Ayer, hoy, y mañana. ¿Cuántas veces habremos visto lo mismo, cuántas veces? ¿Y cuántas veces nos importó verlo ayer, cuántas nos importa hoy y cuántas nos importará mañana? Como en todo, depende. A veces se trata de ser original, a veces de hacerlo bien; a veces se trata de las dos cosas, y más a menudo de lo deseado, se trata de ninguna de las dos.

Este último es el caso de 'Haunt', cinta "de sustos" cuyo deambular por el subgénero del fantasma hogareño viene a ser lo habitual en estos casos. Una factura técnica digna de un impersonal producto comercial para un convencional e inocente relleno de multisalas a olvidar entre tantos otros.

Nada que ver con 'The Sacrament', la notable incursión de Ti West en el mundo de un found footage al que enorgullece como género, y ante el que no se rinde para emplearlo, con alguna licencia, como un recurso antes que como un modelo narrativo. Un título de corte atmosférico y más cercano al drama que al terror que, a falta de mala leche o humor negro, esgrime su atroz y crudo realismo como estilete contra el espectador confirmando el talento de West para esconder el mal entre lo (en apariencia) cotidiano.

Quiénes no parecen confirman ningún talento especial son Colin Minihan y Stuart Ortiz, dos canadienses que se han labrado un cierto nombre tras el éxito en formato doméstico de 'Grave Encounters' (y su secuela), si bien con su segunda película se estrellan, "literalmente", de igual modo que un OVNI contra la Tierra en la que, posiblemente, sea la peor película de lo que llevamos de Festival. 'Extraterrestrial' es tan absurda, pérfida e incoherente que incluso roza el insulto, una colección de ideas sueltas entremezcladas de forma aleatoria en un producto tremendamente obtuso. Carne de cañón festivalera que sobrevivirá en base a la condescendencia de la audiencia para con el nombre de sus autores... ejem, ejem.

Con menos nombre pero sin duda una mejor opción es 'April Apocalypse', derivado espiritual de la fundacional 'Shaun of the Dead' en el que se entremezcla la sangre, los zombis, el humor y el amor para dar cabida a un pasatiempo simpático y muy eficaz que no se hace el gracioso, sino que resulta gracioso. Y por qué no decirlo, tierno. A falta de nombre... película.

Nombre, película... y también glamour es lo que tiene 'Al filo del mañana', clásico instantáneo de la sci-fi popular al que no le costará encontrar su hueco a la vera de 'Atrapado en el tiempo', de la que vendría a ser una mutación adaptada a los tiempos de la PlayStation. Un filme muy completo cuyo segundo visionado -rodeado de la sal de la vida, el público- reafirma las buenas vibraciones del primero, una gran producción con un amplio dominio del tempo narrativo para ofrecer una justificación de la experiencia de ir al cine, como bien demuestran los aplausos al final de su premiere española. Nada que ver con 'Savaged', torpe remedo de 'El cuervo' en versión apache tan poco atinado que no da ni para un visionado en condiciones... ni tan siquiera para crear su ficha en nuestra base de datos.

Continuará.

Por Juan Pairet Iglesias