'Escobar: Paraíso perdido': Pim, pam, pum
No se lleven a error: aunque lo pueda parecer (que lo parece) Benicio del Toro no es el protagonista de 'Escobar: Paraíso perdido'. Ni es el protagonista ni la película gira en torno a él. Aunque su presencia, figura y nombre son importantes para la historia que cuenta, no son tan imprescindibles como sí lo son para un filme al que sirve como reclamo... al que sirve prácticamente como único reclamo. Porque si 'Escobar: Paraíso perdido' sobresale en algo es gracias a la presencia de Benicio del Toro, un actor y un papel que se valen para validar -que no justificar- lo que sin su presencia seguiría sin ser nada del otro mundo pero mucho más soso.
Si es usted de ese grueso de los espectadores que se guían por las caras en vez de por los nombres, es posible que no ubique a la que se esconde detrás del nombre de Josh Hutcherson, joven intérprete de 22 años con una carrera que se extiende por más de diez años. 'Zathura. Una aventura espacial', 'Un puente hacia Terabithia' y 'Viaje al centro de la Tierra 1 & 2' son sus principales papeles protagonistas junto a los del filme de culto 'Castigo Sangriento' y, bueno, sí, el de Peeta Mellark en 'Los juegos del hambre' y derivados. Y lo mejor que podemos decir de él es que no es el típico guaperas o cachas con cara de palo del estilo a su compañero en esta última, Liam Hemsworth.
En todas ellas encontramos un apoyo que no existe en 'Escobar: Paraíso perdido', el de los efectos especiales. Hutcherson asume en 'Escobar: Paraíso perdido' el que sería su primer papel como protagonista absoluto, como catalizador de un público al que se le señala como su referente en la pantalla. Y es tal la responsabilidad que su eterna cara de empanado no tarda en quedar en evidencia, y con ello un filme rendido al carisma de su estrella titular. A Josh Hutcherson le queda tan grande ser el protagonista de algo, así, en plan sólo él (y todos los demás a un lado), que de tan desubicado que en vez de quitarse la camiseta a lo Mario Casas no le queda otra que ponérsela para tapar sus vergüenzas como si esta fuera un efecto especial.
'Escobar: Paraíso perdido' es un thriller muy correcto, demasiado, y al que le falta calado dramático como para que su pim, pam, pum, toma cocaína, llegue a penetrar en nuestro interés. Bastante distraído, si, pero también bastante funcional y en donde solo destaca lo que siempre suele destacar en estos casos, Benicio del Toro haciendo de Pablo Escobar, personaje no obstante secundario cuyo espíritu sobrevuela todo el filme sin hacerlo suyo. Su presencia se siente como la de un recurso de guión sin que sus peculiaridades resulten significativas, si bien del Toro lo sabe aprovechar por su talento, el mismo que le falta a un Hutcherson que, como la película, sólo demuestra saber estar delante de la cámara/pantalla de cine.
Sólo estar. Ni molesta ni ofende. Sólo estar. Ni entusiasma ni emociona. Sólo está porque lo está: Pim, pam, pum, fuera.
Nota: 6,0
Por Juan Pairet Iglesias
Pero claro, si al contrario de mi, la ves en su día (o incluso ahora) esperando un film sobre Escobar y a Del Toro luciéndose en pantalla con un alto % de minutos para ello y te encuentras en vez de ello a un surfero perdido que se enamora de la sobrina (absolutamente bellísima Claudia Traisac) y al tío Escobar lo ve de refilón pues te puedes quedar algo despagado.
Su efecto "pim pam pum" que decía Wancho, hace que pase volando para lo bueno, pero también para su rápido olvido. Pero como digo, como un tenso anexo para los fans del personaje, funciona muy bien.
Nota: 6'2