John Patrick Shanley tiene poco camino recorrido en la silla de dirección, pero su experiencia como escritor es simplemente impresionante, pues no sólo cuenta con un Oscar en su haber (Moonstruck 1987) sino que además esta obra que inició en Broadway, obtuvo el premio Pulitzer 2005 al mejor drama puesto en escena. Con dichos antecedentes las expectativas son muy altas, pues ahora el escritor y director de esta gran obra toma sus riendas para llevarla a la pantalla grande. El resultado es abrumador.
La historia es sencilla y por demás contada, un ministro de la iglesia es acusado (por una monja) de abusar de un niño en la escuela a su cargo. A pesar de los sencillo de la trama, su tratamiento nos demuestra como lo importante no es la anécdota, sino la manera en como se desenvuelve. Para ello el director se rodeó de dos actores simplemente magistrales, por un lado cuenta con Philip Seymour Hoffman (Capote) y por el otro la gran actriz Maryl Streep (Sophice Choice), como nos podremos imaginar las actuaciones son poco menos que perfectas, sin un minuto de desperdicio y con un poder desbordante.
Maryl Streep hace un papel como ella sabe, de inmediato nos presenta a una directora dura, fuerte y bastante intolerante. Mientras Philip Hoffman nos presenta a un padre tolerante y amoroso que se gana nuestro corazón. No es hasta que una denuncia empieza a cambiar todos los papeles. Y he aquí el gran acierto del escritor/director, pues no nos presenta buenos y malos como es costumbre en Hollywood, sino nos presenta seres humanos, llenos de matices y dudas. La historia se cuenta desde el punto de vista de la hermana Aloysius, por lo que no tenemos acceso a más información de la que ella va recolectando mientras se desarrolla la trama. Es así como la obra nos hace cómplices y testigos de un caso con todas sus pruebas y con todas las dudas que lo rodean. La labor es por demás magistral, pues verdaderamente nos encontramos ante una obra que no presenta un sitio seguro para el espectador, las escenas pueden movernos de un lado al otro y al final terminamos con un gran número de hechos ambiguos, tal y como lo hace la hermana.
Pero el papel de Maryl Streep, no sólo es ese. Nos transmite a un ser humano, que a pesar de la fachada dura e irascible, es al fin y al cabo un ser humano lleno de dudas y que al final del día busca siempre dentro de su interior el bien de los niños y de las personas a su alrededor. La actuación era muy importante para lograr este vinculo entre el auditorio y el personaje y se logra de manera brillante. De igual manera Philip Hoffman, nos muestra a un padre por demás tolerante y lleno de nuevas ideas que pone en jaque el sistema tradicional de la escuela, con ello logra nuestra simpatía que se pone en entredicho con muestras de prepotencia que van bien entremezcladas en su actuar, haciéndolo por demás humano y creíble.
La cinta desborda por todos lados su naturaleza teatral pues pocas veces abandonamos la escuela y el gran peso de la misma está en los diálogos y sobre todo en la oficina de la hermana, dónde suceden las secuencias más decisivas. El ritmo es preciso para generar un ambiente de incertidumbre y jamás se deja seducir por lugares comunes o concesiones hacia el espectador que podría esperar una trama más clara y sencilla, por el contrario las escenas son elaboradas, muy habladas y muchísimo peso recae en el lenguaje corporal y las miradas."Doubt" es un deleite para el espectador por dónde se le vea.
por Jalex
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