70ª Berlinale: Cortometrajes - Una reflexión y una selección de los más destacables
La 'Berlinale Shorts', una de las secciones que pasa más desapercibidas del festival, nos ofrece en esta edición una treintena de cortometrajes para disfrutar del cine con una libertad excepcional.
Como Anna Henckel-Donnersmarck, directora de la sección, mencionaba en la rueda de prensa inaugural, el formato corto se permite experimentar tanto en la estética como en el contenido. A menudo producidos con un mínimo de recursos y, en la mayoría de casos, por directores noveles (y todavía desconocidos), los cortometrajes no se han popularizado como un producto de consumo ni tienen que servir a ninguna cadena de explotación, con lo cual gozan de la libertad creadora sin ataduras. Eso los hace a mi parecer particularmente interesantes: Uno no sabe nunca qué esperar, no se crean expectativas, y las sorpresas pueden ser muy gratas.
A pesar de que vivimos en una era de la inmediatez y la brevedad (donde por tanto un formato corto podría encajar), los hábitos de consumo audiovisuales estándar siguen siendo las películas y las series. Con una duración muy limitada por la industria, las primeras siempre se encasillan alrededor de las 2 horas, y por debajo de 1 hora se quedan las segundas, si bien cuentan con la capacidad para engancharte durante capítulos y temporadas. El mercado busca fidelizar al espectador. Los consumidores buscan lo conocido, la satisfacción mediante la seguridad.
Hace años, en los cines, hacían sesiones completas pasando primero un cortometraje, luego una película. Luego la publicidad los sustituyó. Ahora prácticamente sólo vemos cortos en los festivales, en los museos (dentro del marco de alguna exposición) o en la biblioteca, si tenemos la suerte que lo han sacado en edición DVD. A veces accesibles en sitios web de vídeos, poco a poco vemos que aparecen también en las plataformas de streaming como Netflix o HBO, aunque se trate sólo de una pequeña selección de autores con nombre conocido y ganas de experimentar.
Ejemplos son 'The Nest', de David Cronenberg, que nos sorprendió hace unos años con este maravilloso ejercicio de simplicidad y body horror; 'Anima', el corto que hizo el pasado año Paul Thomas Anderson en colaboración con Thom Yorke; o 'What Did Jack Do?', escrito y dirigido por David Lynch en 2017, que apareció recientemente en Netflix.
A pesar, pues, de una tímida presencia en los medios de consumo actuales, los cortometrajes siguen situándose más allá de los hábitos visuales de la mayoría de los espectadores. La Berlinale los presentan en bloques cuya duración se acerca a la de un largometraje, y cuyo contenido ha sido curado de forma que se mantenga una cierta línea de fluidez entre todas las obras. No tiene que ser una tarea fácil. El resultado, algunas veces más acertado que otras, me parece en todo caso que vale la pena el riesgo a correr.
A destacar:
'Filipiñana', de Rafael Manuel - Un corto con unas imágenes que apenas necesitan palabras que las acompañen. Una Alicia en el país de las maravillas, que en este caso es Filipinas, que mediante su día a día de trabajo en un campo de golf pone de manifiesto la fricción entre la variedad de clases sociales. Bello, cautivador, efectivo. De apariencia muy simple, pero con una profundidad estremecedora.
'My Galactic Twin Galaction', de Sasha Svrisky - Una locura de viaje en forma de animación que te hace reír con la maestría del director ruso por contar historias con un lenguaje artístico propio, mezclando medios e improvisación, y mediante sus dibujos y collages. Una pequeña obra de arte, pero en mayúsculas.
'How to Disappear', de Leonhard Müller, Robin Klengel y Michael Stumpf - Una disertación anti-guerra que explora los terrenos del ensayo cinematográfico. Producto del colectivo artístico Total Refusal (integrado por los tres) se apropia visualmente del imaginario del videojuego Battelfield V para encadenar reflexiones que cruzan de la ficción a la realidad. Interesantísimo tributo a la desobediencia y a la deserción, tanto en la guerra digital como en la del mundo real.
'Huntsville Station', de Jamie Meltzer y Chris Filippone - Un corto documental que observa de forma callada y con ternura el evento diario en que docenas de reclusos de la penitenciaria de Huntsville (Texas) son puestos en libertad condicional, con un billete de autobús y 100 dólares, mientras esperan en la estación el autobús que los conducirá a la siguiente parada de sus nuevas vidas.
'Genius Loci', de Adrien Mérigeau - Un corto de animación hipnótico, interesante en todos los niveles, sorprendente, original, creativo, íntimo, sensible... otra obra de arte, sin duda alguna, que con suerte dará de qué hablar.
No olvidemos que la sección de cortometrajes muchas veces consigue dar la visibilidad necesaria a los nuevos autores para que puedan seguir avanzando en sus carreras profesionales. Directores como Ruben Östlund se descubrieron ganando mejor corto en la Berlinale. Veremos qué nuevas puertas se abren para los de esta edición.
Pd: La imagen de portada corresponde al mencionado 'How to Disappear', del colectivo Total Refusal.
por Aina Riu
@aina_rv
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