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'Paterson' - La poesía de lo corriente y lo moliente

Vía El Séptimo Arte por 06 de diciembre de 2016
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Voy a tirar de sencillez, como 'Paterson'. No hay nada peor para el orgullo de un llamado crítico (o sucedáneo de) que encontrarse con una película que contradiga lo que hasta entonces parecía ser un dogma de fe. No sé si es estadísticamente tan exacto o no, pero ni me voy a molestar en comprobarlo: desde hace tanto tiempo que tengo "atravesado" a Jim Jarmusch en mi cabeza, que esto, como que el agua moja o que el cielo es azul, simplemente ya es así. Habrá quién diga que el profe le tiene manía, habrá quién diga que algo habrá hecho.

Da lo mismo que da igual, que 'Paterson' me ha dado la razón... convirtiéndose en la excepción a una regla que ya no podré esgrimir con tanta ligereza. Y lo hace de una manera tan sencilla, tan humilde, tan aparentemente trivial e irrelevante que no puedo sino sentir un profundo respeto hacia ella. 'Paterson' es de esas películas que, de cara al gentío y a los demás, podríamos decir que no van de nada mientras que, de puertas adentro, lo son prácticamente todo, especialmente si animamos nuestra vida con algún tipo de proceso creativo.

'Paterson' es el día a día de Paterson, un conductor de autobús que casualmente trabaja en Paterson, New Jersey. Una existencia normal y rutinaria alejada de lo que serían los grandes focos de la realidad animada, tan sólo, por las interacciones con su parienta y un cuaderno en el que, en sus ratos libres, va dando forma a una serie de poemas que nunca en la vida va a enseñar a nadie. ¿Qué es lo que le hace especial? Nada. Es más, el Paterson al que da vida de forma notable Adam Driver lo podríamos definir como un auténtico sosainas.

Y esa es, precisamente, la clave de toda una película que, como aquellos clips que vendía Lenny Nero en 'Días extraños', se siente como un pedazo de la vida de alguien. Puede que no sea nada emocionante, que tampoco suceda gran cosa, que su protagonista sea un don nadie sosainas como cualquier otro... como cualquier otro, por ejemplo cualquiera de nosotros que, oh, no tenemos la suerte (o la desgracia) de "ser alguien". O puede que simplemente pase el tiempo, y con ello la vida de una persona normal, corriente y moliente.

O la poesía de lo más básico, de lo más elemental. Al igual que Paterson con sus poemas, 'Paterson' trata de esas cosas pequeñas, insignificantes que dan forma a nuestra existencia. Cosas que no tienen por qué tener importancia, como puede no tenerla el vaso en el que todas las mañanas me tomo mi café con leche. Siempre el mismo puñetero vaso. Y si me lo quitas me quitas un pedazo de mí. No es nada, pero a la vez lo es todo. Y eso mismo es 'Paterson': no es nada... pero a la vez lo es todo. Y con tanta sencillez que emociona. Mucho.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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