Cuando un director reconoce que no tiene otro objetivo que el contar una historia y entretener a su audiencia, todos los espectadores podemos relajarnos y juzgar el trabajo realizado desde una perspectiva objetiva. Tal es el caso de Dito Montiel (A Guide to Recognizing Your Saints 2006) en sus segunda incursión fílmica "Fighting" que desde los minutos iniciales nos muestra que no persigue otro objetivo que el establecido de antemano, peleas, acción, romance y un poco de humor en las calles de Nueva York.
No hay denuncia a pesar de ser una película que nos lleva de paseo por un Nueva York sin tapujos y sin maquillaje (se ven la pobreza, se ven las bandas fuera del control de la ley y las calles sucias con grafiti). Tampoco hay una crítica hacia la riqueza extrema que hace que dos peleadores luchen como un espectáculo privado para diversión de quien pueda pagarlos y que deja al perdedor sin un solo centavo. Mucho menos vemos el flujo de dinero ni el verdadero negocio de estas peleas que son las apuestas al por mayor, que motivan a comprar a los peleadores que no dudan en venderse ante carretadas de dinero. No, todo esto puede esperar, hay una historia que contar y hay que darse prisa.
Shawn MacArthur (Channing Tatum) es un joven que vive al día, se preocupa por sobrevivir hoy y nada más. Lo único que sabe hacer es pelear y esto es rápidamente captado por Harvey Boarden (Terrence Howard) un entrenador de medio pelo que nota el dinero que puede lograr con él. Es así como MacArthur entra al mundo de las peleas callejeras y como es de esperarse, sucumbe ante Zulay Valez (Zulay Henao) camarera del club dónde los "empresarios" se reúnen a discutir las peleas y las ganancias. Los lugares comunes siguen y el final es por demás el esperado.
El personaje de Tatum (Step Up 2006) es creíble. Deja ver buenas cualidades para la actuación al retratar al peleador que es una buena persona que sólo pelea porque no sabe hacer otra cosa. No era difícil, pero bien pudo fracasar y el objetivo lo cumple con creces. Otro papel por demás bien logrado es el de Henao (Feel the Noise 2007) quien es el amor de este peleador. Será cosa del destino o un mero accidente pero la historia de amor es lo que realmente vale la pena en este ejercicio. Ambos actores logran una química envidiable, dejando de lado esos amores pasionales a primera vista y volviéndolo uno real que crece de manera paulatina. Y es precisamente este romance el que permite que Tatum nos muestre el lado humano del peleador.
Todo esto es más que inverosímil. Y aún más inverosímil el desenlace que peca de inocente. Pero las reglas se establecieron desde el inicio del largometraje. El objetivo se logra. Las escenas de pelea son convincentes, bien ensayadas y actuadas, dejan un buen sabor de la brutalidad de los seres que participan en ellas. La sed de sangre y la avaricia están bien retratadas y el acto es creíble.
por Jalex