La ópera prima del director de fotografía Sean Price Williams nos presenta el otro lado del espejo de los Estados Unidos con un picaresco y satírico viaje a través de la Costa Este en el que"todo puede pasar", en un retrato delirante y polarizado de EE.UU. que navega entre el sueño y la pesadilla, el humor negro y el drama adolescente. 

Todo, y a la vez nada. Porque todo importa tanto como tan poco. O nada. 'The Sweet East' es un bonito pero vacío ejercicio de estilo. Williams viste a los Estados Unidos de la actualidad de burda picaresca indie de los años 70, de apariencia tan tentadora como lo es la radiante presencia de Talia Ryder.

Más, no tarda en quedar claro que se trata de una burda huida hacia delante y sobre todo hacia ninguna parte. Un "Who is America?" nihilista e intrínsecamente banal que como impostado cuento de hadas carece de credibilidad, incluso dentro de sus propios términos de fantasía moderna falsamente rebelde.

Así, 'The Sweet East' se nos queda como una sátira tontorrona que no es que no funcione. Es que deviene en una obra aleatoria, caprichosa, gratuita y en esencia onanista que ni provoca ni intimida fuera de la confortable conformidad de su propia autoría. Lo dicho: es un bonito pero vacío ejercicio de estilo.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex