'Zona hostil' - Super Puma derribado
Imagínese que tiene un amigo mileurista que orgulloso le invita a la inauguración de su casa, nada más y nada menos que 80 metros cuadrados del máximo esplendor casero que puede reflejar la gama media del IKEA. 80 metros cuadrados muy apañaos que pueden quedar muy deslucidos cuando otro amigo, que cobra en un mes lo que el otro en un año, les invita a su nueva casa, un ático de 300 metros cuadrados de esos que vienen de serie con piscina, una rubia, un Woodhouse y unas vistas que en la gran pantalla parecerían creadas por ordenador.
Algo así ocurre con 'Zona hostil', la que nueve de cada diez espectadores coincidirán en definir como un 'Black Hawk derribado' a la española... no sin cierto desprecio, en especial, el derivado de un acabado visual que en comparación, y por más que haya contado con el apoyo del ejército español, puede resultar tan pobre como para ser muy de andar por casa. Porque es así, en gran medida, y porque es así sin que sus responsables lleguen a compensar, del todo, sus evidentes limitaciones técnicas con ese ingenio que reduce el dinero a no ser más que papel mojado.
No sólo es el dinero o los medios, también la labor del realizador Adolfo Martínez palidece ante la de Ridley Scott del mismo modo que lo hace su libreto, ambos carentes de esa convicción moral y narrativa que tan a menudo muestran los norteamericanos para con su orgullo. El que sea. Se muestran maneras, algunas intenciones, una poca de voluntad y el empeño por hacer algo comercialmente decente está claro, si bien falta la madurez narrativa y la determinación demagógica de una industria del entretenimiento tan curtida como la norteamericana.
No sólo es el dinero o los medios... ni tampoco su evidencia castiza. El resultado es algo respetable que no obstante, y a pesar de funcionar como tiene que funcionar, se queda en una honrosa tierra de nadie. Una tierra de nadie política, moral y humana muy distraída pero funcional, repleta de apuntes sin remate que, a falta de medios para suplir las palabras con explosiones, deberían de haberse conjugado con un libreto y una puesta en escena que no tuvieran tanto respeto por el combate como para legitimar unas comparaciones con las que, claramente, sale perdiendo.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Le doy un 6.