'Independence Day: Contraataque' - A Emmerich ''se la suda''
20 años han pasado desde el estreno de 'Independence Day'. Sólo 20 años aunque viendo el filme original, cualquiera diría que no son 200 años habida cuenta de lo rematadamente mal que le ha sentado el paso del tiempo.
20 años han pasado desde el estreno de 'Independence Day'. Y 20 son los años que hemos tardado en ver una secuela, una situación prácticamente inaudita habida cuenta de la obsesión de Hollywood por las secuelas.
Verdaderamente sorprende que hayamos tardado 20 años en ver una secuela de 'Independence Day'. Dejando al margen su más que dudosa calidad o lo rematadamente mal que le ha sentado un paso del tiempo que la sitúa técnicamente a la altura de la 'V' original, cabe reconocerle el mérito de transcender por encima de sus limitaciones hasta convertir algunas de sus imágenes en historia viva de los 90. De aquí a la eternidad, quién lo hubiera dicho, e impulsando a Roland Emmerich al panteón de los alemanes más temidos de la historia junto a Adolf Hitler o Angela Merkel. Y antes que se me ofendan, recordar que es un gracieta... y que un servidor disfruta como un animal en celo con la gratuidad de 'El día de mañana' o '2012'.
Como también un servidor disfrutó como un enano de 'Independence Day: Contraataque', lo que no quiere decir que sea una buena película. De hecho no lo es... y de hecho, precisamente porque no lo es, puede llegar a ser tan disfrutable. Para ello hay que aplicar una lógica tan básica que, advierto, puede poner en duda aquello que creemos que está bien y aquello que sabemos que está mal, que todos somos tan listos como para rara vez reconocer que somos igual de tontos... aposta o sin querer. Tan básica como esto: si la película es de una estupidez evidente, ¿por qué o para qué vamos nosotros a intentar y/o simular ser inteligentes? ¿Por qué malgastar esa siempre "supuesta" inteligencia o aparente mala baba?
Si no puedes con el enemigo, únete a él. No es que precisamente Emmerich sea nuevo en esto, ni es que precisamente 'Independence Day: Contraataque' sea la película más personal que haya hecho. Esta es posible que fuera la inédita en España 'Stonewall', un varapalo para el ego del cineasta toda vez que se ha tratado de uno de sus pocos intentos por ser tomado en serio. En vano. Y de dicho pinchazo es posible que haya surgido esta continuación que, después de haberla estado esperando durante 20 años -porque siempre supimos que volverían-, resulta que parece improvisada en 20 minutos (¡por cinco guionistas!). Improvisada además con rabia y una pizca de esa maldad que anima muy mucho a simpatizar con Emmerich, la verdad.
Porque si hay algo bueno que podamos destacar de 'Independence Day: Contraataque' es, dicho sea a las claras, que se trata de un blockbuster que con acierto echa mano del "sudapollismo" más gratificante. Emmerich parece haber pensado que, total, para que le caigan palos igual, mejor pasar del mundo y a disfrutar de la experiencia, que el rodaje desinteresado de una superproducción puede ser de lo más divertido (y lucrativo). Esto es, si algo cabe agradecerle a esta continuación es una honestidad que no se anda con rodeos, además de una espiral progresiva de desmadre y desfachatez capaz de hacernos dudar de si en realidad Emmerich es tan inteligente como para hacernos creer que es tonto.
Pero... ¿quién es más tonto, el tonto o el que sigue al tonto? 'Independence Day: Contraataque' define esa creencia que sitúa a los blockbusters como un punto al que mirar mientras ingerimos palomitas de manera compulsiva. El típico, estúpido, e inocuo blockbuster de verano que no cumple... pero que es sumamente entretenido, y que puede ser potencialmente elevado al olimpo durante el post-partido. Tan descabellado, tan estúpido, tan "me la suda". Es ese claro y rotundo "orgullo casposo" de serie B de lujo que la hacen tan simpática durante y, sobre todo, después. Porque no se trata de cine, sino de pasarlo bien. De comer palomitas. De resguardarse del calor. De acrecentar la leyenda de Emmerich como archienemigo de la Tierra.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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Lejos de la primera y sin ese Will Smith que comenzaba a ser una estrella, la califico como muy floja,aunque no llega a ser un truño.
Le doy un 4
He aprovechado justo antes de ver esta, el revisionar la primera muchos años después. Argumentalmente es un cúmulo de absurdos pero dos décadas después sigue siendo entretenimiento en vena y efectos que siguen luciendo. Esta secuela rescata a los personajes principales que sobrevivieron en aquella, los cuales evidentemente están más viejos (como nosotros); un movimiento acertado para elevar el efecto nostalgia y la conexión entre ambas, a la par que nos presenta un legado, una nueva generación, que en su mayoría sin los descendientes de los primeros a los que se suma gente como el hermano pequeño de Thor.
Muy mitificado Will Smith en la primera aunque al final no sale tanto como tu memoria recordaba, pero sigue teniendo el mejor gag de la saga por más que en la secuela, quieran tirar, en ocasiones sin éxito y abusar, de la parte más cómica, aunque otros momentos siguen funcionando igual de bien que su predecesora, que tampoco era una cosa hilarante. Efectos renovados, un poco (tampoco mucho) de profundidad argumental para dotarla de un pequeño universo más allá de "bichos nos atacan, nos defendemos por sobrevivir" que abre la puerta a más secuelas y exploración de más especies y planetas, y en general, una película olvidable pero entretenida. Una secuela a la altura de un film que impactó en su día, pero que en el fondo tampoco era gran cosa.
Nota: 5'5
Dinero mal gastado. Nota: 4.
Roland Emmerich no es que sea precisamente uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos, pero hay que reconocer que su película de 1996, 'Independence Day', fue una obra más que decente por sus efectos especiales y el carisma de su reparto principalmente.
20 años después se estrena su secuela con buena parte del reparto original, salvo Will Smith, y algunas caras nuevas para el esperado regreso de...vale, en realidad no nos pasemos. Creo que Will Smith hizo bien en no aparecer en este largometraje porque, sinceramente, hace quedar a la película original como un golpe de suerte más que un material que merece la pena seguir explotando.
A diferencia de aquella, esta película se toma más en serio y quiere ser algo más de lo que fue aquella, lo que hace que se note más que no es una buena cinta. Además, las nuevas incorporaciones del reparto tampoco es que vayan a ser precisamente personajes que tardaremos en olvidar, sino que bastará con unos minutos después de haber visto el filme. Afortunadamente, son las viejas caras las que sacan a flote el 'barco', sobre todo Bill Pullman cuyo personaje es el mejor de las dos películas.
Además, a esta cinta creo que le sobra metraje, parece no acabar nunca y dan rodeos en lugar de ir de un punto A a un punto B sin más extras de los necesarios.
Lo que puede justificar esta producción es si la hipotética tercera película tenga una historia que merezca de verdad la pena. Suceda o no suceda, creo que habernos quedado sin esta segunda entrega tampoco hubiese sido un duro golpe.
3/10