'Schmigadoon!' - Tu cara me suena
Cecily Strong y Keegan-Michael Key son una pareja que por cosas de esas que les pasan a los que les pasan, de pronto, sin comerlo ni beberlo, se ven atrapados en una especie de pueblo mágico de cartón piedra en donde todos viven, bailan y cantan como si estuvieran en uno de esos musicales del siglo pasado. Porque lo están, claro está. No hay por qué. No hay por qué no.
'Schmigadoon!' es una buena idea que a lo largo de seis episodios de no más de 30 minutos funciona como un tiro, y que lo hace siendo además dos cosas a la vez: Tanto un cariñoso homenaje al género como una cariñosa sátira del mismo. Bueno, tres cosas: También una simpática y humilde comedia envuelta en amabilidad, elegancia, respeto... y si, por supuesto, muchas canciones.
Que nadie espere una especie de deconstrucción cínica, una comedia subversiva o una parodia de trazo grueso: 'Schmigadoon!' se viste de musical clásico y asume como propias su ingenuidad moral, su serenidad formal o su blancura medioambiental, en lo que dista mucho de ser algún tipo de modernización a lo 'Moulin Rouge' con música de la segunda mitad del siglo XX (en adelante).
Lo siento, Pete, pero no. Como va a ser que 'Schmigadoon!' no es un golpe sobre la mesa, pero sí una delicia musical sumamente simpática y muy animada. De cuando el mundo era un lugar tan rematadamente sencillo como para que fueran las personas quienes se lo complicasen aposta para darle algo de sabor a la vida. Bueno, en realidad como ahora, pero con una sonrisa y sin tanto estrés.
Lo que algunos llaman un "happy place" televisivo, lo que para algunos sería un buen "happy place" televisivo.
Y es esta alegría sencilla, casi infantil y sin dobleces la que resalta en 'Schmigadoon!', un respetuoso entremés que remite a otra época y se ríe sin burlarse de aquello en lo que se refleja con bondadosa complicidad. Una producción ágil y agradable, donde todo está en su sitio y no hay sorpresa o cliché que no sea un chiste o un guiño, ni drama que no pueda arreglarse con una canción.
Así de simple, así de práctico, así de efectivo.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex