'Pos eso' de Sam se puede sacar algo bueno. Por lo pronto un claymation muy sólido y un arranque del todo prometedor, con unos primeros 15 minutos que funcionan... hasta que dejan de hacerlo, y la verdadera naturaleza de la cinta queda al descubierto junto con sus vergüenzas. Principalmente, que no haya una historia qué contar ni alguna estructura narrativa definida, siendo todo una suma de sketches y paridas mayormente chuscas, sibilinas y oportunistas más cercanas al humor zafio de Torrente que a la elegancia de Aardman, sin que la coletilla "animación para adultos" sirva de salvoconducto.

Una broma estiradísima que a pesar de durar tan sólo 80 minutos se hace pesada, cansina, y que hace gala de una excesiva podredumbre moral en su intento por cortejar a la audiencia en todo momento. A la desesperada, como si arrollar al espectador fuera la única alternativa en vez de construir o mimar el gag, la historia, o las dos cosas a la vez. Al final, y a pesar del hartazgo, acaban sobreviviendo con cierta dignidad las numerosas referencias cinéfilas, se diría que la excusa principal del por qué de la cinta: El voluntarioso pero poco acertado homenaje a todos aquellos filmes que han forjado la personalidad de toda una generación.

Pos eso, pos poco más que nada.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex