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'Todo el dinero del mundo' - Entonces, ¿... cómo era con Kevin Spacey?

Vía El Séptimo Arte por 21 de febrero de 2018
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Hace un mes mencione que con 'Los archivos del Pentágono' Steven Spielberg había hecho un poco la de Ridley Scott, lo que como quien dice, viene a ser filmar una película sin bajarse del autobús. Más o menos, ya sea más o menos que la idea para el caso, se entiende. O eso creo. Y es que a estas alturas no creo que Ridley Scott esté por la labor de sorprender a nadie, mucho menos a sí mismo.

Es fácil imaginarse a Scott como un director sobrado de experiencia y con las ideas rematadamente claras. Tanto, como para que sea difícil rebatirle nada. De hecho, es un auténtico placer escucharle hablar sobre cualquier cosa, que siempre suena "a verdad". Claro que como decía Lionel Hutz en uno de los 30.000 grandes momentos que nos han dejado Los Simpson, existe la verdad y existe "la verdad".

Es fácil imaginarse a Scott llegando a un set de rodaje, y que el proceso entre leer el guión (por primera vez) y rodar una escena cualquiera no supongan más de 30 minutos. Sin sudar ni una sola gota. Y siempre, partiendo de la base de por ser quién es, como Spielberg, tiene medios a su alcance como para un rodaje de 120 días (porque todos saben que lo hará en 60, y seguirá saliendo mucho más barato).

En fin, que también es fácil imaginarse a Ridley Scott como un director que rueda con el piloto automático de quién, con toda una vida en esto (y un reciente Bafta honorífico que lo corrobora), no necesita demostrar nada a nadie. O también, si lo prefieren dicho de otra manera, alguien "sobrado" que realiza su trabajo con la "punta del cincel" porque la experiencia acumulada actúa como cojín en lugar de como reto.

'Todo el dinero del mundo' viene a ser la representación de todo esto, un filme correctísimo y virtualmente intachable en cualquier aspecto que visto con objetividad, cumple de sobra con lo que cabe pedirle. Ahora bien, también es una obra acomodada que no se sale de los cauces habituales y que como la mencionada 'Los archivos del Pentágono', acaba resultando una obra demasiado institucionalizada.

Muy elegantemente institucionalizada, ojo, pero muy mucho que la experiencia es un grado y quién tuvo, retuvo como para un muy digno partido aún en punto muerto. Y también, acompasada por un subtexto que demuestran que detrás suya había lo que podría haber sido una gran obra. Pero no, 'Todo el dinero del mundo' carece de esa mordiente, instinto, voluntad o ambición para exprimir lo que se han limitado a representar.

A poner en imágenes, tal cual, sin esa sangre que tanto demanda el maestro Rodrigo De Souza (el arrebatador protagonista de 'Mozart in the Jungle', por si están tardando en tener el gusto). 'Todo el dinero del mundo' es bonita pero dispersa. No se me ocurre mejor palabra para describirla. Se ve con agrado, fácil y sin dolor (*) pero no aprieta, no trasciende del hecho y eso le acaba saliendo caro.

Sirva de ejemplo que no hay que esperar hasta el final para constatar que acaba perdiendo la batalla consigo misma al no conseguir que olvidemos a Kevin Spacey, máxime cuando la única escena que Christopher Plummer ha rodado fuera de casa es un croma horrible que canta a escena eliminada de 'Liga de la Justicia'. Demasiado correcto -Plummer incluido- como para evitar que nos preguntemos demasiado a menudo...

¿... cómo era con Kevin Spacey? ¿... por qué no es Romain Duris su protagonista?

(*) salvo en la escena de, ejem, lo de la oreja...


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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