Capítulo III - Chapuzón
Una de las principales características de Nocturna es acompañar todas las proyecciones de su correspondiente cortometraje. Sí o sí, y aunque estos sean en ocasiones... en fin, aunque sean en ocasiones lo que por desgracia son tan a menudo.
'June' tiene mucho de cortometraje. Bajo la apariencia visual de un (pobre) telefilme de Telecinco, el debut de L. Gustavo Cooper carece de algo tan básico como una historia. Este pobre sosias de 'Carrie' consiste en repetir una y otra vez la misma escena con pequeñas variaciones sin que, entre el principio y el final, haya un desarrollo que justifique, visto lo visto, su extensión más allá de la brevedad del cortometraje.
Ya lo anticipaba la presencia en el reparto (y en la producción ejecutiva) de Casper Van Dien, el gran Casper Van Dien que tanto ha dado al mundo del cine (como remarcan los aplausos recibidos en su primera aparición en escena). Tenemos a Van Dien. Pero no tenemos ni historia, ni sorpresa, ni interés, siquiera rabia o efectos especiales que vayan más allá de desordenar una habitación. Tan sólo el testimonio de que Van Dien sigue haciendo del submundo del cine una pérdida de tiempo no siempre tan maravillosa.
A continuación la "complicada" 'The Midnight Swim', llamada a ser un filme ampliamente incomprendido aún a pesar de gozar de un valor añadido raro de ver en un festival de este tipo: su interés en contar una historia a través de unos personajes. Raro, raro, raro, y el motivo fundamental por el que estamos ante, posiblemente, uno de los filmes más interesantes (y a la vez más controvertidos) que vamos a ver en el Palafox durante estos días. De este interés nace una apariencia que no se corresponde necesariamente con la realidad: el debut de Sarah Adina Smith parece una cinta fantástica... más, ¿lo es en realidad?
Sin entrar a despejar esta incógnita (he aquí una de las claves de la película) Adina Smith impregna de un constante halo de inquietud a este falso relato tipo found footage que, más cercano al Dogma 95 que a 'Paranormal Activity', huye del impacto en busca de una sensación de naturalidad por demás muy conseguida. De manera discreta, prácticamente minimalista y con muy pocos recursos, la también guionista construye un intrigante e impredecible relato muy atmosférico con tan sólo un escenario -una casa y sus alrededores- y cuatro personajes -tres hermanas y el novio de una de estas-.
¿El punto fuerte? La enorme credibilidad que despiertan la labor de las protagonistas en esta historia en la que no parece que pasa nada... sin que deje de estar pasando todo el rato. Interesantísimo debut, aunque a los amantes del fantástico más evidente se les pueda atragantar esta producción en las antípodas de 'Fear Clinic', una de terror de trazo grueso (y trasnochado) con claras reminiscencias al cine producido o dirigido por Brian Yuzna ya sea en los 80 o a través de la Fantastic Factory que tan pocas alegrías nos dio al final. Aunque claro, la carrera como realizador del maquillador Robert Hall tampoco animaba a pensar en otra cosa.
Y así es, a pesar de una premisa que podría haber dado algo de juego de haber sido conducida hacia la vertiente psicológica, incluso lovecraftiana y que de hecho da juego en algún momento, la película acaba reducida a la consabida y aburrida directriz del "monstruo de final de fase". Mucho ruido y pocas nueces, Robert Englund y en nuestras cabezas el run run constantemente del "debería de haberme quedado en el bar con la caña en la mano y viendo el partido del Sevilla". Por cierto, ¡enhorabuena!
Mientras tanto, en una sala principal casi llena se proyectaba una de las películas de género que más han dado de que hablar en los últimos meses. Tras su paso por festivales como Cannes o Sitges, llegaba a Madrid, 'It Follows', una de esas cintas de género que beben mucho de las formas del cine independiente y que intentan darle una vuelta de tuerca al sentido más puro y primitivo del terror. Una idea primaria original y sorprendente que reforzada por una magnífica escena inicial pone las expectativas por todo lo alto.
Sin embargo, esa misma idea puede ser un arma de doble filo como bien se demuestra en un desarrollo de la historia tramposo y, a ratos, efectista que parece desbordado por un gran punto de partida que no saben como culminar. Pese a todo, la cinta destaca por su frescura y su concepción intangible de ese sentimiento que nos hace correr sin explicación y desconfiar de todo lo que nos pasa por delante.
Continuará.
Por Juan Pairet Iglesias & Diego Sánchez Izquierdo
@Wanchopex / @DSaniz
'Liza, the Fox-Fair' se une al selectísimo club de películas que he visto dos veces durante un mismo festival. Así de memoria sólo recuerdo 'Drug War' en Sitges. 'The Raid 2' llegue a verla dos veces pero haciendo "trampa", ya que una fue en Nocturna y la otra en Sitges.