La magnífica cascada de El Salto de Juanacatlán cerca de Guadalajara, fué alguna vez conocida como el “Niágara mexicano”. Fuente de felicidad y sustento para los antiguos pueblos a sus orillas. Todo cambio cuando un corredor industrial se estableció a orillas del río Santiago. Desde hace cuatro décadas sus aguas fueron contaminadas y se volvieron venenosas, destruyendo hasta el día de hoy la vida del río, la salud de los pescadores y campesinos en quienes también la memoria de ese paraíso se desvanece. Hoy, entre las ruinas tóxicas de las orillas, espectros antiguos emergen como ecos de un Edén perdido. En Resurrección, la memoria de la naturaleza y de los hombres es invocada, por un nuevo un río cinematográfico y de conciencia por la vida y el respeto por el agua. Resurrección suma arroyos de memorias y anhelos, en voz de una familia y el colectivo Un Salto de vida, que lucha pacifíca y creativamente por su supervivencia, por la resurrección de las aguas cristalinas del "Niágara mexicano" y de su río.