Algo va a pasar...

Me gustan las películas que tienen algún tipo de estilo. Que están escritas, planteadas o rodadas con algún tipo de estilo, intención o mordacidad que vaya más allá del significado básico de las palabras o de los hechos, siendo este un debe habitual en el cine español "de género". La reciente 'Verano en rojo' es buena prueba de ello.

No sé hasta qué punto el cineasta Antonio Méndez Esparza es fiel a la novela de Juan José Millás en la que se inspira, pero, en cualquier caso, la metamorfosis kafkiana del personaje de una muy solvente Malena Alterio resulta intrigante y estimulante a partes iguales. Algo va a pasar. Algo está pasando. Ahí, oculto a simple vista.

A pesar de su intrínseca aleatoriedad o de un final que no se siente tan rotundo como debiera, la música de Zeltia Montes es una punzante e incómoda mosca cojonera que nos acompaña dentro y fuera de la sala, remitiendo a las dudas que nuestras propias existencias pueden suscitar en cuanto bajamos un poco la guardia.

'Que nadie duerma' tiene, lo dicho, el suficiente estilo, intención y mordacidad como para alcanzar y poseer una identidad propia, reconocible. Puede que sea un tanto esquiva, incluso desconcertante debido a su carácter desafiante y mutante. Pero ese es precisamente su encanto: su capacidad para trascender de las palabras y de los hechos.

A su manera, claro.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex