'Lightyear' - La cuadratura del círculo
Pixar ha puesto el listón tan alto que una película como 'Lightyear' puede parecer que no tiene el mismo encanto que sin ir más lejos, la tetralogía de 'Toy Story'. De hecho hay quien piensa que eso mismo sucede con la cuarta entrega de la saga, no sin algo de razón: El final de la tercera era un cierre tan perfecto como para convertirse en un rémora casi infranqueable para cualquier otra cosa que pudiera estar por llegar. Las comparaciones, que son odiosas.
Aunque a decir verdad, es posible que a 'Lightyear' sí le falte ese encanto por otro lado irrecuperable de cuando con cada película parecían sorprendernos como si fuera la primera vez. Ese encanto amenazado por la experiencia de no ser ni la primera ni la segunda vez, tampoco la tercera o la cuarta. Ya van tantas veces que aquella capacidad de sorpresa se resume en lo que esperamos ver, siendo que lo notable pero esperado puede no parecer tan notable.
El clásico "no es para tanto" que ya de por sí le pasó factura a la (para mí) última película de Pixar, esa 'Onward' con la que 'Lightyear' tiene tanto en común (en mi caso) 839 días después. En particular, la extraña sensación de ver a Pixar jugando en campo contrario y priorizando el juego rápido al depurado. Un estilo más sencillo y directo, por decirlo de alguna manera, que deja algo más expuestas las costuras de un plan maestro que por otro lado, ya nos conocemos.
A esto venimos, a ver una de Pixar. ¿Has llorado?, me preguntó mi chica al cruzar por la puerta de casa. Y la respuesta es no aunque fuera una de Pixar... que también podría no serlo. Y no porque no este resuelta con la brillantez habitual de la compañía, sino precisamente porque lo está. Como si Pixar hubiera perfeccionado tanto su fórmula que ya no pudiera mantenerla más en secreto, y lo que antes bien pudiera parecer magia sea ahora simplemente ciencia.
'Lightyear' es una trepidante aventura espacial que no parece fruto del azar, sino la oportuna consecuencia no forzada de un proceso lógico. Como lo pueden parecer la gran mayoría de películas de animación, sin por ello tener por qué verse menguada su efectividad como lo que son (aunque en las mejores ocasiones no lo parezcan): Uno más uno aplicado con un gusto exquisito y una precisión matemática casi milimétrica. Parece tan fácil como resulta tan difícil.
'Lightyear' es sobre el papel una película redonda, como ya lo eran 'Onward', 'Toy Story 4' y otras tantas películas de Pixar como la no siempre bien ponderada 'El viaje de Arlo'. Tan redonda que no parece real... que no parece auténtica, siendo este el único lastre: Todo encaja tan bien y todo está tan en su sitio que de alguna manera, nos cuesta apreciar lo que no parece hecho por un hombre, sino por una máquina. O sea, no es magia, tan sólo ciencia.
Ciencia aburrida, de la que en la vida real tan sólo cura enfermedades de mierda cuando podría estar creando villanos para luchar contra nuestros superhéroes favoritos.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
A mí me gustan más las secuela de 'Ice Age' que la propia 'Ice Age', y aunque son efectivas no creo que sean mejores que 'Cars 2'. La primera de 'Shrek' si está al nivel de Pixar, pero las secuelas afearon y mucho el recuerdo de lo que no tendría que haber sido una franquicia.
Una aventura espacial de toque clásico que entretiene pero funciona de modo irregular. Ni de lejos tiene la complejidad emocional o profundidad de algunas como 'Soul' que hacía que algunos acusaran a la compañía de "haber abandonado a los niños", pero esta especie de 'Interestellar para niños' creo que se queda un poco a medias en ambos terrenos.
Una primera parte que te engancha, que tiene fuerza narrativa, que te emociona y te hace empatizar con las tribulaciones del protagonista para pasar a una segunda de "aventuras de pandilla" con unos secundarios que salvo el gato (muy top) me han parecido muy flojos. He vuelto a conectar con ella con algún momento puntual emotivo/nostálgico y con el acertado giro del villano, pero ya no me ha llegado al nivel inicial. La carencia de clímax no ayuda a que las sensaciones refloten y quede un gran gusto final. Pero no quita, que siendo justos, aunque lejos de lo que se esperaba, sea una buena película.
Nota: 6
Le doy un 8.