Entrevista a Vincent Cassel y François Cluzet, protagonistas de 'Una semana en Córcega'
Con motivo del estreno en los cines españoles este próximo viernes 11 de septiembre de la comedia de gran éxito en Francia 'Una semana en Córcega', remake de la cinta de 1977 'Un moment d'égarement' de Claude Berri que ha dirigido Jean-François Richet ('Mesrine' Parte 1 & 2), su distribuidora Festival Films nos hace llegar una entrevista realizada a sus dos principales protagonistas, los conocidos intérpretes franceses Vincent Cassel ('Cisne negro') y François Cluzet ('Intocable').
Comencemos hablando de la amistad, uno de los temas principales de la película. Una pregunta que podemos hacernos es ¿entre amigos puede haber secretos? ¿Creéis que hay que contárselo todo?
Vincent Cassel (VC): A la pregunta de si hay que contarlo todo diré que no lo sé. A un amigo, le cuentas más cosas que a tu pareja, pero, cuando ya no puedes arreglar nada con la verdad ¿vale la pena contarlo todo?, ¿no es mejor, por la amistad, proteger a la gente de nuestro entorno? A veces, confesar es lo más cobarde. Quizás sea mejor guardarse para uno mismo las tonterías y la culpa antes de echárselo encima al otro. Al final, es otra forma de cobardía.
François Clouzet (FC): Además, es cierto que la amistad desaparece. Se acaba la amistad. Se pierde mucho.
VC: Después, la cosa es que yo que tengo hijas. Tú también, ¿no?
FC: Sí.
VC: El problema es que te acabas dando cuenta de que nuestros hijos no nos pertenecen. Y llega un momento en que hacen lo que quieren. Y aunque sea con su mejor amigo, que es mayor que ella y tal y cual, llega un momento en que el niño, bueno, "niño"... Es mayor de edad y hace lo que quiere. Antes era algo que no se aceptaba. Pensábamos que, como patriarcas, teníamos derecho a opinar sobre todo. Y hoy eso se ha perdido. Los hijos se desvinculan de los padres. Cada vez más. Así que, espero que esta película, refleje bien nuestra época. Que sea un retrato de nuestros días. Para empezar, ya hablamos de Twitter, de móviles, de crías que se evaden con sus cascos. Eso no existía antes. Era mucho más... casi “Las vacaciones del señor Hulot”.
FC: Es curioso porque al hablar de esto con Alice Isaaz o con Lola Le Lann, notabas que, para ellas, existía la posibilidad de seducir a un hombre de 40 o 45 años. Eso existe. El hombre maduro es casi una fantasía. Se preguntan: "¿Con quién me voy? ¿Con un crío de 18 como yo?" ¿Serán ellas más maduras a los 18? ¿O es que ven a los de 18 como si fueran críos imberbes? Así que, la idea del hombre maduro existe en las fantasías de las jóvenes. Lo comprobé viendo la película con ellas... Pensaban de verdad que tenían derecho de elegir a un hombre mayor que ellas. Lo decían en serio. Y sin... sin mala intención. Es la libertad de elección. A nosotros, también nos pasa. Con 18 años, también las tenemos. Esas ganas de estar con una mujer más madura, con experiencia, más serena, más... menos joven, en resumen. Más fuerte.
Aprovechemos para hablar de vuestras dos jóvenes compañeras, que realizan dos interpretaciones fantásticas en un registro complicado. Diferente, pero complicado. ¿Cómo se desarrolló todo? ¿Cómo fue el primer contacto? Habladnos del rodaje de esas escenas que suelen resultar incómodas.
VC: Son dos actrices muy diferentes. Primero, está el papel de Lola, Lola Le Lann, que interpreta a la hija de François. Ella no había actuado nunca y de repente, tuvo que defender un papel sin una experiencia que la habría ayudado. Pero yo creo que lo hizo muy bien. Encarna muy bien a esa chica seductora, a ese objeto de deseo que toma la iniciativa. Y Alice, yo diría que es ya una actriz casi consolidada. A veces, en broma, le digo que me quedan dos telediarios y a ella, le quedan 50 años de carrera.
FC: Es cierto. Yo también tenía esa sensación. Es curioso porque yo conocía al padre de Lola Le Lann, que es un trompetista muy conocido y un gran músico de jazz francés que sale en “Alrededor de medianoche” de Tavernier. Me mandó un mensaje diciéndome que su hija había hecho un casting y si sabía algo. Era al principio y yo no sabía nada. Al final, la eligieron y, como dice Vincent, ella ha aportado una gran frescura. El no haber actuado nunca, el carecer de conocimientos y de experiencia le daba ese aire de frescura, de inocencia y de pureza. Fue muy agradable trabajar con su verdad. Y Alice, es un caso muy diferente. Es ya una compañera con experiencia. Ya sabe como van los rodajes, las cámaras, el equipo... la profesión. Y sí, fue muy diferente. Creo que ambas bordan su personaje. En especial, Lola Le Lann con esa frescura y la generosidad con la que se entrega a la historia. Es magníficamente creíble. Ella es el personaje en el sentido de que es ese bombón acidulado. Incluso, físicamente, es muy guapa y casi adolescente todavía.
Centrémonos ahora en vuestros personajes.
VC: Yo, en este caso, hago de padre moderno. Soy un padre enrollado, sin preocupaciones y cercano a sus hijos. Estoy bastante de acuerdo con esta postura en la vida. Pero claro, cuando eres muy cercano, puede ser que te acerques demasiado. No a los tuyos, pero sí a los hijos de otro. Quizás tenga que ver con la manera de educarlos. A la antigua, guardas las distancias y evitas este tipo de situaciones. La proximidad hace que puedan pasar cosas... No contra natura, porque bueno, en realidad, la chica es mayor de edad en la película o casi.
FC: Es una forma de igualarse...
VC: Ponerse al mismo nivel, implica que dejas la puerta abierta a este tipo de desfases.
FC: Es verdad que esa idea de la que hablas de dejar a un lado la edad y la relación de padre e hija es algo que sucede, es realista. No se contempla esa diferencia vital entre el padre y los hijos. Es cierto que la educación actual incide en la complicidad. Y a medida que ganas complicidad, ganas también en igualdad. Pero es una falsa igualdad.
VC: Y después, está el tema de que... No sé cuántos años tendrás, tampoco quiero saberlo.
FC: Es fácil de averiguar.
VC: Hoy en día, los hombres de 40 o 50 no son como los de 40 o 50 de antes. Por ejemplo, yo todavía monto en patín, escucho música moderna...Cada vez, se envejece más tarde. Y eso supone que te puedes encontrar con un crío de 20 años y llevar el mismo pantalón que él. Salvando las distancias. Mirad cómo vamos todos. Hay algo que la gente... No sé si es que no queremos envejecer o que envejecemos menos. Pero tenemos el mal de la juventud. Tenemos ganas de seguir viviendo como si el tiempo no pasara. Por eso, creo que la distancia, entre los hijos y los padres, en cierta manera, se acorta. De verdad. Y eso está muy bien.
FC: Yo, que viví la I Guerra Mundial...
VC: (risas)
FC: No, pero...Es cierto lo que dices. Pero también ahora se vive más. De hecho, con 50 años, hoy estás en la madurez. Pero, para nuestros abuelos, la madurez era a los 30...
En un momento dado, Marie le dice a Laurent que es ridículo, con una mirada muy dura. ¿Juzgáis a vuestros personajes? Dicen que siempre se tiene cierta empatía con los personajes, ¿cómo los veis vosotros?
VC: Yo puedo hablar del mío. Acepté interpretarlo así porque pensé que era lo más correcto. Y porque era la única forma de salvarlo. Y es que, es muy cobarde. Es un tío muy cobarde. En un momento dado, alucina. Flipa. Y no sabe cómo salir del marrón en el que se ha metido. No asume en absoluto lo que ha hecho. Creo que el humor del personaje de Laurent viene de ahí. No sabe cómo salir y es víctima de la situación en la que aceptó meterse. Tuvo un momento de locura. Un momento en el que debía decidir. Tenía que decidir. Y en ese preciso momento, por el alcohol, el romanticismo, la playa, que ella es bellísima y muy insistente, pero, en ese momento, lo realmente correcto y sensato habría sido cogerla y decirle: "Niña, cálmate. Soy muy mayor. Soy amigo de tu padre. Contrólate". Pero no lo hace porque la carne es débil.
FC: Es lo gracioso. Se siente culpable, se arrepiente, pero no se lo puede confesar.
VC: Acaba mordiendo la manzana. Después, vienen las consecuencias de sus actos. Pero él no asume esas consecuencias. Y eso es lo gracioso. Porque es su amigo. Si fuera cualquier otro, le daría igual. El problema es que siente que ha traicionado su confianza.
FC: Lo ha hecho. Lo ha traicionado.
VC: Sí, claro.
FC: De ahí que sea la historia de una traición. Yo no tengo empatía con mi personaje. Pero entiendo lo que querías decir. Los actores tienen que defender a los personajes. Incluso a los personajes más desagradables, como violadores o asesinos. Tenemos que darle nuestra energía y defenderlo. Si no, yo diría que roza lo ridículo. Por eso me gustaba la idea de dotarlo de humor con un carácter explosivo que lo alimenta como a las personas egoístas. Se lo toman todo a pecho, es maravilloso...Bueno, en realidad, se le junta todo. Como decía, está la historia con su mujer, cree que lo engaña.
VC: La frustración...
FC: Como él dice, "te vas de vacaciones sin mí". Las vacaciones secretas, luego, el tío que le monta el lío con su hija... Todo eso lo supera. Aparte, lo encuentro machista. Lo único que lo salva es un poco lo mismo que al personaje de Vincent y que a las chicas. Es ese amor sincero que se profesan. El de la amistad y el de su hija…antes de enterarse de todo, claro. El amor de mi hija, el que sentimos por ellas... Es ese plano de los cuatro en el coche. Hay algo que lo hace funcionar. Aun estando solteros y con dos hijas de la misma edad, podemos irnos juntos de vacaciones. ¿Me entiendes? Se crea una especie de armonía en un grupo de dos chicas y dos hombres.
¿Os gusta la comedia? ¿Os sentís cómodos en ese registro? ¿Os apetece hacer algo más de comedia? ¿A ti, Vincent?
VC: Bueno, sé que es horrible lo que voy a decir, pero sabiendo que no he hecho comedias diré que he hecho muchas... Para mí, todo lo que hago tiene algo de comedia. Siempre. Soy un gran admirador del cine italiano de los años 60. Lo que me gusta del cine italiano es que tiene de todo. Tiene drama, toca temas sociales. Tiene momentos... Porque la comedia no es hacerlo todo para ser gracioso, sino hacerlo todo para resultar creíble. Y eso hace reír. Porque los personajes atraviesan situaciones que no controlan. Para mí, "El odio", una película en blanco y negros sobre conflictos policiales, es maravillosa porque trata un tema dramático como si fuera una comedia italiana hasta que me disparan en la cabeza. Pero, te partes. Yo he ido al cine a verla y hay momentos muy graciosos y otros muy duros. Hice una película que se llama “Sheitan” que para mí, era una comedia. Pues todo el mundo pensaba que era una película de terror. Pero otros la entendieron y les hizo gracia. Es que, la comedia... Está la comedia para todos y la comedia dirigida a ciertos sectores. El humor no es igual para todo el mundo. Eso es todo.
FC: Yo siempre digo que la comedia es un drama que sale mal. Es la mejor manera de hacer el ridículo. Ahí entramos en la famosa tragicomedia. La comedia nace del drama. Nace de una situación en la que la manera de comportarse es ridícula. Yo creo que, para los actores... Ahora hay distintos tipos de comedia. Para los actores, es interesante apartar su ego y ponerse en ridículo. Es la gran lección de Funes, que fue siempre ridículo. Se ponía nervioso, se miraba al espejo... Pero siempre ridículo. Y por eso nos reíamos tanto. A mí, me gusta mucho ese aspecto. Es muy liberador. Tienes la sensación de interpretar para hacer reír y de no adoptar ninguna pose vanidosa. Pero además, en esta película, el humor es un aspecto coral.
'Una semana en Córcega' - Tráiler español (HD) por elseptimoarte
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