Arranca un año más nuestro festival de cine más prestigioso. San Sebastián se viste de gala para recibir a las estrellas del séptimo arte y aquellas mentes dispuestas a ofrecernos nuevas experiencias. Para borrar el todavía muy fresco recuerdo de la Mostra, el Zinemaldia ha empezado su 58ª andadura con una gala de altura. Fresca, dinámica, divertida y con las pertinentes dosis de glamour. ¿Qué más se puede pedir?

La mayoría ha coincidido en apuntar que el momento cumbre de la noche ha estado marcado por una ausencia ya anunciada. Y es que la prensa cinematográfica internacional, con Jan Lumholdt a la cabeza, ha otorgado en este inmejorable escenario el premio FIPRESCI 2010 a la última película del director polaco Roman Polanski, 'El escritor'. Por razones que todos conocemos, el cineasta no ha podido acudir a la gala, de modo que la actriz Olivia Williams (armada de ironía y buen humor... qué remedio) ha sido la encargada de recoger el galardón.

Esta inauguración, presentada por el actor Eduardo Noriega y la periodista Edurne Ormazabal, ha tenido otros invitados de lujo, a los que se les ha encomendado presentar las distintas secciones que componen el festival. Así, Isaki Lacuesta fue el encargado de hablarnos de la retrospectiva dedicada a los documentales, Quim Gutiérrez del ciclo Made in Spain y la actriz Leticia Dolera del apartado Cine en construcción. Por su parte, la actriz coreana Yung Junghee nos ha desvelado lo que nos aguardará en Zabaltegui-Perlas (uno de los grandes logros del certamen, que demuestra que estar al final de la temporada festivalera también puede tener sus ventajas).

Mientras, Diego Luna y John Malkovich han presentado la Sección Horizontes Latinos. Una pieza que se descubre como clave en esta edición del Zinemaldia, al jugar el cine latinoamericano un papel más que relevante. Las primeras muestras las hemos encontrado hoy mismo, y llevaban por título 'Abel' (vendida erróneamente como el debut como director de Diego Luna) y 'Chicogrande' (que ha dado por estrenada la Sección Oficial a Competición).

Con resultados dispares (la cinta de Diego Luna ha sido mejor recibida) ambas cintas nos llegan de tierras mexicanas y con marcado tono comprometidol vienen a hablarnos en cierta medida acerca de las tensas relaciones entre la "nación azteca" y sus vecinos del norte. 'Chicogrande' lo hace desde la perspectiva histórica (centrándose en el lugarteniente del mítico Pancho Villa), tan cuidada y cargada de épica que ha acabado agotando al personal. En el otro extremo, Diego Luna trata el tema mucho más de pasada para centrarse más en el retrato de un chaval con un comportamiento por lo menos peculiar. Mezcla bien llevada de drama y comedia, este -falso- ha dejado mucho mejor sabor de boca.

Galas lujosas, premios, películas presentadas listas para ser defenestradas o alabadas... San Sebastián ya está en plena actividad. Y esto no ha hecho más que empezar.

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