Fallecen Mariví Bilbao y Jess Franco, dos iconos del cine español
Vía elmundo.es
por wanchope 03 de abril de 2013
Si ayer era el peculiar y atípico cineasta de 82 años Jess Franco quien nos decía adiós, apenas unos días después de estrenar su última película, 'Al Pereira vs. the Alligator Women', hoy al mundo del cine le toca despedir a la actriz Mariví Bilbao quien ha fallecido este miércoles a los 83 años de edad por causas naturales, según ha confirmado su representante.
Bilbao es conocida especialmente por sus últimos trabajos en televisión en la serie 'Aquí no hay quien viva', en la que interpretó a Marisa Benito, así como en 'La que se avecina', en la que encarnó a Izaskun Sagastume. Precisamente hace unos meses la actriz decidió abandonar el rodaje de esta última si bien lo hizo "por cansancio y por horarios, pero no por enfermedad", según ha explicado el representante.
Entre las películas en las que participó destacan 'Maktub' (2011), de Paco Arango; 'No controles' (2010), de Borja Cobeaga; 'Carmen' (2003), de Vicente Aranda; 'Marujas asesinas' (2001), de Javier Rebollo; 'Malena es un nombre de tango' (1996), de Gerardo Herrero; o 'Salto al vacío' (1995), de Daniel Calparsoro, director con el que participó en numerosos filmes.
Por su parte 'Necronomicon', de 1968, es sin duda, la más importante de las muchísimas (más de 200) películas que el cineasta madrileño Jess Franco firmó. Y a 'Necronomicon' remite la anécdota que con más placer citaba Franco: tras presentarla en el Festival de Berlín, el director recibió el tarjetón de un espectador que se decía impactado por la película y que quería conocerlo. Al dar la vuelta a la nota, Franco descubrió la firma de Fritz Lang, que después citó su película como una de sus favoritas de todos los tiempos.
Es un ejemplo del tipo de cineasta que ha sido Franco, capaz de habitar el cielo y en el infierno del cine al mismo tiempo. Sus películas, baratas, producidas en serie, intuiivas, únicas, zafias, llenas de encanto, eróticas, pornográficas, sórdidas, misteriosas, escatológicas, cargaditas de psicoanálisis..., no se parecen a nada en el cine español. O, mejor dicho, no se parecían, ya que, a partir de los años 90, los cambios de marea en la valoración de la cultura popular, convirtieron al viejo paria en un personaje de culto para cineastas como Álex de la Iglesia.
¿Cómo valorar a Jess Franco? En septiembre de 2011, Carlos Aguilar publicó un ensayo sobre la obra de Franco. Cuando, en ELMUNDO.es dimos noticia del libro, quedaba claro que el dilema era si amar o aborrecer sus películas, su personaje en parte grotesco y en parte heroico. Y que en eso consistía el encanto de Jess Franco.
Motivos para la insatisfacción: "[El libro] es muchas cosas", escribíamos entonces. "En primer lugar, y sobre todo, es la historia de una decadencia. La pérdida, o mejor, la corrupción de un talento original comparable en sus inicios a Mario Bava, a Roger Corman, a Franju y a Terence Fisher. El abandono de unas virtudes como 'el rigor, el respeto por el público y, sobre todo, el gusto estético. Esto le sucede hacia el año 74/75, poco antes de que comience su etapa suiza', según señala Aguilar".
¿Y para la satisfacción? El impresionante y único equipaje de Franco: películas con Christopher Lee y Klaus Kinski ('Drácula'), temas insólitos en la historia del cine español, el honor de géneros, como el del terror hispano ('Gritos en la noche', de 1961), aventuras indescriptibles, descubrimientos eróticos como Lina Romay (su mujer).
Los títulos de su filmografía bastan para entender el personaje, entre irresistible y desquiciado: 'Bésame, monstruo', 'Fu-Manchú y el beso de la muerte', 'Drácula contra Frankenstein', 'Las diosas del porno', 'Aberraciones sexuales de una mujer casada'... Pero, entre grosería y grosería, los retazos de talento del director de 'Necronomicon', su afán vital.
DEP.
Hombre, pues así viste que estaba ya bastante cascado el hombre...
Joder, pues sí, le costaba hablar y la movilidad era reducida. Eso sí, de cabeza lo vi bastante cuerdo.
Supongo que de Sara Montiel habrá hilo abierto, pero es que vaya año llevamos...