'Old Henry' - Cuando menos es más
A grandes rasgos, 'Old Henry' no supone nada nuevo, ni como película ni como western de corte crepuscular. Ni falta que le hace, porque no tiene por qué tratarse de innovar, sino de saber aprovechar lo que tienes. O de lo que tienes y acertar con lo que quieras proponer. De una película humilde y sencilla que utiliza los arquetipos del género en su favor de una manera práctica y efectiva.
O cuando menos es más. No hay por qué complicarse. Y 'Old Henry' no se complica. No le sobra ni le falta nada a este western de sucio realismo que presenta, cómo no, un mundo duro e inmisericorde donde toda calma es tensa y los conflictos se resuelven con balas. Todo ello desplegado con parsimonia y sosiego contemplativo, sin prisa por llegar al inexcusable estallido de violencia final.
Sin prisa pero sin pausa, haciendo gala de una economía de medios que resulta magnética y cautivadora. Desde los gestos a los diálogos, el argumento de 'Old Henry' se podría resumir en una servilleta. Lo habitual en el género. Pero, al igual que sucedía con 'Bone Tomahawk', es durante ese supuesto compás de espera en el que la película moldea la estimulante personalidad de la que hace gala.
Su personalidad, la de un trabajo bien hecho cuya expectativa y realidad coinciden. La de 'Old Henry', un western crudo, áspero y seco donde cualquier esperanza se tiñe de sangre y en el que brillan unos diálogos sentenciosos que en boca de Tim Blake Nelson y Stephen Dorff suenan a clásico de John Ford. Un western sencillo que hace de la simplicidad su mejor y más contundente arma.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La vi ayer y desde luego es la típica película que ves el típico día que no tienes otra cosa que hacer, que ves pensando a ver de qué va y si la quito a la media hora y que buena película. Tiene un saborcillo a Sin Perdón, con muy buen hacer, unas actuaciones sobre todo de Tim Blake Nelson y Stephen Dorff ( en versión original) sobresalientes, una fotografía sobria, apagada que da el tono triste de la película, acompañada de una BSO de Jordan Lehning que acompaña igual al conjunto, destacando en la recta final de la película donde todo llega a su clímax.
Nota: 8,7
Amén. Una muy grata sorpresa.
Suena a música celestial.
Spoiler
Su estética fría me ha recordado, por momentos, al "Asesinato de Jesse James..." de Pitt a lo que también ha ayudado la entrada puntual del violonchelo que proporciona esa sensación añeja y de réquiem que tanto bien hace a los westerns y que, en la de Pitt concretamente, fue soberbio.
Pero volviendo a nuestro protagonista, con una caracterización sobresaliente, que refleja el epílogo de la vida de un padre "granjero" de aquella época, me ha ayudado enormemente a empatizar con él no siendo éste muy dado a los extensos coloquios sino, más bien, a hablar lo justo y cuando toca redondeando así una dureza y rudeza que le va al personaje a las mil maravillas.
En cuanto a los encuentros y sus desenlaces, como ya han dicho mis compañeros, se resuelven como debe ser, a tiro limpio, ofreciendo muy buenos momentos marca de la casa que resultan muy gratificantes y que redondean una experiencia, si no sobresaliente, sí lo suficientemente atractiva para cualquier amante de este género.
Destacar la preciosa reflexión de un padre a su hijo en los momentos finales.