'Z, la ciudad perdida' - El espíritu David Lean
Exista o no algo llamado "el espíritu David Lean", parece en cualquier caso una referencia que todo el mundo entiende sin necesidad de usar muchas más palabras. Exista o no, 'Z, la ciudad perdida' es una gran representante de dicho espíritu, si existiera, de paso que a su vez que se erige en una gran muestra (y no en una réplica) de cine clásico contemporáneo. Sea o no la mejor referencia posible, que lo importante es entendernos... y entender a su realizador, James Gray, en su propia búsqueda de "aquel cine perdido" (que deja entrever su carrera).
'Z, la ciudad perdida' es de esos PELICULONES de elegancia clásica, aroma épico, honesta nobleza y marchamo de miniserie que resplandecen en la gran pantalla. Allí dónde este tipo de PELICULONES lucen como es debido, y se lucen como es de recibo. Y al hablar de "peliculones" en mayúscula no estoy necesariamente resaltando su calidad, qué también; estoy resaltando su capacidad para proyectar en todo momento ese aroma, esa apariencia que la describen como una obra esencialmente cinematográfica en un 99% (con 1% de margen de error).
Y en todos los sentidos, 'Z, la ciudad perdida' es una obra mayúscula aunque haya que dejar un margen prudencial de apreciación, precisamente, porque no hay nada que contradiga la pureza de su naturaleza cinematográfica. Es este factor lo que representa y define a esta obra tan sólida como romántica, firme creyente en la robustez de un ideario que nunca puede morir sin que el medio muera con él. Una obra absorbente, de dentro a fuera y de fuera a dentro, en su forma de esgrimir ese clasicismo cinematográfico netamente americano de manera atemporal.
La última película de James Gray traslada dicho recuerdo al presente, y no al revés, para sumergirnos durante unas dos horas y media muy cortas en la inquietud, belleza y honestidad del cine de aventuras más humano. La antítesis intelectual de la vertiente no menos poética y su vez física y tangible que la representada por Indiana Jones. Con suma elegancia y convicción, Gray recita este sincero poema sobre una manera de entender el cine que no hay mejor manera de describir que delante de una pantalla a la altura de su grandeza, real o figurada.
Pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía... 'Z, la ciudad perdida' es una joya que podríamos estar horas mirando absortos que apela a lo intelectual, no tanto a lo emocional aunque sea este su broche (de oro). Una épica bellamente anticuada y valiente, a contracorriente del canon actual y con una honestidad a prueba de modas cuyo clasicismo, constante y a los cuatro vientos sin alzar la voz por encima de lo convenido, no hay que entender como una recuerdo del pasado, sino como un orgullo para nuestro presente y una lección para el futuro.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Que sea lenta juega a su favor y me explicó. Cada conflicto que tiene nuestro Lider aventurero ( tira que te cagas), ya sea en tierra con los aristocratas, en la selva, en familia... Tiene un significado, queda resuelto y no deja la sensación de que faltan cosas.
Me ha sorprendido mucho. No esperaba una gran película y vaya que lo es.
La cortinilla que cierra el final es cremita.
Lenta, lentisima , solo alguna escena en la selva se salva.
4/10
Spoiler
Y a pesar de ello, a James Gray le sigue faltando motivación suficiente para trascender más allá del cumplimiento del deber, de lo contrario "Z" sería el fenómeno que aspiraba a ser en lugar de la fugaz anécdota que acabó siendo. Me sumo al 4 de darth y jescri sin entrar en más detalles.
5/10