mejor suerte.
Alejándose del patrón actual en el cine de género, el debut en el largo de José Luis Alemán es una mirada hacia el pasado desde el presente, a la reconstrucción de una sensación inquietante de terror latente mediante la creación de una atmósfera y su transfondo amoral por encima de los golpes de efecto (al menos en su parcela ambientada en el pasado). Otro punto arriesgado a su favor (o en contra, depende) es romper los moldes establecidos por el cine moderno, siendo valiente y consecuente buscando su razón de ser en una superproducción con forma y contenido, algo más que un mero entretenimiento para adolescentes. De fuertes raíces clásicas el film viene a ser un homenaje a la Hammer y su terror gótico de los años 70, intentando evocar la presencia de Lovecraft en cada plano de sus pasajes más tenebrosos, y con una puesta en escena clara, concisa y sin excesos visuales. Con un ritmo sostenido y constante, la narración se toma su tiempo, sin prisa pero sin pausa, deteniéndose en cada instante para dar tiempo a que la historia adquiera su forma. Un reparto que resulta tan correcto como funcional sirve de base para ello.
En lo que respecta a su parcela técnica todo en 'La Herencia Valdemar' luce bien y bonito, desde la fotografía hasta su diseño de producción pasando por sus más que correctos efectos especiales o su acertada banda sonora; se nota que se ha contado con los medios adecuados y ganas para refrendar unas buenas intenciones. Aunque los más exigentes serán capaces de fundamentar una crítica lo cierto es que su parte técnica es inapelable si exceptuamos, claro está, que esto no es Hollywood: no hay despligues fabulosos ni grandes secuencias de acción o una reconstrucción a gran escala de un mundo de época, pero lo que hay no sólo es suficiente sino que además cumple con nota y, lo mejor de todo, al servicio de la historia, con lo que su parcela técnica pasa tan desapercibida como tan convincente resulta todo en ella, sin excepción. Chapeau.
Resumiendo, y por ponerle a esta crítica un verdadero final, 'La Herencia Valdemar' es una propuesta tremendamente valiente, sin duda, muy lograda en sus intenciones y lo suficientemente convincente como para dejarse ver con agrado. Su principal problema, sin embargo, es que es una obra incompleta, un punto en contra tal vez demasiado enorme por cuantos méritos derriba de un plumazo su inexistente final, un dicho de manera "tradicional" ¡zas! en toda la cara. Y eso es lo malo, que después de este final tan decepcionante quedan seis meses para la revancha... ¿merecerá la pena esperar?
por Juan Pairet Iglesias
Tal vez sea mejor esto que no una Herencia Valdemar version reducida
Se me olvidaba, actuaciones fuera del flash-back sobreactuadísimas...
Un 3,5.