Si es difícil asomar la cabeza con una primera película cuando aún nadie tiene por qué esperar nada de ti, más difícil resulta mantenerla a la vista con una segunda incursión, toda una prueba de fuego cuya principal adversidad a superar suele ser restarle toda la credibilidad posible a la expresión "la suerte del principiante". El sumo respeto y/o miedo a la reválida, expectativas algo desajustadas por arriba o abajo, una elección un tanto cuestionable por el motivo que sea, que la casualidad hiciera de la ópera prima un éxito o que el momento respaldase una producción que fuera del mismo carezca de la misma prestación son elementos que dificultan un reto con el que no pocos directores muerden el polvo antes de encaminar sus nombres hacia el olvido.
Duncan Jones, hijo de su padre como yo lo soy del mío, sorprendió hace un par de años con 'Moon', un más que interesante y prometedor debut en el que destacaba especialmente una hábil puesta en escena y un claro instinto narrativo, supeditando la realización a la historia y no al revés, principal defecto de muchos noveles cegados del ansia por dejarse notar tras las cámaras para intentar así darse a conocer. Con 'Código fuente' Jones sube la apuesta respecto a su primer filme, y antes siquiera de que se le pueda considerar un autor se la juega dentro del marco de una producción comercial, un doble desafío artístico que resuelve con solvencia y credibilidad en ambas vertientes subrayando su condición de firme promesa... aunque sin trascender de ella, todavía.Interesante mejor que buena. Ese es el mejor y más ajustado adjetivo con el que cabe calificar a esta 'Código fuente', producción no obstante más que lograda y sobre todo efectiva que podríamos presentar como una curiosa versión alternativa algo más comercial de 'Los cronocrímenes', y que al igual que esta y a pesar de manejar temas intrínsecamente relacionados con la ciencia-ficción está narrada como si de un thriller de suspense al uso fuera, buscando una sensación de aparente realidad bastante creíble a pesar de la evidente pirueta argumental cercana a los efectos derivados de una noche loca en Las Vegas con el amigo Hunter S. Thompson. Además, ambas cintas exigen a la audiencia estar tan atentos como sus protagonistas para encauzar provechosamente los diversos elementos que, a cada nuevo paso, van alterándose en función de un momento que no siempre es igual ni para unos ni para otros, algo que mejor o peor concretado siempre se merece al menos una palmada en la espalda de antemano.
El planteamiento de la cinta es más que sugestivo, una de esas ideas quizá no tan brillantes como pareciera debido al sin fin de posibilidades que alberga pero que suministra un punto de partida dos pasos por delante, y que engloba un concepto que de por sí bien vale el riesgo de enfrentarse a un largometraje, tanto detrás de las cámaras como delante como espectador, cuyas posibilidades de éxito pugnan de tú a tú con las del fracaso. Jones sobrevive, que no es poco, y lo hace merced a una inteligente y a la par discreta puesta en escena puramente narrativa, formalmente inmaculada y doblegada a la voluntad de un guión que en ningún momento le pierde la cara ni a su historia ni al espectador sin por ello menospreciar ni a la una ni al otro. A pesar de que no alcanza los límites de un relato cuyos inicios amenazaban con exprimir algo más sus posibilidades, y de que su capacidad evocadora es irremediablemente superior a sus resultados finales, 'Código fuente' logra valerse y hacerse apostando por un punto medio que, al igual que el cine de Nolan, ofrece entretenimiento a un buen precio y con fundamento.
No obstante esta "apariencia" de libre albedrío, como bien puntualizaba Thompson en uno de los mejores momentos de la también interesante 'Destino oculto' con la que 'Código fuente' comparte un espíritu afín (no tanto el mismo talento tras las cámaras), ni es gratuita ni es casual: cada paso y giro de guión, que no son pocos y que por descontado mejor ni oler antes de la proyección, están perfectamente calculados en función de las necesidades de un relato que, además, tiene la necesidad de venderse a un amplio espectro de público, la mayoría del cual se echaría una buena siesta con tan sólo los títulos de crédito de un título de las características de 'Primer'... o de 'Moon', mismamente, una cinta cuyo presupuesto le permitía ser algo más, digamos, independiente y pura. Este artificio limitado, evidente por ejemplo en la construcción de unos personajes que se ajustan más como piezas a la historia que como entidades dramáticas capaces de subsistir de motu propio en un universo paralelo, es un mínimo lastre que, a modo de peaje narrativo, encorseta un tanto un discurso por demás valiente y agradecido, pero al que en no pocas ocasiones se le intuye prefabricado.
'Código fuente' no sólo funciona, además se hace evidente que funciona por cuanto provoca una reacción en la mente del espectador, por más que ni siquiera en sus mejores momentos brille como hubiera podido ni como hubiera debido para confirmar a Duncan Jones como el director que, sin embargo, nos ha prometido ser tal vez en la siguiente, y al igual que Del Toro con 'Mimic' esta no sea más que una prueba para medir qué y cómo manejarse en Hollywood. No la defendería como una buena película propiamente dicho aunque lo sea, ni tan siquiera como el efectivo y muy distraído pasatiempo que resulta ser a pesar de algún que otro defecto especial. Lo dicho casi al principio, 'Código fuente' se defiende sola y lo hace como el título innegablemente interesante que resulta y a mitad de camino de una producción comercial hábilmente resuelta para que nadie la pueda acusar de pasatiempo descerebrado ni de un producto para gafapastas. Puede ser imperfecta, y de hecho lo es, pero es lo que tiene este lado de la vida en el que, a diferencia de Phil Connors, el resto de mortales tan sólo tenemos una oportunidad para hacerlo lo mejor posible, y así es tan difícil que hacerlo medio bien es de por sí un resultado más que satisfactorio.
Nota:
7
Por Juan Pairet Iglesias
Un 4.5/10
Spoiler
♦\Se abre la IMAGINACIÓN del prota conectado al Source Code: Consigue evitar la explosión de los trenes... pero ahí termina, pasan los 8 minutos y la chica le desconectó, esto era solo imaginación de un cerebro que terminó apagándose.
♦\Se abre la FANTASÍA del protagonista tras su muerte, este se queda con la chica, ocupando el cuerpo del tipo, cosa posible aquí, en su fantasía, su paraíso o como se le quiera ver.
Hasta ahí todo hubiera quedado muy bien, pero tenían que sacar la puta escena del sms
El SMS fue enviado en la ♦ IMAGINACIÓN del prota conectado al Source Code, por lo que esta escena está hecha solo para confundir, el SMS llega en otra 'línea de tiempo' (si así se le quiere llamar), pero que está dentro de la misma imaginación del protagonista, no es un universo paralelo o algo así, es producto de la misma imaginación y nada más.
La calificación de la peli habrá que consultarla con la cama y después edito.
That's what I say.
La idea de que el protagonista vea morir una y otra vez a los pasajeros del tren sin que éste pueda hacer nada, es desesperante a la vez que brillante. Lo vemos con una impotencia brutal durante toda la película. "¿Veo morir a todas las personas y no puedo hacer nada para evitarlo?" piensa él, y la respuesta que le dan es siempre un NO rotundo. Y a pesar de que lo intenta una y otra vez le resulta imposible obrar la salvación.
Spoiler
Por eso la película se queda en un 6.