'Ciudades de papel' - Un amigo para Quentin
El término "ciudad de papel" fue acuñado por los cartógrafos Earnest G. Alpers y Otto Lindberg, de la General Drafting Company, cuando inventaron el pueblo de Agloe y lo colocaron en la intersección de dos caminos de tierra en la parte sur de Catskills, en Nueva York. Como una marca de agua, si dicha localidad aparecía mencionada en algún otro mapa tenían la certeza de que su trabajo había sido usado como referencia no acreditada.
No te acostarás sin saber una cosa más.
'Ciudades de papel' es la segunda novela de John Green que alcanza la gran pantalla tras el gran éxito, el año pasado, de 'Bajo la misma estrella', una cinta que, dejando al margen al personaje de Willem Dafoe y en contra de lo que tal vez cabría esperar, funcionaba realmente bien incluso muy por encima de la edad del pavo. Quizá sea que las apariencias engañan, quizá sea que aunque lo pueda parecer desde el desconocimiento, después de todo, John Green no es un Nicholas Sparks de la vida, como parece ratificar esta nueva adaptación que nos viene "encauzada" a través de los mismos responsables y de la mano del director de 'Un amigo para Frank', pequeña joya indie cuyo buenrollismo y gusto musical comparte en otra franja de edad.
No, ni Green parece querer ser Sparks ni 'Bajo la misma estrella' parece condenada a ser su 'Diario de Noa' a emplear a discreción como excepción a la norma. Puede que 'Ciudades de papel' no sea tan redonda como lo fuera su buque insignia sin necesidad de un por qué echárselo en cara dado que, sin repetirse, ofrece un nivel distinto pero a la vez similar de amable y sana satisfacción sin grandes sobresaltos. Su acumulación de tópicos tampoco deja mucho margen de duda: Contextualizada en un terreno puramente juvenil, esta road movie se vale de un Macguffin romántico para subrayar la empatía que suscitan los marginados a punto de conocer que no hay nada como esa adolescencia por la que todos hemos cruzado.
La celebración de la vida y de los amigos, por encima de todo y aunque el mundo insista en darnos guantás con la mano abierta. Siempre con moderación, y que no pase de moda. Más una especie de 'Cuento conmigo' o un 'Kings Of Summer', para no irnos tan lejos, que una revisión adolescente de la temática romanticona de sobremesa a lo Telecinco. No hay por qué temer su adorable e inocente espíritu jovial enraizado en ese falso cine indie con vocación de género mass media. Baste un poco de perspectiva, la justa, la necesaria, la de la experiencia, como para aceptar que no sólo a nosotros nos gusta recordar filmes y momentos de nuestra época que no necesitaron de grandilocuencia para esculpir nuestras personalidades.
Es posible que su tono sea un tanto bucólico, que le cueste juntar a los tres amigos y su evidencia bienintencionada sea demasiado discursiva. Y aún más, es posible que cueste reconocer a este otro lado del charco, de la vida y de la juventud una ausencia tan sibilina de mala baba subversiva. Pero al igual que otros pequeños clásicos del género -el tiempo dirá-, aporta un halo de cordura, consciencia y naturalidad que dignifican su buena conducta, caligrafía y acompañamiento musical con esa sonrisa cómplice del buen paladar agradecido. Un toque de humanidad dentro de esa realidad paralela (y para lelos) que es la adolescencia vista por quiénes la cruzaron a través de otra realidad paralela (y aún más para lelos).
Nota: 6.5
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La he cogido con ilusión y ganas, bienvenida de querencia y grato abrigo de recordar y revivir ese cine de antaño, de esos maravillosos institutos de los 80 y 90 donde enamorarse, vivir aventuras y tus colegas eran lo más importante, ese despertar a la pubertad, perder la inocencia y arriesgarse a transgredir las reglas, básicamente a experimentar esa noche que intuyes será, por siempre, ¡la mejor cita de toda tu vida!
Sólo que tanto entusiasmo pronto se desinfla y queda en apenas nada, pues como afirma la propia protagonista, de un especial juvenil de ¿quién sabe dónde?, "las cosas de cerca son más feas", y este argumento pierde fuerza y vitalidad conforme rueda y pasan los minutos, según esa ciudad de papel se convierte en fantasma objetivo al que te da igual llegar, en el cual, seguro, no deseas volver a indagar, no por mala visita, sino por aburrida y desganada.
Y duele el comentario porque expone un clima adolescente atractivo, gustoso en el cual penetrar y fisgonear, porque la propuesta apetece y se acepta con la gratitud de esa disposición a gritar ¡a quién le importa!, mientras ríes con los amigos, y mientras vives, a través de ellos, esa locura que nunca hiciste, esa valentía que nunca te planteaste, ese descubrimiento de madurez que tardó años en llegarte.
Porque es lo que promulgan y explotan estas cintas de vecino tímido y buen chico, enamorado desde la infancia de su rebelde vecina, la reina de la promoción, que, de repente, tras años de ignorancia, se acuerda de él para convertir, esa nocturnidad espontánea e inhóspita, en el paraíso de la vivencia, la cumbre de sus sentimientos y el súmmum de la enseñanza que ofertar, en esa narración que supone su voz en off de fondo.
Y acudes con bonanza y placer a este recetario de jóvenes comprobando, "in situ", el mundo y lo que este tiene dispuesto, para quien corra el riesgo de participar sólo que, no alcanza tu espíritu, su buena voluntad, risueña sintonía y cándido propósito no trascienden tu piel ni encandilan a tu corazón; es más, te vas apagando al son de su tenue y fofa evolución, reconociendo todos los convenientes ingredientes para una velada cordial y plácida que, de tanto excedirse en su parsimonia de mucha bonanza/escasa fuerza, pasa a transformar su buscada amenidad, en atención distraída e interés reducido a mínimos por parte de la concurrida audiencia.
"Es peligroso creer que una persona es más que eso", subirla a los altares como trofeo a alcanzar hace que te pierdas los milagros próximos que tienen lugar cerca de ti, la obsesión en un punto fijo hace que no aprecies ni valores los demás, pero aquí su sermón filosófico al mundo se acepta en su teoría de sinopsis escrita aunque, por desgracia, pierde puntos, fuelle y carisma al tiempo que se pone en práctica y se va desenvolviendo; no brilla, no seduce, únicamente narra y, simplemente, esta acción no es suficiente para pretender y ansiar su compañía.
Ese primer amor, deseo luminoso que activa la vida, que estuvo más en mi cabeza que otra cosa, ensalzado hasta esa imposible perfección que lo hace inaccesible e intocable, belleza de mis ojos, destino diario de mis pasos, cómo alegraste esa época ¡sin tú saberlo!, enamorada según mi conocimiento ingenuo, feliz desfilaba con sólo coincidir con tu mirada, venerable afán que cobraba sentido en ese cruce calculado de pasillo, en esa lejanía del patio donde un ¡hola! tenía un precio muy estimado..., divina pubertad !que todo lo magnifica¡
"Adolescere", que está activo, que está creciendo, sólo que, nuestro presente mancebo protagonista, no logra eclipsar con sus sueños ni fascinar con su investigación y peripecia emprendida, cálidas buenas intenciones que se observan sin efecto notorio pues su nostalgia narrativa no aporta emoción, ni magia, ni morriña.
Basado en un manuscrito del mismo autor que "Bajo la misma estrella", del éxito de ésta se entiende se haya llevado la presente a la gran pantalla, cálculo de taquillazo que no asegura su triunfo, respeto y aprecio; hecho comprobado.
En lo negativo, me hubiera gustado más presencia de Margo; en lo positivo, me quedo con el viaje.
Realidad agridulce. Nota: 6.
Destaco el personaje de Margo que junto con la escena final son lo mejor de la película con diferencia. Y el momento de las latas de cerveza pegadas como una espada y el chico diciendo "Valhar Morgulis" jajajaja
En fin, entretenida, un 6.5/10