Hay una cosa con la que me quedo de 'Reina Roja' sobre todas las demás: el personaje y la interpretación de Hovik Keuchkerian. Dicho personaje, y dicha interpretación ha canibalizado de principio a fin mi percepción sobre la serie, una serie tan distraída como rutinaria y que, al igual que dicho personaje e interpretación, se muestra demasiado preocupada por permanecer en el reiterado y agotador corsé que la envuelve y el profundo respeto hacia una obra original de la que se siente a su completa merced.

Una serie en exceso artificial y postiza, enfática y forzada que se esfuerza tanto por no descarrilar que termina siendo un viaje tan trepidante como lo era recorrer la provincia de Huesca a bordo del Canfranero. Desde 'Sherlock' a 'El puente (Bron)' pasando por tantas otras de su estilo no tan recordadas, 'Reina Roja' se muestra tan acomplejada que no es capaz de aportar ningún matiz diferencial a un género al que rinde pleitesía con una discreta y mecánica eficacia que no trasciende de lo socorrido y alimenticio.

Salvo por Keuchkerian y sus constantes réplicas a lo Joe Hallenbeck*, paradigma de la falsedad con la que se muestra un producto 100% televisivo y totalmente bajo control que parece ejecutado por una IA carente de ingenio y emoción. A menudo es resultón, alguna vez incluso ingenioso, pero su reiterada falta de sutileza, su tendencia al postureo gratuito, su obsesivo apego a la palabra impresa o la extrema robotización de sus clichés hacen de sus siete episodios un agotador e inverosímil ejercicio de estilo sin pegada.     

De esta manera, esta reinterpretación quijotesca de las obras de Dan Brown reformulada como una 'buddy movie' a lo Shane Black pasa con más pena que gloria. No se puede decir que no sea entretenida, y es posible que los lectores de la obra original queden más o menos satisfechos. Pero, a los que no cargamos con esa mochila, nos queda poco más que Hovik Keuchkerian y su personaje, alma a su pesar de un ficción tan tímida, impostada e indolente que no es capaz ni de sobreponerse a un eslavón tan débil...

... ni de mostrar un ápice de la presunta inteligencia de Antonia Scott con la que darle algo de empaque a este americanizado, ahuecado y efectista thriller cuyos giros se ven venir desde Cuenca.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

* El personaje de Bruce Willis en 'El último boy scout'.