Gus Van Sant presenta su nueva película de la mano de su protagonista, Joaquin Phoenix
Seguimos con historias basadas en hechos reales, sin alejarnos demasiado del drama, aunque esta vez con toques de humor que lo aligeran. Gus Van Sant, autor de 'Elephant' (2003) y 'Mi Idaho privado' (1991), lleva a la gran pantalla 'Don't Worry, He Won't Get Far on Foot', la historia de John Callahan, que después de quedar paralítico en un accidente cuando era joven, decidió emprender el camino hacia la sobriedad, enfrentándose a sus miedos y descubriendo el poder curativo del arte, que le daría una segunda oportunidad en la vida, para acabar convirtiéndose en un famoso dibujante de tiras cómicas. Tras su paso por Sundance, la película forma parte del cartel de competición de la actual 68ª Berlinale.
La historia que nos cuenta es una versión de ficción de la biografía de Callahan, que sirvió como inspiración al director para escribir el guión y a Joaquin Phoenix a la hora de interpretar el personaje, pero que contenía mucha más información sobre la vida completa del artista, caracterizado por el humor de sus viñetas, que a menudo resultaban polémicas. Gus Van Sant decidió centrarse en el hecho concreto de su accidente y la recuperación, y logró así una historia coherente, de superación personal, y sobre las segundas oportunidades que nos puede ofrecer la vida.
La genial interpretación de Joaquin Phoenix, que no deja de sorprendernos con su talento, nos retrata en este caso a una persona con tendencia a la autocompasión que ahoga sus penas en el alcohol, y que después del accidente que lo deja paralítico se da cuenta de que tiene que replantearse su adicción si quiere seguir con vida. El accidente, de alguna forma, y el hecho de haber perdido la mayor parte de sus capacidades motrices, le enseñan, quizás, que más allá de su cuerpo maltrecho lo que realmente le roba la libertad es su adicción.
El reparto de actores lo completan los igualmente brillantes Rooney Mara y Jonah Hill (reconozco que me llevó unos minutos reconocerlo), y los que no podían faltar en una película tragicómica con final feliz: Jack Black y Udo Kier, este último acompañando al director y a Phoenix en la presentación de la película. Gus Van Sant ha vuelto con las pilas cargadas. Aunque reconozca que él no ha completado todavía los doce pasos de los que se habla en la película (refiriéndose a pasos hacia la sobriedad), va por buen camino.
por Aina Riu
@ganiveta_online
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