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'La espuma de los días': Juego de niños

Vía El Séptimo Arte por 26 de septiembre de 2013

Es indudable que cuando un adulto mira cómo juega un niño no está viendo lo mismo que dicho niño está viendo. La diferencia entre el que juega y el que observa. Mira, pero no ve. Si acaso no más que la cara de felicidad del renacuajo, muy posiblemente tan radiante como ajena al mundo de mierda que aguarda uno empieza a ser consciente del mismo. Como bien explicaba Jeremy Renner al final de 'En tierra hostil', a medida que crecemos vamos desprendiéndonos del poder de la imaginación en favor de la cruda realidad, si bien hay según qué personas que cual Peter Panes se aferran al derecho constitucional de darle vía libre a sus pensamientos... como si se tratase de un juego de niños. Claro es que algunos, que pueden y tienen valor, dejan volar a sus neuronas más allá de los límites de su cabeza para plasmarla en algún tipo de soporte físico. Y la imaginación sin control ni manual de instrucciones es un caos. Por ejemplo la de Michel Gondry, el excéntrico realizador de un 'Olvídate de mí' que, recordemos, contó con un guión de Charlie Kaufman... y cuya pluma se echa en falta en cada nueva ocasión que el realizador se aleja de Estados Unidos, donde a un francés nunca se le quita el ojo de encima, para dar rienda suelta a sus proyectos más personales. A su imaginación. Para volver a sentirse como un niño pequeño y, tal vez, recuperar la ilusión por algo más que el (aguijón) verde del dólar. El problema, lo dicho, lo es tanto la falta de un límite como el hecho de que mientras uno juega el otro, el espectador, puede que sólo esté observando.

O lo que es lo mismo, no es igual de divertido jugar que ver a otro jugando, la sensación en la que puede caer alguien con el cine de Gondry, un realizador al que por nombre se le permite lo que en el caso de otros sería una locura... pero como ocurre con los ricos, no es un loco, es un excéntrico. Y el principal problema de 'La espuma de los días' es la excentricidad de Gondry, quien abusa sin medida del universo poético y surrealista del original de Boris Vian. Sin medida, y sin control, el de una historia que ya al poco de comenzar empieza a parecer más una excusa entre (y para) tanto artificio... repito, artificio. Porque la sensación que desprende esta nueva versión de 'La espuma de los días' es la de ser una especie de hombre de hojalata, quien deambula por un camino de baldosas amarillas en busca de un corazón que no sabe ni quiere tener a quién pedir.

Gondry se permite tantas licencias que lo que empieza como una simpática curiosidad termina por cansar; y el cansancio termina por aburrir; y el aburrimiento termina por molestar. Un producto tan aparentemente caprichoso, gratuito, aleatorio, e impulsivo que más se parece a un juego de niños que a una película. Gondry se pierde en sus excesos, sus excesos pierden la historia, y la historia pierde a un espectador al que se le pide tanta manga ancha como la que sólo un fan a ultranza puede ofrecer quién, con alevosía, lo adoptará como una rareza incomprendida de culto asegurado en vez del truño, dicho tal cual, que sería sin miramientos a manos de otro nombre más vulgar. Ley de vida. 'La espuma de los días' es incapaz de que sus imágenes, en ocasiones muy poderosas, sean capaces de transmitir más emoción que la de ser salvado por una llamada en plena función.

Gondry, desenfrenado, rompe la baraja y pierde una partida que se le hace muy larga, mucho más que aquellos vídeos, clips y demás donde la narrativa no tiene por qué interferir en su inventiva. Un filme fallido a todos los niveles, cuya duración parece extenderse de igual manera que las piernas de sus protagonistas bailando el biglemoi para, dar la sensación, de durar el doble y un poco más, señal inequívoca de que hay algo en su corazón que no funciona bien. Se aprecia, no obstante, la valentía de un proyecto "diferente", y que cuanto menos intenta innovar de alguna manera aunque sea recurriendo a lo más clásico, por ejemplo a través de su encantador uso de la animación stop-motion. Se aprecia, más no por cuatro momentos inspirados cabe salvar lo que bien puede ser considerado como un mal sueño. O como un juego de niños sólo apto para... ¿niños?

Nota: 4

Por Juan Pairet Iglesias

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Comentarios

  • Avatar de martilla
    martilla 28 de Octubre de 2013, 01:00:32 PM
    Después de su estelar actuación en "Amélie", no me pierdo ninguna película en la que Audrey Tautou sea protagonista y ésta no va a ser la excepción. Este miércoles 29 de octubre, en el Ciclo de Cine Francés de Cines Dreams, dan "L'escume des jours" en versión original con subtítulos en español y, aprovechando que sortean entradas gratis a través de su fanpage (https://apps.facebook.com/easypromos/register/108299) voy a aprovechar par verla. ¡Ya os diré que me ha parecido!