'Resistencia' - Palabras e imágenes
'Resistencia' es una buena película que sin embargo podemos seguir describiendo en gran medida a través de su sinopsis oficial, lo que rara vez supone un punto a su favor (aunque tampoco tenga por qué suponer un punto en contra): O bien porque la sinopsis no deja mucho margen a la imaginación del espectador, o bien porque la película no avanza mucho más allá de dicha sinopsis.
Mirándolo por el lado bueno, sabemos lo que nos vamos a encontrar; mirándolo por el lado malo, sabemos lo que nos vamos a encontrar. Más o menos. Ni así ni tampoco.
Un (como siempre) solvente Jesse Eisenberg da vida a un joven Marcel Marceau en este drama no menos solvente, sospecho que libremente basado en hechos reales que narra cómo durante la II Guerra Mundial el famoso mimo francés ayudó a escapar de los nazis a un grupo de niños judíos franceses. Esto es 'Resistencia', una película biográfica que suena más o menos como se lee.
A menudo no es la historia, sino como la cuentes. La capacidad para que pueda sonar mejor de lo que se lee, para que no sean sólo palabras o imágenes. La historia de 'Resistencia' puede ser apasionante pero el director Jonathan Jakubowicz no logra que además también lo parezca; en parte, porque no logra sobreponerse al recuerdo de otras historias que nos puedan haber contado ya.
No hace falta mencionar ninguna, porque tampoco hace falta recordar ninguna en particular. Es una sensación general, que no juega en contra de 'Resistencia' durante su ameno visionado, pero sí a la hora de ubicarla en la memoria como "algo más que". Muy digna y consistente, de sobra eficiente. Pero sin ese 'punch' que marca la diferencia entre un boxeador y su sparring.
Mirándolo por el lado bueno, sabemos lo que nos vamos a encontrar; mirándolo por el lado malo, sabemos lo que nos vamos a encontrar. 'Resistencia' es una apuesta segura: Una película que cumple, y con creces con lo que cabe pedir y esperar. El problema como siempre en estos casos sería el mismo: Qué le pide o que espera de ella cada uno de nosotros como espectadores.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex