'Green Book: Una amistad sin fronteras' - Lo esperado
Reduciéndolo a lo más básico, se podría decir que hay dos tipos de películas: Las que buscan sorprender, y las que no. 'Green Book' es claramente de este segundo tipo, el tipo de película que se la ve venir como aquel famoso gol de Nayim, desde Cuenca. Y reduciéndolo de nuevo a lo más básico, hay dos tipos de películas: Las que son exactamente lo que parece que son, y las que no.
'Green Book' no sorprende, ni falta que hace ni falta que le hace: Es exactamente la película que parece que es. Y en realidad, a eso venimos. De eso se trata. Esa es la idea. Algo así como una partida de póker descubierto. 'Green Book' es exactamente la película que parece que es, y también, 'Green Book' es exactamente la película que quiera ser. En todo momento, de principio a fin.
Algo así como una partida de póker descubierto, con tan sólo una de las cinco cartas boca abajo. Solo una. La que decide la partida, la que marca la diferencia. La que tiene el don de cambiar "la misma historia de siempre" por "una bonita historia como las de siempre", diferencia sustancial cuando en el cine, como en la vida, está todo inventado salvo lo que aún no sabemos que no lo está.
En el caso de 'Green Book' la carta que decide la partida, la que marca la diferencia es la que lleva impresa los nombres de Viggo Mortensen y Mahershala Ali. Ambos, juntos o por separado, brillan con tanta luz como para plantar la semilla de una duda, la misma que afloraba con Miss Daisy y su chófer negro: ¿Hasta que punto es bueno o malo su presencia en una película tan... normal?
Esto es, ¿es un gran noticia que conviertan un envoltorio simplemente correcto en algo notable? ¿o es una mala noticia que algo notable se vea reducido a un envoltorio tan sólo correcto? En realidad, si lo reducimos a lo básico, a un viaje por carretera y a una pareja loca, no hay demasiada diferencia respecto a la primera película de Peter Farrelly, 'Dos tontos muy tontos', salvo por lo no tan evidente.
¿Y qué es lo no tan evidente? Pues la sencillez, o simpleza, de dos producciones que por caminos distintos nos conducen a lo mismo: A una poderosa amistad que convierte "la misma historia de siempre" en "una bonita historia como las de siempre". 'Green Book' funciona de la manera que cabe esperar, también de la manera que quiere y de la manera que posiblemente, también necesita que lo haga.
Funciona. Perfectamente. Así que bien, todos contentos. Salvo el que busque una película que le sorprenda, claro está.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex