'Maxxxine' - Max es menox
Primero vino 'X'. Luego 'Pearl'. Y ahora llega 'Maxxxine', tercera y en principio última entrega de la trilogía de Ti West protagonizada por Mia Goth como una (doble) aspirante a estrella del cine. Lo que se merecen ser, las dos.
'X' y 'Pearl' se rodaron de manera consecutiva, como si fueran las dos caras de una misma moneda, complementándose y enriqueciéndose la una a la otra. La que ahora nos ocupa, sin embargo, con o sin el logo de A24 por delante, es un aparente epílogo superfluo, gratuito e innecesario con el que estirar la franquicia, más, sin la imperiosa inquietud de tener por qué enriquecerla de forma sustancial, baste a sus responsables. Baste hacer negocio.
Lo que es y siempre ha sido Hollywood con o sin el logo de A24 por delante: Un negocio. Siempre se agradece la voluntad de A24 y de West, tanto en esta como en otras ocasiones por, aún así, intentar no repetirse y tantear distintas posibilidades. 'Maxxxine' no es más de lo mismo, para bien, pero también, aún así, lo es para mal; en especial, por la sensación de ser un efecto secundario más que un complemento, de ser un capricho más que una necesidad.
Es un pastiche ochentero, un batiburrillo de guiños a 'slashers' de la época tan superficial como la misma industria cinematográfica que pretende satirizar. Es, quizá, el problema. Es fiel reflejo de aquello que emula, a nivel formal con mucha convicción. Un homenaje que no obstante, y a diferencia de las dos primeras, cada una a su manera, bajo su exquisita representación de época se siente hueco y vacío. Superfluo. Gratuito. Innecesario. Caprichoso. Trivial.
'Maxxxine' es bastante más basta que sus antecesoras, al tiempo que resulta bastante menos sórdida, audaz o incisiva. Su inequívoca mala leche no trasciende de la mera formalidad, perdiéndose y diluyéndose, tanto ella como la saga y a la propia Maxine, en un mar de referencias. La presencia de unas cuantas caras amigas, la gran mayoría con papeles de una sola gracia y escena, parece, precisamente, querer compensar esta ausencia de factor X.
El vacío que hay en 'Maxxxine', el decepcionante capítulo ¿final? de la primera franquicia de A24. Un falso 'slasher', como suelen ser las películas de Ti West (sea dicho como elogio), que al ser no más que lo pretendía ser se queda, tan solo, con el papel de regalo de una fallida experiencia, que incluso desdibuja a su protagonista, y que la condena o reduce a no ser más que un reflejo demasiado riguroso y manido de aquello de lo que en teoría se estaba burlando.
Esta vez, además, sin unos títulos de crédito finales que nos acompañen hasta el infinito (y más allá).
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex