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'Arráncame la vida': Arranques de pasión y producción

por 23 de julio de 2009

Publicada en 1985, Arráncame la vida es sin duda alguna la obra cumbre de Ángeles Mastretta, pues quienes la han leído, deben coincidir en que articula un peculiar estilo en el que sus personajes femeninos eran ataviados y sugerentes a la par que intentaban reflejar situaciones vivenciales del país; un país que parecía exclusivo de hombres; al menos en sus novelas. México no es un país de adaptaciones cinematográficas; así que si había que adaptar una novela en este caso, tendría que ser una gran novela; y es de esta manera que en 2008, Roberto Sneider lleva al cine el libro con la cinta homónima Arráncame la vida (México-2008), un drama de 110 minutos, con las actuaciones de Ana Claudia Talancón, Daniel Giménez Cacho, y José María de Tavira.

Con un guión de la misma Mastretta, Arráncame la vida es la historia de Andrés Ascencio (Daniel Giménez Cacho) y Catalina Guzmán (Ana Claudia Talancón), de su relación amorosa, de las relaciones y el poder entre hombres y mujeres, de los cómplices del poder. Es la historia de una mujer que busca la libertad en una Puebla machista de 1930. Catalina encuentra en Andrés, un hombre simpático y poderoso, una vía para salir de su pequeño mundo; pero pronto descubre que también está perdiendo su libertad y su felicidad. Conoce entonces a Carlos Vives (José María de Tavira), el director de la orquesta del Palacio de Bellas Artes, quien es contraparte de Andrés.Una cinta que por su magnitud denota en primera instancia y visualización, es una gran ambición –no presunción- por mostrarse. Esto es muy aplaudible en una producción nacional basada en una novela que ha sido traducida a más de 80 idiomas; cuya distribución es exhaustiva por parte de la 20th Century Fox; y que resulta ser hoy por hoy la más cara en la historia del cine mexicano con una inversión de 6.5 millones de dólares. Por otro lado, después de 10 años -Dos crímenes en 1993-, Sneider regresa a filmar; y sale librado con Arráncame la vida, pero tiene sus traspiés con una dirección nada encaminada a un propósito.

La película tiene un trasfondo de desarrollo estético logrado en base a capital solamente, que puede dejar varios baches en el camino. Mastretta, conociendo su propia obra puede dar fe de que no hay contratiempo argumental en la cinta, aunque en ocasiones se note muy coartado; y aunque a los nuevos públicos, le puede saltar el tema de una modernidad latente en provincia hace casi 70 años, la cinta se presta esas libertades y la propia Mastretta las tiene en sus novelas; pero en la cinta faltan elementos que definan tales acciones por parte de su personaje principal. Los puntos fuertes de la cinta son la excelente actuación de Giménez Cacho, la fotografía, la música, vestuario, decorados, y la presencia escénica de Eugenia León; mientras que los débiles son, la misma interpretación de Talancón quien se nota verde en el papel, la dirección, y aunque cueste trabajo creerlo, el guión de Mastretta que se asimila resumido por evitar partes que no importantes de la trama pero si características de la obra literaria.

La adaptación de Arráncame la vida va por un camino distinto, pues a pesar de todo lo que parece tiene todo excepto las ínfulas de presentarse a sí misma como una cinta reivindicadora del cine mexicano. Desde luego que es una gran película y desde luego que la taquilla está de su lado y las razones no son para menos. Tiene un despliegue absoluto de producción que exalta los paisajes rurales y las escenografías urbanas –fotografía del español Javier Aguirre-; y con interpretaciones de actores, la mayoría con probada soltura.

La cinta en cuestión, lucha en debatirse por contar la historia de amor y las tribulaciones de la misma en el contexto politiquero; eso ya es un problema, pero como en toda cinta cabe lo bueno y lo malo, y si decimos que Arráncame la vida es una película perfecta estaríamos mintiendo. Lo cierto es que bien vale la pena verla porque no es que sea una de esas películas que no vemos todos los días; sino porque va a ser una de esas películas que no veremos por varios años. Al final de cuentas, lo que sí sabemos es que el éxito de la cinta estaba asegurado por adelantado; y resumiendo todo, Arráncame la vida es rica en forma, pero paupérrima en fondo.

por ÁngelNeg

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