70ª Berlinale: 'Kill It and Leave This Town' - El viaje onírico a través de la memoria
'Kill It and Leave This Town' es el primer largometraje del director polaco Mariusz Wilczynski y, de nuevo, una de las extraordinarias películas de la sección 'Encounters' que se estrena en este 70ª aniversario de la Berlinale.
Después de haber realizado varios cortos durante el período de 1998 a 2007, Wilczynski empezó este proyecto como otro cortometraje. Sin embargo, la historia empezó a crecer, hasta el punto en que decidió dedicarse exclusivamente a ella y convertirla en una película. El proyecto le ha llevado más de diez años de completar -un cuarto de su vida, que no se dice rápido- y en él ha dibujado, editado, y trabajado en la post-producción, consiguiendo que grandes actores y productores polacos se sumaran en el proceso, para finalmente lograr hacer una de las películas de animación más memorables de los últimos años.
Siendo Wilczynski un artista autodidacta, me atrevo a decir que todo esto tiene todavía más mérito, pues fue su absoluta fe en el proyecto lo que permitió que tirara adelante. Como comentó en la entrevista en la Berlinale, él nunca se había visto a sí mismo como un director, ni había trabajado antes con actores que pusieran voz a sus personajes. Así pues, cuando los otros artistas se sumaron al carro, el proyecto empezó a crecer y en consecuencia a hacerse más inteligente que él, lo cual destaca como uno de los grandes aprendizajes que recibió de este gran y complejo proceso que es hacer una película.
Con la música de Tadeusz Nalepa y las voces de Andrzej Wajda (director) y Krystyna Janda (ambos ganadores de la Palme d'Or de Cannes), entre otros, el viaje que nos propone el director polaco a través de su memoria se transforma efectivamente en excepcional.
'Kill It and Leave This Town' es una historia que refleja un momento vital muy íntimo. Después de pasar por la pérdida de seres queridos, el personaje se refugia en la memoria. Ciudades y recuerdos son construidos y deconstruidos y lo mantienen alejado del mundo real, hasta que poco a poco puede hacer las paces con sus fantasmas, dejar el duelo, y volver a la realidad. El cine actúa de nuevo como catarsis: El artista, a lo largo de los 14 años, logra cerrar esos tópicos de su vida personal para poder seguir adelante.
Con todo, la película no me parece que reclame una lectura autobiográfica, ni siquiera una comprensión lineal de los hechos; al contrario, creo que resulta ser un viaje onírico y sensorial totalmente memorable y, sobre todo, muy sincero. Una película que elige la sinceridad por encima de la forma, que se atreve a hablar con su propio lenguaje, es, sin duda, una película a tener en cuenta.
por Aina Riu
@aina_rv
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