'Supernormal' - Nadie al volante
El chiste se cuenta sólo: 'Supernormal' es una serie "supernormal" que, además, parece confirmar la tendencia a la baja de la ficción original de Movistar+ después de las relativas decepciones de 'Los espabilados', 'Libertad', 'Reyes de la noche' o 'Paraíso', todas ellas obras prometedoras que por a o por b no han terminado de cuajar. Como tampoco lo hace 'Supernormal', una comedia que por resumirlo de alguna manera más o menos breve, es o resulta sosa.
Y aunque es de mala educación señalar con el dedo, voy a ser maleducado y decir que buena parte de la culpa la tiene la aséptica, raquítica e inflexible dirección de Emilio Martínez-Lázaro, sin ningún recurso como narrador ni ambición alguna como cineasta, y que ha tenido la fortuna de encontrarse en su camino con éxitos comerciales como 'El otro lado de la cama' u 'Ocho apellidos vascos'. Poner la cámara en un trípode; fijar, enfocar; y darle a grabar.
No es el único problema de 'Supernormal', pero sí es el más importante: La falta de una apuesta formal, que no sea completamente plana y rutinaria por parte de Martínez-Lázaro ahoga y mata las posibilidades de un guión urdido por Olatz Arroyo y Marta Sánchez que no destaca, precisamente, por su brillantez, ingenio u originalidad. El resultado suena "a hueco" y "a falso". A guión leído y no interpretado. A programa de relleno improvisado sobre la marcha.
Parece mentira en ese sentido que un "programilla" de la casa como 'Nadie al volante' sea capaz de pintarle la cara a toda una "serie original", un quiero y no puedo que destaca más por no poder que por querer. Mientras que aquel humilde "programa" con Patricia Conde funciona a la perfección, de forma natural e instintiva, como pasatiempo ligero a lo 'Cámara Café', 'Supernormal' es un acartonado e impostado cruce entre por ejemplo, 'Motherland' y 'The Office'.
Lo que nos lleva a otro de sus problemas: Su indecisión y falta de definición. 'Supernormal' quiere abarcar mucho en tan sólo seis episodios y prácticamente no desarrolla nada, quedándose ni a medias de todo lo que aparenta meter, por meter en la mochila. No hace falta ni de salir del país ni de la casa: Como si hubiera querido ser a la vez 'Vida perfecta', 'Mira lo que has hecho', 'Vergüenza' y por qué no, 'Reyes de la noche'. Pero sin su gracia o elegancia, claro.
Pero sobre todo, sin la claridad de ideas y determinación de cualquiera de ellas para ser lo que son. Y como son. 'Supernormal' parece hecha por hacer, sin confianza ni fe alguna en sí misma. Como si fuera una práctica de escuela, dubitativa y sosa. Como si fuera ese primer paso necesario para poder andar. Que un teórico "programa semanal" como 'Nadie al volante' sea capaz de adelantarle por la derecha como "serie original" es bastante elocuente.
Que aquella funcione mejor como sucedáneo español de 'The Office', también. E incómodo, la verdad. La clave está en la claridad de ideas. En ajustarse a sus posibilidades. En que todo y todos remen en una misma dirección. Y si uno se la tiene que pegar, mejor estrellarse a 120 km/h como 'Reyes de la noche' que dar una vuelta de campana yendo a 30 km/h como 'Supernormal'. Una serie lo dicho, "supernormal" a la que ni Gracia Olayo le saca la gracia.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex