Día 1: Más cortos que un fandango
Llegó el 7 de Noviembre, el ansiado primer día, el punto 0 del crecimiento cinéfilo europeo en la Capital de Andalucía, en la ciudad con más arte con permiso de Cádiz de todo el Planeta Tierra, en Sevilla. No nos sonríe a los ilusionados primeros huéspedes el día, que es algo turbio, con llovizna molesta, de las que empaña la pantalla del móvil y nos saca de nuestras casillas, y para colmo, se nos presenta como primer bocado de este apetitoso plato que tardaremos 9 días en engullir un hueso que primero no tenemos muchas ganas de probar y menos aún visto como sabe de tragar.
'La ignorancia de la sangre', de Manuel Gómez Pereira, es la película que abre esta undécima edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, y no sólo a media mañana, sino también a las 21:00 de la noche como introducción de la gala de inauguración del SEFF. Juan Diego Botto, Paz Vega, Antonio San Juan, Cuca Escribano,…Son nombres que al menos transmiten cierta seguridad vistos trabajos anteriores, pero ni por esas. La película resulta ser un amago de thriller con absurdos momentos michaelbayanos y con la inclusión no sabemos si queriendo de sketches que resultan chirriantes y que hacen incluso reír a la sala (desternillante el momento “Tenemos mucha prisa pero para aquí que se me ha antojado comprar para el camino algo en este kebab.”)
Pereira enfatiza demasiado un amor desaforado a “Homeland” y viste la última parte del film de la serie americana, desaprovechando una banda sonora envolvente y, esto desde el inicio del film, a personajes como Yacub (Antonio San Juan), que logra ser el único foco de interés suscitable y por ende lo más salvable de la película. Es tan vacua y olvidable la película que lo que más le ilusiona a un servidor es ver el escudo del Real Betis Balompié durante un buen rato en pantalla.
Almorzados, reposados ambos comida y cuerpo, Andrei Zvyagintsev nos espera entrada la tarde con 'Leviathan', la candidata al Óscar seleccionada por Rusia. Sus 141 minutos hacen pensar que a priori estaremos ante una madurez narrativa por parte del cineasta ruso, y así es, pero no logra concretar su cometido. “Leviatán” es una fotografía de la Rusia más devastada y corrupta en un paraje monstruosamente desolador que congrega un mix entre un interesante trío amoroso y una aburrida expropiación terrenal. Zvyagintsev vuelve a maravillar con una fotografía espléndida, pura poesía visual, eternizando el plano y desgranando el frame, consigue progresar en la historia, la cual se vomita más ordenada, más lógica, más puntiaguda, cosa que no consiguió en su última cinta, “Elena” (2011) , pero no logra consagrarse. La primera parte es tremendamente insulsa, y durante momentos vuelve a fallar en la narración, cambiando la trama y esquivando responder preguntas lógicas, y finalmente sólo es Roma (Sergey Pokhodaev) el único personaje que nos importa y con el que empatizamos.
Se extraña una buena banda sonora la cual sólo suena al final a ritmo de acordes casi funerarios, pero sí hay algo en donde “Leviatán” se incrusta en nuestra mente; manda un mensaje honestamente duro hacia La Iglesia con ese epílogo. Tomando al Gran Wyoming como filósofo sobre la cuestión, citaré una declaración que hace un tiempo que viene como anillo del dedo a lo que Zvyagintsev quiere decir; “No sé si Dios existe, pero La Iglesia tiene dinero para crearlo”. No más preguntas señoría.
Surgirán preguntas por el título de la crónica. La respuesta es fácil; bajo nivel en el primer día. También es cierto que es el día que menos proyecciones hay, y a su vez más descansos, y que algunas de hoy serán vistas en días venideros, pero que lo mejor del día sea el guiño que ha hecho Antonio de la Torre, maestro de ceremonias del Festival en su gala inaugural, sobre “El Pequeño Nicolás” , es para al menos lanzar una mirada mínimamente furtiva. Pero bueno, corramos un tupido velo, ha sido el Día 1, el aterrizaje, y...¡demonios! Que ya es Noviembre, que ya está aquí el SEFF!
That´s what I say.
Por Jesús Sánchez Aguilar
Mi top-15 (en realidad todas me gustaron a un nivel similar, aunque la de Rohrwacher sí que destaca bastante):
1. La meraviglie (Rohrwacher)
2. A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence (Andersson)
3. Maidan (Loznitsa)
4. Heaven Knows What (Safdie)
5. Bird People (Ferran)
6. Mercuriales (Vernier)
7. La sapienza (Green)
8. Turist (Ostlund)
9. The Kindergarten Teacher (Lapid)
10. Incompressa (Argento)
11. The Tribe (Slaboshpitsky)
12. Leviathan (Zvyagintsev)
13. Jauja (Alonso)
14. Girlhood (Sciamma)
15. Silvered Water, Syria Self-Portrait (Mohammed)
Leviathan (Andrey Zvyagintsev, 2014) - 6,5
Tras el naufragio del comunismo, sobre el esqueleto del pasado sistema, se levanta visualizado por las poderosas imágenes de Zvyagintsev la ominosa Rusia actual, una sociedad donde el poder se impone siempre a la justicia, y en la que el "demonio" parece haberse instalado en cada uno de sus habitantes. Esta historia de una familia impotente ante los resortes de la autoridad se aleja de lugares y giros comunes, tiene capacidad de resonancia, y su narrativa se crece a base de una sorda tensión, la expectativa de una explosión de violencia. Tristemente, a Zvyagintsev le pueden sus ganas de exhibir la hipocresía del poder, y nos regala algunas escenas totalmente prescindibles por obvias, que terminan mermando el resultado final.
Silvered Water, Syria Self-Portrait (Ossama Mohammed & Wiam Simav Bedirxan, 2014) - 6,5
Las ensoñaciones de las mil y una noches árabes se han tornado en pesadillas para el pueblo sirio, y con esa misma voluntad recopilatoria, como si alargar la narración fuera una cuestión de supervivencia (física y moral), Mohammed recoge las anónimas grabaciones subidas a Internet de testigos de la revuelta popular, para construir una obra trágica conjugada en forma poética. Es un film que cuestiona su propia naturaleza y pertinencia, y que deviene en epistolar: la mulplicidad de puntos de vista recogidos se concentran eventualmente en una chica kurda, Simav, quien termina tomando el control del relato. Mohammed no elude mostrar en ningún momento las imágenes más escabrosas, y en general, no me parece que estén utilizadas para su explotación sentimental, pero en determinados momentos sí se le puede acusar de recrearse a la hora de mostrar animales malheridos. En todo caso, una obra de enorme interés.
Los hongos (Óscar Ruiz Navia, 2014) - 6
Una sensación de precariedad impregna este film colombiano. Precariedad vital, social, política, afectiva, precariedad heredada de tiempos igualmente precarios (seguramente más bárbaros), y que también parece proyectarse hacia el futuro. La película sigue a dos jóvenes que vuelcan toda su energía sobre el mundo del graffiti. Nada más allá parece orientar su vida, incluso las preocupaciones sociales que puedan llegar a mostrar (esos ecos de las primaveras árabes) suenan a postureo juvenil. De esta manera, lo que parecería articularse como cine reivindicativo y social desde el naturalismo, termina encontrando fugas cómicas e incluso surreales, que introducen un sesgo de humor negro muy refrescante.
Amour Fou (Jessica Hausner, 2014) - 6,5
Ya desde el título, Amour Fou juega al contraste, a la ironía, conformándose como una suerte de reverso y parodia del romanticismo en el Berlín de principios del siglo XIX. Los protagonistas son Heinrich von Kleist, el célebre autor de La marquesa de O, y una devota esposa que admira su obra. El literato sufre de angustia existencial, y no desea más que poder morir junto a un ser amado. Pero tal proposición se revela como una demostración de egoismo y vanidad antes que de un espíritu romántico y arrebatado. Fiel al estilo depurado que mostrara en Lourdes (otra obra de contrastes, entre la espiritualidad milagrera y las situaciones y personajes que nos mostraba el film), Hausner estatiza y dilata las acciones, ofreciendo unos caracteres alejados de exaltaciones sentimentales, casi robóticos, preocupados por sus previlegios, mezquinos incluso. Poco menos que insertados en el epicentro del romanticismo, la realidad no lo podría ser menos. Y si en La marquesa de O asistíamos a una especie de descoordinación romántica entre sus protagonistas, en Amour Fou vivimos otra descoordinación mortuoria en base al puro egoismo.
Turist (Ruben Östlund, 2014) - 7
Östlund es un cineasta de tesis, y aunque en su último film no sea tan evidente como en sus obras precedentes, aquí también asistimos a una más disimulada clase de psicología social, consistente en aplicar determinadas circunstancias exógenas sobre individuos en un estado de relativo equilibrio, y recrearse con los resultados. En Involuntary se trataba de mostrar los efectos de la presión de grupo, y en Play, la inclusión de lo imprevisto en una sociedad organizada hasta la náusea. Aquí tenemos a una familia de vacaciones alpinas, y cómo se puede socavar su aparente felicidad y estabilidad ante una circunstancia de peligro. La premisa argumental recuerda a The Loneliest Planet, aunque Östlund la exprime más a fondo, aplicando notables dosis de humor negro en unos diálogos cuidados con mimo y esmero. Así todo, el remate narrativo, con una aparente voluntad especular, resulta forzado en exceso. Estilísticamente hay notables diferencias con su obra más celebrada, Play, echándose de menos el virtuosismo de sus planos-secuencia, y el uso del fuera de campo; pero a cambio, la narrativa de Östlund luce ahora más libre de ataduras. Predomina el encuadre estático, pero las secuencias se fragmentan y la cámara se acerca a los personajes, sin por ello dejar de ofrecer hermosos y potentes planos, especialmente aquellos que ilustran el paisaje alpino.
The Tribe (Myroslav Slaboshpytskiy, 2014) - 7
El planteamiento es ciertamente inhabitual, ya que estamos ante una película de sordomudos, sin parlamentos vocalizados, sin subtítulos que expliquen su lenguaje gestual, que nos introduce en el microcosmos de un centro internado educativo de sordomudos, en el que se reproducen de manera sistemática y concentrada las estrategias de explotación del mundo adulto "exterior". Es un pequeño infierno en el que, sin embargo, todos parecen contentos y dispuestos a formar parte del mismo, una organización social perfectamente jerarquizada y funcional, cuya maquinaria se diría que sólo puede trabarse con algo tan normal y extraordinario como el amor. Puesta en escena depurada, profusión de planos-secuencia, frontalidad visual ante la violencia, es una película impactante aunque bordea peligrosamente el efectismo exhibicionista.
Band de filles (Céline Sciamma, 2014) - 6.5
Debe de ser difícil ser adolescente, mujer y negra, vivir en los suburbios, en un entorno de relativa marginalidad, en el seno de una familia desestructurada donde los hermanos asumen en muchos momentos el rol de padres. Marianne quiere ser normal, ir al instituto, tener novio y tomar sus propias decisiones. Pero en el entorno en que vive eso puede resultar complicado. Cada acción que emprenda en ese camino supondría una renuncia, quizás con consecuencias mucho más graves que las ventajas que reporta. Sciamma relata con mucha solvencia, sin altisonancias, sin golpes bajos, mimando a sus personajes, el periplo de su heroina en busca de su independencia, de su autoestima, de su fortaleza interior, de la normalidad, aunque no está nada claro que haya algún camino que le conduzca a ella.
Maidan (Sergei Loznitsa, 2014) - 7
Curiosísimo el contraste que nos ofreció la proyección en el SEFF de dos documentales sobre revueltas populares contra el poder, Silvered Water, Syria Self-Portrait y este Maidan, que muestra la contestación ciudadana ante el gobierno electo prorruso. Aquél conjugaba poéticamente una miríada de visiones subjetivas que tendían a reflejar experiencias individuales; éste refleja la mirada prosaica de su autor sobre la experiencia grupal, con una estética que simula una imposible objetividad. Aquél era precario, desaliñado e inmediato; éste es calculado, esteticista y mantiene las distancias con el objeto de observación. Son casi formas opuestas de encarar el retrato de un conflicto, pero igualmente válidas. A partir de planos fijos habitualmente multitudinarios y cuidadas composiciones estéticas, Loznitsa consigue un retrato duro, emocionante y de fascinante belleza de lo sucedido en la plaza Maidan durante las protestas. Y si bien su punto de vista es el de los manifestantes opositores al gobierno, quien estuviera tentado de echarle en cara que no profundice en las raices y complejidades del conflicto creo que estaría equivocándose de película, porque ésta es una obra principalmente de acción contemplativa.
The Kindergaten Teacher (Nadav Lapid, 2014) - 6,5
Una profesora de guardería descubre que un alumno de cinco años es capaz de realizar composiciones poéticas propias de un adulto; ello sucede como si de un trance o una revelación se tratara. Con esta extraña premisa, cuya naturaleza nunca se llega a aclarar, Lapid pone en marcha el mecanismo de una obsesión en el contexto de una general indiferencia, de una sociedad más preocupada por cuestiones crematísticas. Se intuye una intención fabuladora sobre el relato, sobre la capacidad para crear en nuestros días, o sobre la manipulación y explotación artísticas, o sobre el espacio que pudiera otorgarse a lo extraordinario en nuestra prosaica realidad, o apurando mucho y acudiendo al lugar común, incluso sobre el conflicto palestino-israelí, que ya resonaba bajo las imágenes de su ópera prima, Policeman. En todo caso, es una obra difícil de acotar, abierta a lecturas y significaciones. Y dentro de la sobriedad de formas que maneja Lapid, predomina un tono de aspereza en sus imágenes. De hecho la película comienza con un plano en el que un personaje golpea accidentalmente la propia cámara, quizás un gesto que pretende poner en cuestión la propia ficción, quizás una declaración de intenciones sobre la fragilidad del relato que nos van a ofrecer.
Saint Laurent (Bertrand Bonello, 2014) - 5,5
Un personal acercamiento a la vida de Yves Saint Laurent a cargo de un cineasta tan heterodoxo como Bonello. La película nos muestra a un personaje desconectado del mundo real, encerrado en su propia burbuja de abigarrado esteticismo, en una permanente ensoñación de diseño y colores (no estaríamos tan lejos de los habitantes de L'apollonide), también a un creador atrapado en la lógica capitalista. Por un lado es un ególatra y vanidoso, incapaz de empatizar con sus trabajadores; por otro lado es una frágil criatura, inmolada sentimental y farmacológicamente a mayor gloria de su firma comercial. A pesar de su atractivo planteamiento y de una trabajada puesta en escena en una obra que despliega notable libertad narrativa, el metraje resulta excesivo ante el limitado interés de su protagonista, y visualmente termina cargando ante tamaña saturación de esteticismo hortera.
Concrete Night (Pirjo Honkasalo, 2013) - 5
Film de marcado carácter onírico, bañado en la realidad de un estético y muy contrastado blanco y negro, un cuento moral sobre un joven en el seno de una familia sin referentes morales. Su nocturnidad y extrañamiento le otorga una fantasmagórica belleza, a veces un poco forzada, pero se antoja simplona como fábula narrativa, en su resolución factual de las generalidades filosófico-existencialistas que diversos personajes plantean.
Misunderstood (Asia Argento, 2014) - 6,5
Al parecer la celebérrima hija de Dario Argento tomó una serie de circunstancias de su infancia y las remodeló a gusto para realizar esta comedia cruel y emotiva, lúdica y un poco punk, sobre una niña a quien le es negado casi todo sostén afectivo. ¿Quién no ha pensado en algún momento de su niñez que estaba sufriendo alguna injusticia de incomparable grado? ¿que el mundo estaba en su contra? En Misunderstood eso es exactamente lo que sucede. De hecho, Asia Argento combina a la perfección ese punto de vista infantil con una mirada adulta llena de humor negro y causticidad. Además, el film captura con mucho acierto la estética ochentera y muestra un notable pulso narrativo.
Jauja (Lisandro Alonso, 2014) - 6,5
El cineasta argentino nos devuelve al trayecto, al viaje, al desplazamiento físico de Los muertos o Liverpool, pero el destino de sus particulares Ulises es cada vez más incierto e indefinido según avanza su filmografía. El punto de partida de Jauja recuerda a Centauros del desierto, con una chica huída/secuestrada y un padre perseguidor. Incluso hay guiños al film de Ford, como el "indio" vestido con prendas de mujer, o el plano que nos mostraría los resultados de su salvajismo y que Ford nos hurta en su obra maestra. Alonso da un salto en su carrera y nos ofrece una obra misteriosa que fluye libre en el tiempo, una especie de relato mitológico, una búsqueda perenne que resuena en nuestros días.
Cavalo Dinheiro (Pedro Costa, 2014) - 4,5
Este film tenebroso, en el que Costa cincela a sus personajes a base de claroscuros de imponente fuerza estética (aunque el digital le quite mucha magia y misterio a sus cuidadísimas imágenes), se expresa en unos términos de distanciamiento y abstracción que no he sabido/podido apreciar. Incluyendo escenas que ya había adelantado en cortometrajes estrenados previamente, Costa nos habla del drama colonial y migratorio en un film-limbo protagonizado por personajes fantasmagóricos, víctimas de un proceso histórico que todavía supura.
A Proletarian Winter's Tale (Julian Radlmaier, 2014) - 6
Comedia sobre la lucha de clases en la que tres georgianos (no me parece casual el aire a Iosseliani que desprende por momentos la película) son contratados para limpiar un castillo alemán. Este pequeño film que apenas supera la hora incluye a su vez tres relatos ejemplificadores de estética que recuerda al cine mudo, y todo ello nos enfrenta al fracaso de la lucha obrera, cuya responsabilidad recae en primera instancia en la propia clase obrera. Es una obra bastante divertida y ácida, con unos toques surrealistas que no siempre funcionan.
Blind (Eskil Vogt, 2014) - 6
Muy curiosa esta película noruega sobre una mujer que se ha quedado ciega, que vive enclaustrada en su luminoso piso, y que vuelca sus obsesiones, miedos y deseos sobre una historia que está escribiendo y que progresivamente se mezcla y confunde con su propia realidad. El film bascula entre la fragilidad del relato y la capacidad demiúrgica del autor, su condición de potencial dictador narrativo. De todas maneras, el efecto sorpresa de su planteamiento va remitiendo, y quizás quede un cierto regusto a fórmula profiláctica.
Todos tus muertos (Jean-Charles Hue, 2013) - 6
Lo que comienza como una película con sabor documental-etnográfico sobre yeniches (por simplificar, gitanos blancos de Centroeuropa), se va transformando en un viaje nocturno en el que la fuerza del destino gravita sobre sus protagonistas. Como en tantos film noir, nos encontramos con uno de esos personajes que ya está fuera de lugar, en un mundo que ha cambiado mientras cumplía condena, y cuya fidelidad a sus propios y extemporáneos principios le empuja a un destino presumiblemente trágico. Con una estética a menudo feista, con abundancia de nerviosos planos muy cortos pobremente iluminados, el film deviene en una obra de acción en cuya banda de sonido domina el rugido del Alpina.
Heaven Knows What (Ben & Joshua Safdie, 2014) - 7
Como ya hicieran en Go Get Some Rosemary, los hermanos Safdie demuestran su habilidad para atrapar la vida en fotogramas, filmar películas que laten al ritmo de sus personajes y de las calles que transitan. Así todo, este Heaven Knows What es una obra más oscura, basada en la experiencia personal de una chica heroinómana que se interpreta a sí misma. Capturando a unos personajes que parecen haber borrado (o perdido) su pasado, y para quienes el futuro es algo demasiado incierto como para preocuparse por él, el film nos ofrece un pedazo de presente, irrumpe en la vida de estos drogadictos sin pedir explicaciones, y los abandona de la misma manera, tal como los encontró, en un relato sin solución de continuidad.
National Gallery (Frederick Wiseman, 2014) - 6
Wiseman prosigue su tarea de acercarnos el funcionamiento de prestigiosas instituciones, y el turno es para el National Gallery. De esta manera, además de visitar las diversas estancias de la celebérrima pinacoteca londinense, de admirar sus cuadros y disfrutar de algunas de las explicaciones que ofrecen sus guías, también nos colamos entre bambalinas para asistir a discusiones de su junta directiva, o aprender diversas cuestiones sobre la restauración de las pinturas. Como es habitual en su cine, no hay arco dramático ni una narración en off, sólo la interacción de los diferentes elementos que van creando un todo orgánico. También es frecuente que se muestre generoso con el minutaje, y este film no es una excepción. Irónicamente la experiencia de ver la película se me asemejó a las visitas prolongadas a un museo: un par de horas de lo más interesantes seguidas de una tercera en la que la fatiga se apodera, quizás de mí, pero creo que también de la película, que parece quedarse sin ideas frescas.
Mercuriales (Virgil Vernier, 2014) - 7
Las Mercuriales son dos torres gemelas de la periferia parisina, dos bloques imponentes de metal, hormigón y cristal que dominan un paisaje visual y social frío, impersonal y amenazante. Allí nos encontramos por primera vez con las dos jóvenes que protagonizan el film, dos chicas a la deriva, sin apenas asideros sociales y emocionales, en un mundo globalizado y transnacional en el que las personas corren el riesgo de ser embullidas y "desaparecer". La película transmite brillantemente sensación de extrañeza y provisionalidad con un estilo visual dominado por colores fríos, encuadres más bien estáticos y una banda sonora electrónica.
La sapienza (Eugène Green, 2014) - 7
Parece que Eugène Green le ha cogido el gusto al viaje, a la búsqueda de la belleza en la vieja Europa, y después de su retablo lisboeta en La religiosa portuguesa, se ha marchado a Suiza e Italia para filmar esta Sapienza, otra obra de depurada belleza y personajes atribulados que se buscan a sí mismos. Sus típicos rasgos estilísticos están ahí, como la frontalidad con sus actores, las interpretaciones desdramatizadas, o la importancia de la luz. Es éste elemento clave en el paralelismo que se establece entre los estilos en la arquitectura, ocupación presente y futura de dos de sus protagonistas, y sus problemas vitales; también en el peso del pasado sobre el presente, que además deja abiertas las puertas a potenciales conexiones entre los personajes que no se llegan a explicitar. Como es habitual en su cine, siempre hay espacio para la fabulación, para lo espiritual, para lo misterioso, para lo sublime, pero siempre desde la sencillez y la depuración formal.
Bird People (Pascale Ferran, 2014) - 7
Vuelve Ferran siete años después de Lady Chatterley con una película sorprendente desde presupuestos argumentales bastante convencionales. Aúna por un lado las manidas tendencias new age sobre personajes víctimas de su éxito laboral que deciden cambiar de vida, con una (potencial) historia de amor entre dos personas de diferente estrato social. Bird People transcurre fundamentalmente en espacios impersonales y funcionales, como el hotel de aeropuerto que sirve de escenario principal, definiendo las coordenadas de una humanidad atrapada en la rueda del sistema y la rutina. Yendo de lo global y múltiple hacia lo individual, Ferran se aplica en la atención a los detalles sensoriales, físicos y gestuales, con una puesta en escena muy cuidada, y despliega un quiebro narrativo insólito, una fuga fantasiosa, que termina marcando el carácter del film.
L'Abri (Fernand Melgar, 2014) - 6
Melgar vuelve a retratar un centro público suizo de atención a los inmigrantes. Si en Vol special se trataba de un centro de detención, aquí es un albergue nocturno abierto en el periodo invernal para dar cobijo a los sintecho en las noches más frías del año. Tratándose de una acción positiva de ayuda hacia gente necesitada, Melgar pone el acento en las contradicciones, en cómo emerge la crueldad del sistema, una crueldad que se traslada irremediablemente a los funcionarios que, en principio, tendrían la mejor de las intenciones. No deja de ser parte de la maraña legal suiza cuyo objetivo claro es desincentivar la llegada de estas personas e incentivar su partida. Para muchos, la degradación física, moral y psicológica de verse convertidos en mendigos sin techo es peor que las condiciones que soportaban en sus países de origen, pero el sueño de una vida mejor era demasiado fuerte y no siempre es fácil regresar. Melgar sortea la explotación sentimental con acierto salvo en un sólo momento, un hombre llorando de desesperación en plano corto.
Aimer, boire et chanter (Alain Resnais, 2014) - 6
El canto de cisne de Resnais, que además se cierra con una escena prácticamente obituaria, es otra de sus comedias ligeras y vodevilescas a las que tanto se ha aficionado en el tramo final de su carrera, y que gira en torno a un personaje al que nunca vemos pero que genera una atracción incontenible sobre el resto de caracteres. Con un estilo fuertemente teatralizado, el tono de la película es bastante naif, el desarrollo argumental muy evidente, y la comicidad a veces incluso tontorrona. Son parte de sus limitaciones, pero también de su innegable encanto, el de una obra jovial y lúdica perfectamente disfrutable.
Le meraviglie (Alice Rohrwacher, 2014) - 8
"El mundo se termina", repite insistentemente el padre de la familia de apicultores que protagoniza Le meraviglie. Y en efecto, éste es un film sobre mundos perdidos, formas de vida en vías de extinción, apenas ya un eco de tradiciones que han subsistido durante incontables generaciones. Gelsomina, una adolescente que ha asumido una carga importante de las labores apicultoras, es la primera receptora de esa herencia rural. Pero el conflicto está presente dentro de la propia familia, encarnado por el Zampanò de turno, ese padre autoritario e irascible, el reflejo de un modo de vida que no es ningún camino de rosas; y también viene de fuera, del mundo moderno que impone sus reglas y lanza sus cantos de sirena a través de la distorsionada y edulcorada proyección que ofrecen los medios de comunicación, una ilusión para mentes candorosas. Si bien Gelsomina no puede reprimir su fascinación por esta tramoya mediática, para Rohrwacher lo maravilloso se encuentra en estos personajes, en su autenticidad y libertad de espíritu, en su interacción con la naturaleza, y construye así una sensible película que se preocupa por lo pequeño, que trata de atrapar los destellos del ocaso, las presencias de un universo que se disuelve ante nuestros ojos.
A Pigeon Sat On a Branch Reflecting on Existence (Roy Andersson, 2014) - 7,5
Andersson cierra brillantemente su trilogía sobre la existencia humana con otro retrato guiñolesco que da continuidad a los presupuestos estilísticos que alumbraran las dos primeras entregas, esto es, planos-secuencia con encuadres fijos y generales, ausencia de un hilo dramático conductor de la narración, personajes patéticos, estúpidos, miserables, que se nos ofrecen con sus rostros blanqueados, humor negro, absurdo y surrealismo. Son 39 escenas de enorme virtuosismo y mortecina belleza. La muerte haciendo acto de presencia inopinada en circunstancias grotescas, dos comerciales tristones vendiendo artículos de broma, las efusiones de una profesora de baile flamenco por un joven e incomodado alumno, Carlos XII de Suecia haciendo un alto de camino a la guerra para tomarse un refrigerio en un bar, una espeluznante máquina de la muerte que emite música, todo es posible en un film que rezuma creatividad e ironía. Para el cineasta sueco, el mundo es un lugar gris y risible, sin apenas lugar para la empatía, poblado por zombis prisioneros de un bucle vital como si fueran cobayas en un laboratorio, hijos de un pasado ominoso que sigue reverberando en nuestros días.