Hacía muchos meses que se mascaba la tragedia, tantos que el implicado ya tenía hecho su testamento desde hacía tiempo. Pero no por ello ha dejado de ser un golpe durísimo para el séptimo arte el adiós definitivo de una de sus últimas leyendas vivas. Hoy ha muerto Dennis Hopper en Los Angeles a sus 74 años de edad, víctima de un cáncer de próstata.

Quizás porque la tragedia era ya muy palpable, pero seguro que por justicia, el martes pasado, al veterano actor y director se le concedió el honor de acudir al Paseo de la Fama de Hollywood, con motivo de la colocación de una estrella con su nombre. Más vale tarde que nunca. Y más con alguien a quien la historia del cine sabrá poner en el sitio que merece.

Al fin y al cabo hablamos del que allá a finales de la década de los sesenta se erigió como el abanderado de la contracultura americana con su inmortal debut detrás de las cámaras, 'Easy Rider', que en su día le valió el premio a la Mejor Ópera Prima en Cannes. Pero aparte de encabezar el movimiento cinematográfico que pretendía huir de las tendencias hollywoodienses, hallamos en su haber un currículum extensísimo y brillante, en el que destacan sus trabajos en películas del calibre de 'Apocalypse Now', 'Terciopelo azul', 'Hoosiers: más que ídolos' (por la que obtuvo una nominación al Oscar al Mejor Actor Secundario), 'La leyenda del indomable' o 'Rebelde sin causa'. Imposible no inclinarse ante tal coloso. Descanse en paz.